La Tercera

Mañana será tarde

- Benito Baranda Vicepresid­ente Ejecutivo América Solidaria Chile Waleska Ureta Directora Social América Solidaria Chile

Se suele decir, como una suerte de mantra, que debemos preocuparn­os de los niños y niñas, pues son el futuro. Esa frase, que repetimos durante décadas, convenció a muchos de que los niños solo importan porque serán adultos, no por ser niños.

En América Solidaria, sin embargo, creemos que es inaceptabl­e no comprender que los necesitamo­s a ellos, tanto como ellos a nosotros. Los datos lo dicen: en América, 70 millones de niños viven en situación de pobreza (Unicef), y en Chile, según la Casen 2017, 982.086 viven carencias en educación, salud, vivienda. En protección, el panorama es aún peor: Sename reportó que 95 niños murieron entre enero y septiembre de 2018. ¿Podemos, entonces, decir que solo importa su futuro?

El tiempo apremia y 2019 es clave, y nuestra experienci­a en terreno —de la mano de organizaci­ones que llevan años trabajando por la infancia—, nos muestra cuatro desafíos imposterga­bles:

El primero es la urgencia. Entramos ya al segundo año de gobierno; realizamos un acuerdo por la infancia, pero parecieran haber, nuevamente, temas más relevantes que los niños. Hemos avanzado —la Subsecreta­ría de la Niñez y la mirada atenta de la Defensoría lo demuestran—, pero no es suficiente. Hace ocho años, por ejemplo, tuvimos la oportunida­d de iniciar la reforma actual al Sename, pero no prosperó, como ocurre con muchos otros proyectos. ¿Realmente estamos dispuestos a esperar a que se termine de discutir esa reforma para tomar medidas urgentes que protejan a los niños y niñas?

La urgencia, no obstante, debe ir acompañada de una discusión seria. Ese es el segundo desafío: las políticas públicas no pueden servir para “gallitos políticos”, o batallas que se abandonan por otras más atractivas. Debe existir un compromiso serio, sin importar quiénes sean los actores políticos.

Esas políticas, además, deben traspasar un tercer desafío: la congruenci­a y multidimen­sionalidad en su elaboració­n. Si medimos multidimen­sionalment­e, ¿no deberíamos también llevar este enfoque al diseño de las políticas? Se debe comprender el valor de lo local y de la conciencia de los efectos transversa­les en el territorio de las políticas sociales matriciale­s. Si es honesta nuestra preocupaci­ón por la infancia, no podemos seguir armando guetos de viviendas para los más pobres, desfinanci­ando la estructura escolar, segregando establecim­ientos donde acuden los más vulnerable­s —como ocurre con el proyecto de admisión escolar—, o privándole­s de salud.

Todo lo anterior supone un último desafío: compromiso. El tiempo de las discusione­s ya fue vergonzosa­mente suficiente y ha atravesado distintos gobiernos. Debemos compromete­rnos — el Estado, pero también la sociedad— a terminar con las vulneracio­nes y velar porque los cambios lleguen a quienes los necesitan. Creemos que los cambios son posibles y también un país más justo. Gabriela Mistral lo dijo hace ya muchos años: el futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile