Trump niega que sus dichos sobre congresistas demócratas fueran “racistas”
El Presidente dijo que “no tiene ni un hueso racista”, luego que aconsejara a las legisladoras a que “vuelvan” a sus países de origen.
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó ayer que sus violentos comentarios contra cuatro congresistas demócratas pertenecientes a minorías fueran racistas, mientras crecía la polémica por las declaraciones que fueron criticadas por figuras de su propio partido. Luego de haber aconsejado el fin de semana a estas cuatro legisladoras que “regresen” a sus países de origen, el mandatario intensificó el lunes sus ataques, y ayer negó que sus comentarios fueran racistas. “Estos tuits no eran racistas. No tengo ni un hueso racista en mi cuerpo”, señaló en Twitter.
La Cámara de Representantes dominada por los opositores demócratas, aprobó ayer una resolución para condenar los comentarios de Trump contra las
cuatro congresistas. “La Cámara de Representantes condena enérgicamente los comentarios racistas del presidente Donald Trump que han legitimado e incrementado el miedo y el odio hacia los nuevos estadounidenses y hacia la gente de color”, dice el texto, que fue suscrito por cuatro legisladores republicanos que se sumaron a los 235 votos demócratas.
En sus tuits, Trump atacó a Alexandria Ocasio-Cortez (representante de Nueva York, de origen puertorriqueño), Ilhan Omar (de Minnesota, estadounidense nacida en Somalia), Ayanna Pressley (una legisladora negra que representa a Massachusetts) y Rashida Tlaib (de Michigan, de ascendencia palestina). Estas cuatro legisladoras, que llegaron a la Cámara a principios de 2019, son apodadas “El escuadrón” por algunos
medios y destacan por su intensa actividad en las redes sociales y por posiciones inclinadas hacia la izquierda.
Trump se aferró a su estrategia de alimentar la controversia que él mismo lanzó y en la mañana del martes reiteró su mensaje a las congresistas: “Si no están felices aquí, pueden irse”, les dijo.
En carrera por un segundo periodo en las elecciones
de 2020, Trump parece más decidido que nunca a avivar las llamas de la tensión racial para reforzar su base electoral, mayoritariamente blanca, pero también para sembrar divisiones entre sus opositores políticos.
Trump iba a recibir ayer en la tarde en la Casa Blanca a líderes republicanos del Congreso, en una cita en la que buscará tener al menos un apoyo tácito de su parte.
Pero los ataques contra las congresistas también generaron críticas en su propio campo. La senadora Susan Collins, republicana de Maine, rompió el silencio inicial de sus copartidarios y llamó al Presidente a retirar el tuit: “Fue totalmente fuera de lugar”. El senador negro republicano Tim Scott, también criticó al Presidente por usar “ataques personales inaceptables
y lenguaje ofensivo racialmente”. Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, no se ha pronunciado.
El domingo, en un tuit, el mandatario había llamado a las legisladoras demócratas a regresar a esos “países totalmente infestados por la criminalidad de los que provienen”. Aunque tres de ellas nacieron en Estados Unidos.