“Ramiro” solicita abonar años en Brasil a su pena en Chile
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Mauricio Hernández Norambuena, alias “comandante Ramiro”, está preso desde el martes en la Sección de Máxima Seguridad (SMS), una de las tres áreas que forman la Unidad Especial de Alta Seguridad de Gendarmería. Para el común de las personas, este penal se llama Cárcel de Alta Seguridad (CAS).
Fue creada a principios de los 90 casi exclusivamente para albergar a exsubversivos que seguían ligados a actividades delictuales en democracia. En la década del 2000, con la
salida de este tipo de reos a través de conmutaciones de pena o beneficios carcelarios, esta cárcel cambió su perfil y se convirtió en un penal que albergaba a presos comunes de alto compromiso delictual, como líderes de bandas de narcotraficantes o asesinos.
Con “Ramiro” de vuelta a la CAS, sumado a otros exsubversivos, como los condenados por el homicidio del cabo Luis Moyano (Juan Aliste y Marcelo Villaroel), el penal pareciera estar volviendo a su perfil original.
Hernández está solo en una celda en el tercer piso de la SMS, aislado del resto
de la población. Pero cuando tiene visitas lo trasladan a una sala especial para recibir personas.
Ahí aparece Camilo Gajardo, formalizado por cinco atentados explosivos, entre ellos, la encomienda a la casa del expresidente del directorio de Codelco Óscar Landerretche. También está Juan Flores, condenado por el bombazo en el Subcentro del Metro Escuela Militar, y Joaquín García, condenado en agosto de 2018 junto a Kevin Garrido (falleció en noviembre en Santiago 1) por un bombazo en la Escuela de Gendarmería.b