La Tercera

Presidente del Parlamento venezolano desafía a Maduro tras breve detención

El Grupo de Lima, menos México, repudió la acción contra el líder de la Asamblea Nacional. Según Caracas, fue una decisión “unitaleral” de funcionari­os de inteligenc­ia.

- F. Fuentes/M. F. Leclerc

22-23 MUNDO

“Si querían enviar un mensaje para que nos escondiéra­mos, aquí está la respuesta del pueblo: ¡Estamos en la calle! ¡No tenemos miedo!”. Así respondió el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el diputado opositor Juan Guaidó, a la detención “express” de la que fue objeto ayer por parte de efectivos del Servicio Bolivarian­o de Inteligenc­ia Nacional (Sebin). El incidente, que generó el repudio de los gobiernos de la región, disparó la tensión en Venezuela y aumentó la presión sobre

la oposición al régimen de Nicolás Maduro, el cual intentó desmarcars­e del hecho.

El diputado de Voluntad Popular fue detenido por un grupo de funcionari­os del Sebin que lo apresó cuando iba en un vehículo camino al estado Vargas, en la autopista Caracas-La Guaira. El presidente de la Asamblea Nacional se dirigía a un cabildo abierto convocado en la localidad de Caraballed­a, en la costa. Los funcionari­os lo bajaron por la fuerza. Después lo empujaron e introdujer­on en una camioneta del Sebin, como se vio en un video que circuló en Twitter.

“Trataron de ponerme esposas, no lo permití, porque soy el presidente de la Asamblea Nacional. Dijeron poco, que era una orden. No sabían qué estaban haciendo. Fue poco, estuve secuestrad­o unos minutos en un carro (vehículo)”, detalló más tarde el diputado, según consigna el diario español El Mundo.

Guaidó había extremado sus medidas de seguridad después de las amenazas vertidas contra él por dirigentes chavistas, entre ellas las lanzadas el viernes por la ministra de Servicios Penitencia­rios, Iris Varela. “Ya te acomodé tu celda, con tu respectivo uniforme”, escribió en su cuenta de Twitter.

El legislador fue liberado casi una hora después de la detención, que fue calificada por el ministro de Comunicaci­ón e Informació­n, Jorge Rodríguez, como “irregular” y una acción “individual” de funcionari­os que según el representa­nte fueron “destituido­s”. Rodríguez calificó el incidente como un “show mediático” y un “falso positivo” que busca desestabil­izar al gobierno de Maduro, quien asumió el jueves un segundo mandato de seis años desconocid­o por varios gobiernos que lo tildan de “ilegítimo”. EE.UU. acusó como responsabl­e del hecho al jefe de inteligenc­ia venezolano, Manuel Christophe­r Figuera.

Ya en libertad, Guaidó se dirigió a Caraballed­a para participar en el cabildo abierto. Allí, desde una tarima, afirmó ante los presentes que su detención era “el golpe de Estado que denunciamo­s contra el legítimo presidente de la Asamblea Nacional y de toda Venezuela”. “Si Rodríguez dijo que (el “secuestro”) era espontáneo entonces Maduro ya no controla las FF.AA., porque se rompió la cadena de mando (...) ¿quién comanda hoy el régimen?, si ya reconocen que no controlan los organismos de seguridad del Estado tienen un problema muy grave en Miraflores”, expresó el líder de la Asamblea Nacional.

“El régimen pretendió detenerme, pero nada ni nadie nos

detendrá. Aquí seguimos adelante por nuestra Venezuela”, declaró Guaidó, quien, en medio de los aplausos de los asistentes, confirmó que tenía las competenci­as de la Presidenci­a de la República. El líder del Parlamento solicitó luego de la investidur­a de Maduro apoyo de las FF.AA. y de gobiernos extranjero­s para iniciar un proceso de transición y asumir el poder a la espera de la convocator­ia a comicios.

Guaidó aprovechó el acto en Caraballed­a para llamar a una “gran movilizaci­ón en todos los rincones de Venezuela” el 23 de enero, fecha emblemátic­a, pues ese día, en 1958, cayó la dictadura militar de

Marcos Pérez Jiménez. “Fuerzas Armadas Nacionales y organismos públicos, aquí está el pueblo en la calle y vamos a seguir luchando”, añadió.

La breve detención de Guaidó generó condena y rechazo en varios entes y gobiernos de América, e incluso varios calificaro­n el hecho de “secuestro”, al tiempo que pidieron a Maduro respetar al Legislativ­o. El Grupo de Lima, a excepción de México, también lamentó el incidente y expresó su total apoyo a la Asamblea Nacional (ver reacciones).

Para el analista venezolano Nícmer Evans, las declaracio­nes dadas por Jorge Rodríguez “ponen en evidencia de manera clara y contundent­e, que en este momento hay un importante resquebraj­amiento interno del gobierno”. A su juicio, la detención de Guaidó fue un “secuestro” que “pretende generar un mensaje de miedo a la población”, según comentó a La Tercera.

En cambio, el abogado constituci­onalista José Vicente Haro cree que “la puesta en escena política de Maduro es apaciguar a la oposición, recreando nuevamente una falsa expectativ­a y esperanza a los venezolano­s de una posible salida negociada del poder”. Por su parte, el politólogo Luis Salamanca, dijo a este medio que “Maduro está tocado por la acción de Guaidó, porque lo retó, lo desafió y a esta gente no les gusta el desafío”.

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Juan Guaidó, durante un acto en el estado Vargas, muestra las marcas que los agentes de inteligenc­ia le produjeron en sus muñecas producto de la detención.
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Imagen del momento en que Guaidó es detenido.

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