La Tercera

Ópera maldita de Verdi retorna tras 60 años

Una de las piezas más teatrales y complejas del compositor italiano abrirá hoy la temporada lírica del teatro de Agustinas. Su director, el italiano Stefano Vizioli, habla de las dificultad­es de montarla, así como de la supuesta maldición que la rodea.

- Pedro Bahamondes Ch.

36

Pesan sobre ella toda clase de mitos y superstici­ones. Días antes de su estreno en 1861, en el Teatro Bolshói Kámenny de San Petersburg­o, la soprano Caroline Barbot, elegida para interpreta­r a Leonora, protagonis­ta de La

fuerza del destino de Giuseppe Verdi (1813-1901), cayó enferma y el debut tuvo que aplazarse un año.

Inspirada en el libro Don Álvaro o la fuerza del sino

(1835) de Ángel Saavedra, la ópera de Verdi debutó en San Petersburg­o en el verano boreal de 1862. Al término de la cuarta función, el zar Alejandro II se acercó para felicitar al compositor, y así y todo el músico italiano parecía insatisfec­ho.

El encargo le había llegado por carta desde Rusia en 1859 y, como pago, la suma de 60 mil francos. No pudo negarse. La ópera narra en cuatro actos un trágico romance que acaba por destruir a una familia en la Sevilla del siglo XVIII. Tras presenciar desde un palco la primera temporada, a Verdi le pareció que el final escrito por el autor en el relato original -que termina con el suicidio de su protagonis­tano era del gusto de la audiencia.

“Debemos buscar la forma de evitar tantas muertes”, le escribió Verdi a su libretista, Francesco Maria Piave.

Siguiendo sus órdenes, Piave cambió el final y resaltó escenas y personajes que contrastab­an la tragedia con humor. Así debutó nuevamente en 1869 en la Scala de Milán, pero La fuerza del destino ya arrastraba fama de maldita: Piave sufrió una parálisis que lo llevó a la tumba en 1876. No fue todo. La obra cobraría otra víctima: el 4 de marzo de 1960, el barítono estadounid­ense Leonard Warren comenzó

a toser y a escupir hacia el final del tercer acto, cuyo inicio recitaba: “Morir, tremenda cosa”. El cantante simplement­e se desplomó sobre el escenario del Metropolit­an Opera House de Nueva York. Murió apenas con 49 años. Al tanto del halo oscuro que rodeaba y aún rodea a la obra, incluso Luciano Pavarotti evitaba cantarla.

“Segurament­e un poco de insegurida­d hay, porque sí tiene fama negativa. Yo espero que Verdi me escuche desde el cielo y no me mande una lámpara a caer encima”, dice el director de escena italiano Stefano Vizioli (1959), quien hoy abrirá la temporada lírica del Municipal de Santiago con una nueva versión de La fuerza del destino, la primera desde 1959.

El director artístico de la Ópera de Pisa ha montado

varias obras de Verdi, de La

Traviata e Il Trivatore, hasta dos versiones de Rigoletto en Chile, en 1997 y 2004, ambas en el Municipal. Ahora se enfrenta por primera vez a La

forza, y no elude sus insegurida­des: “Como buen italiano del sur y hombre de teatro, además, soy muy superstici­oso. Esquivo a los gatos negros, viajo de ida y vuelta

con la misma camisa y uso calcetines que me traen suerte. Pero no es que me haya resistido a dirigir La forza, es solo que es primera vez que me la encargan”, cuenta.

El escenario luce en ruinas, y a ratos se dibujan sobre él una serie de cuadros que aluden a la guerra y la destrucció­n, inspirados en Francisco de Goya.

Interpreta­da alternadam­ente por dos elencos y bajo la conducción musical de Giuseppe Grazioli y PedroPablo Prudencio, La fuerza

del destino tiene de protagonis­tas a Leonora, una noble española, y a Álvaro, un mestizo e hijo de una princesa inca, cuyo intento de fuga precipita la muerte accidental del padre de ella. Este hecho desencaden­ará la venganza del hermano, don Carlo. Hoy subirán al escenario la soprano rusa Oksana Sekerina (Leonora), el tenor chileno Giancarlo Monsalve (Don Álvaro) y el ucraniano Vitaliy Bilyy (Don Carlo).

Moderna y oscura

“El escenario refleja una cultura destruida, como la situación que tenemos ahora mismo en el mundo”, apunta el director. “Yo soy muy antiguerra y antidictad­ura, y además vengo de un país con militares que está yéndose hacia un extremo político que no me gusta, una derecha más oscura, fascista y antilibera­l. La cultura como valor moral, ético y social es una defensa muy fuerte contra todo esto”, agrega.

Para Vizioli, La fuerza del

destino es la obra más exigente de Verdi: “Su mayor complejida­d radica en la dramaturgi­a. Es un acto de coraje hacerla, primero por su duración (3 h. y 40 min.), además de la exigencia artística, pero aquí realmente están a muy buen nivel”, comenta. “Toda la obra es una broma del destino. Sus personajes viven una casualidad absoluta y está llena de

leitmotiv; el símbolo del destino, la redención, el amor, la soledad. Esa contradicc­ión constante entre la tragedia y el humor hace que sea una de las obras más modernas, oscuras y difíciles de descifrar en Verdi”, agrega. ●

 ??  ??
 ??  ?? Hoy debuta La fuerza del destino, con la soprano rusa Oksana Sekerina y el tenor chileno Giancarlo Monsalve.
Hoy debuta La fuerza del destino, con la soprano rusa Oksana Sekerina y el tenor chileno Giancarlo Monsalve.
 ??  ?? La escenograf­ía de Nicolás Boni propone un teatro destruido e inspirado en las obras de Francisco de Goya.
La escenograf­ía de Nicolás Boni propone un teatro destruido e inspirado en las obras de Francisco de Goya.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile