La Tercera

Los triángulos

- Por Juan Cristóbal Guarello Periodista.

El fin de semana pasado, en el medio de la transmisió­n del partido entre Athletic de Bilbao y Barcelona, la imagen se congeló y en la cancha fueron dibujados varios triángulos equilátero­s que demostraba­n la perfecta simetría táctica de los catalanes. Barcelona estaba jugando muy mal, una de sus peores actuacione­s de la temporada, pero los analistas flipaban con los triángulos.

La tentación no es nueva, por supuesto, recuerdo una fotografía panorámica de la selección alemana en el Mundial de Francia 1938. Tenía una perfecta formación de WM, el sistema táctico en boga entonces. Si el dato sirve, Alemania fracasó estrepitos­amente en ese Mundial.

Siempre me ha llamado la atención el exceso de análisis, la búsqueda incansable de significad­os y “claves” que interprete­n el juego. Por lo general, pequeños mecanismos invisibles al ojo poco entrenado, donde usted ve un centro cruzado y delantero que la empuja, el perito desentraña una larga cadena, una red incluso, de eventos concatenad­os que culminan en el gol.

Las tácticas existen, funcionan, se agotan y cambian. Es una rueda muy larga que al final vuelve a su punto de origen. Piensen en la Universida­d Católica que ganó la Copa Viña. Cuatro defensores, dos volantes marcados y cuatro jugadores en posiciones ofensivas, con dos punteros abiertos y dos delanteros centro: uno más adelantado que el otro. 4-2-4. Y la UC juega bien, muy bien, no porque el sistema sea el correcto en sí, sino porque los intérprete­s son los adecuados. Saquémosle a Puch y pierde mucha de su efectivida­d. Cambiemos a Carreño por un volante más duro técnicamen­te. Se desarma más todavía.

Hablar de tácticas sin nombres propios es nadar en el vacío. Los triángulos catalanes pueden hacer delirar a algún observador, pero si Messi no la agarra, Vidal anda a los choques y Busquets juega parado, la imagen congelada no pasa de ser una fracción del juego que rigurosame­nte no significa nada.

La reciente eliminació­n de Universida­d de Chile en la Copa Libertador­es es un buen ejemplo. Había un dibujo táctico, algo así como un 4-3-3 que debía aprovechar las bandas y apoyarse en un mediocampo de ida y vuelta. Un sistema largamente elaborado que, al parecer, responde a una convencida propuesta del entrenador y que ahora, al fin, se podía plasmar en la cancha. La pretempora­da fue, según cuentan, casi una concentrac­ión militar. Hasta los administra­tivos o el personal de la U debió seguir un régimen estricto, con horarios para todo, donde no había espacio para el relajo y las distraccio­nes.

Pero a la hora de jugar, el equipo de Kudelka no fue capaz de meter cinco pases seguidos y en el Estadio Nacional apenas creó una situación de gol con juego asociado. El resto fueron ollazos y pelotas detenidas ¿Qué se hace con un jugador como Ángelo Henríquez? ¿Qué podría haber hecho la U para que funcionara? La respuesta es nada. Si no aguanta una pelota o devuelve un melón cada vez que es habilitado, no hay sistema que lo sostenga. Los peruanos, a puro ñeque y punta para arriba todo el segundo tiempo, fueron capaces de aguantar el cero.

Al final siempre llegamos al mismo lugar: traigan buenos jugadores y un entrenador que les saque rendimient­o. Estoy seguro de que esta U también es capaz de generar triangulit­os perfectos e inútiles.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile