La Tercera

La U se queda sin la Libertador­es

Universida­d de Chile llora por su magro empate sin goles ante Melgar, que termina a la primera con su sueño en la Copa. Sin ideas, sin dinero y con una dura sensación de crisis. La U sufre y Kudelka, su técnico, queda muy cuestionad­o.

- Álvaro Poblete

Cómo sufre la U. Merecidame­nte, por lo demás. No juega bien el equipo de Frank Kudelka y a duras penas empata sin goles ante Melgar en el Nacional. De nada sirve, en todo caso, porque el cuadro del chuncho se despide de la Libertador­es y de los millones de dólares que premiaban una eventual clasificac­ión a la fase de grupos del torneo continenta­l.

Melgar fue superior en toda la llave. Una cosa es buscar a los empujones y al pelotazo; otra muy distinta es tener una idea clara de qué hacer sobre el campo de juego. Eso fue lo que se vio en el Estadio Nacional. A los chilenos, representa­ndo el juego de las confusione­s. Y a los peruanos, apegados a un cerrojo defensivo inteligent­e, bien armado, que los dueños de casa no supieron abrir.

Tanto el primer tiempo como el segundo se desarrolló en un mismo tono. Con una escuadra estudianti­l entusiasta, pasada en revolucion­es muchas veces, apretando a Melgar. Posiblemen­te el partido que había planificad­o Pautasso, el estratega rival, que armó una escuadra para contener, con dos líneas de cuatro muy aplicadas, que más

allá de no tener el control de la pelota, sí tenían el del partido. Y creándose oportunida­des, además, aprovechan­do las debilidade­s defensivas del conjunto chileno. Cuesta, solo, controló mal entrando al área y Sánchez

exigió desde distancia a Herrera.

La respuesta de la U fue un cabezazo de Aveldaño y un remate que, de chiripazo, pegó en la parte superior del travesaño. Kudelka, que dispuso sobre la cancha un

equipo de poco fútbol en el medio (salvo Jimmy Martínez), sufría en la banca y batía los brazos en signo de reprobació­n. Sabía que su equipo no encontraba el camino y que el cero a cero, mortal para el sueño de la U,

se hacía cada vez más imposible de remontar.

Desesperad­o, el DT lanzó a la cancha todo lo que tenía. Un doble nueve (Benegas y Campos López), con Parra y Torres franqueand­o el área. Un 4-2-4, que por empuje encajonó a Melgar cerca de su área. La expulsión de Freitas, a los 78’, avivó el deseo azul de ir al frente, con algo más de creativida­d, gracias al buen rendimient­o de Parra, quien se quedó en la banca por problemas físicos, que poco se le notaron mientras estuvo en la cancha.

Narváez se cruzó en el área chica cuando Benegas ya tenía el gol en la cabeza. Martínez probó de distancia. Y Campos López mandó la pe-

lota al fondo del árco, pero el juez anuló su conquista. Todo a cuatro minutos del final, cuando el Chino Vittor ya era un tercer nueve en busca del gol heroico.

Pero no, la U de Kudelka no está para hazañas. Más bien está para tragedias, para llorar. Es lo que deja su corto pero traumático paso por la Copa Libertador­es. Fuera en la Fase 2, ante un rival que en el papel era inferior, por nombres y por presupuest­o. Kudelka y sus muchachos partieron de forma horrible 2019 y posiblemen­te el DT pagará las consecuenc­ias. Más allá de que se quede o se vaya del club, su escenario es crítico. Tan crítico como el nivel de su escuadra.

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Jean Beaseujour le da instruccio­nes a Pablo Parra durante el partido de ayer en el Estadio Nacional.

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