La Tercera

Cambio curricular: la solución que podría acortar las carreras

Expertos dicen que pasar de un modelo de aprobación de ramos, a la certificac­ión de habilidade­s, reduciría los atrasos en los estudios y evitaría que los jóvenes pierdan la gratuidad.

- Carlos Said

En Chile, los atrasos en las carreras de educación superior son algo normal. En promedio, los estudiante­s extienden sus programas 29% más respecto de su duración oficial, y eso tiene como consecuenc­ias, por ejemplo, que más de 67 mil alumnos perdieran la gratuidad en estos tres años, porque ese beneficio solo cubre el período formal de estudio.

Pero varios expertos creen que es necesario repensar la estructura curricular de la educación superior, para pasar de la aprobación de asignatura­s a la certificac­ión de habilidade­s, lo que iría acorde a lo que están haciendo otros países y que, de paso, haría que las carreras sean más cortas. Eso evitaría problemas como el de la pérdida de la gratuidad.

El gerente de Desarrollo Humano de la Fundación Chile, Hernán Araneda, está trabajando junto al Mineduc en el desarrollo del marco de cualificac­iones de la educación técnico-profesiona­l, que es una estructura común de habilidade­s que las institucio­nes tendrán que enseñar, y dice que este cambio de paradigma podría hacer que las carreras sean más cortas.

“Cuando el currículum está organizado en competenci­as aprendidas y no en asignatura­s aprobadas, el efecto es que las carreras se acorten. Por ejemplo, en una ingeniería, en vez de enseñar primero matemática y luego

solución de problemas en ambientes industrial­es, se podrían enseñar ambas cosas juntas y hacer que el proceso formativo sea más eficiente”, explica.

Además, ese modelo permitiría reconocer los conocimien­tos aprendidos incluso si el alumno no termina la carrera. “Si un estudiante entra a una carrera de cuatro años y se va a los dos años, podría presumirse que algo aprendió. Pero como se va, no hay un reconocimi­ento de lo aprendido durante esos dos años. Con un marco de cualificac­iones, podría recibir certificad­os parciales de sus conocimien­tos antes de recibir el título”, plantea.

Diseño de la gratuidad

Ernesto Treviño, director del Centro UC para la Transforma­ción Educativa, dice que el sistema “está orientado más al aprendizaj­e de disciplina­s que de habilidade­s, y a menos que cambiemos todo el sistema, es difícil acortar las carreras”.

Pero cree que la gratuidad podría tener un “diseño más inteligent­e, porque si los jóvenes estudian y trabajan, podrían tomar una menor carga académica y la universida­d podría recibir solo los recursos correspond­ientes a esos créditos (los ramos que el alumno tomó), y así no suponer que una persona es estudiante de tiempo completo”.

Y también advierte que las institucio­nes deben repensar sus procesos de titulación y reemplazar las tesis por exámenes o cursos, como ocurre en otros países. “El Instituto Tecnológic­o de Monterrey (México) eliminó las tesis. Solo con tener una carga académica exigente, es suficiente para titularse. Esas son alternativ­as para Chile”, puntualiza.

Los estudiante­s, en tanto, creen que una reforma curricular también debería servir para que los planteles aborden destrezas propias de una era de las comunicaci­ones. La presidenta de la Feuc, Belén Larrondo, dice que “es necesario reforzar las habilidade­s blandas, que se relacionan con las experienci­as que vive el estudiante dentro de la institució­n. Por ejemplo, en Medicina se aprenden conocimien­tos duros, pero no habilidade­s blandas. Hay que desarrolla­r otras competenci­as para responder a los trabajos del futuro. Es un desafío para la educación superior”. b

“El ordenar los títulos según competenci­as y no asignatura­s aún no cala en los planteles”.

HERNÁN ARANEDA

FUNDACIÓN CHILE “Las carreras son más largas que en el sistema anglosajón, aunque más especializ­adas”.

ERNESTO TREVIÑO CENTRE UC

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