La Tercera

“‘El Chapo’ Guzmán dejará un vacío simbólico como ícono rebelde”

Sin embargo, Vásquez cree que “sería iluso pensar que (su condena) representa­rá un cambio a nivel estructura­l en torno a la industria del narcotráfi­co”.

- Ainhoa Vásquez Fernando Fuentes

La investigad­ora chilena, radicada en México, Ainhoa Vásquez es una de las voces expertas en temas de narcotráfi­co. Académica de la Universida­d Nacional Autónoma de México (Unam), editó el libro Narcocultu­ra

de norte a sur, en el que aborda el fenómeno en América Latina y en Estados Unidos. En conversaci­ón con

La Tercera analiza la condena de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

¿Qué mensaje cree que manda la justicia de EE.UU. a México con la condena a Guzmán?

Es una condena enérgica, porque con esta sentencia no se condena solamente al criminal, sino a un ícono. EE.UU. demuestra que aún tiene el poder de detener la industria del narcotráfi­co. Es un triunfo para la DEA, como lo fue, en su momento, el asesinato de Pablo Escobar. Sin embargo, también es simbólica, porque esto no termina con el narcotráfi­co, ni mucho menos con el problema de consumo que aqueja a EE.UU. “El Chapo” siempre ha sido un eslabón más dentro de una gran cadena.

¿ “El Chapo” ve afectada su imagen en la narcocultu­ra de México?

Creo que “El Chapo” ya es una le

yenda a lo Robin Hood. En Sinaloa la gente lo quiere, porque dio lo que el Estado no ha podido. Se venden sus figuritas de acción, tiene estatuas, en todo México se venden poleras con su cara o con frases que se le atribuyen. Pero este culto a su persona tiene que ver con que ha sido un rebelde, que se escapó del Estado mexicano y enfrentó al Estado estadounid­ense, como en su tiempo lo fueron Félix Gallardo, Amado Carrillo Fuentes o Pablo Escobar, este último convertido en mártir, porque fue asesinado. La condena de “El Chapo”, en cambio, puede significar una caída de su imagen. Es muy posible que sea reemplazad­o como ícono.

¿Cómo repercute la sentencia en los otros capos mexicanos?

“El Chapo” dejará un vacío simbólico como ícono rebelde y, segurament­e, será reemplazad­o por otros. Sin embargo, sería iluso pensar que representa­rá un cambio a nivel estructura­l en torno a la industria del narcotráfi­co. Cuando Pablo Escobar fue asesinado, los carteles se reestructu­raron y surgió una nueva generación que opera bajo una imagen empresaria­l. Es posible que ocurra algo así en México, con narcotrafi­cantes de perfil más bajo. La condena a “El

Chapo” es un golpe para la narcocultu­ra, pero no para el narcotráfi­co.

¿El Cartel de Sinaloa pierde presencia en su disputa territoria­l con otros carteles?

El Cartel de Sinaloa no es solamente Guzmán Loera. De hecho, aunque fue apresado en 2016, el cartel ha seguido operando. Para los periodista­s mexicanos, los líderes actuales (e históricos) son Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoz­a, “El Azul”. Muchos dicen también que Rafael Caro Quintero es quien tomó el control. El Cartel de Sinaloa es dueño de un territorio importante y ha sido por años el cartel más significat­ivo, no renunciará­n a esa plaza por la condena de “El Chapo”.

¿Se espera algún giro de AMLO en su lucha contra el narco?

La política de López Obrador parece ser muy diferente a la de Calderón y Peña Nieto. En agosto de este año, AMLO dio a conocer un Plan Nacional de Desarrollo en el que se contempla la legalizaci­ón de las drogas. En ese sentido, la lucha contra el narcotráfi­co cambia por completo de foco: deja de ser un asunto de seguridad interior para ser un problema de salud pública. Habrá que ver si será factible.b

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► Souvenirs de “El Chapo” Guzmán y el “narcosanto” Jesús Malverde, en una tienda de Culiacán, en Sinaloa.

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