PDI trasladó seis cuerpos momificados de Antofagasta a Santiago
Se utilizaron dos 4x4 para movilizar los restos arqueológicos al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. El proceso duró 27 horas. No se podía hacer en avión.
Fue un viaje largo, de 27 horas y con tres cadáveres en la maleta de cada auto. Todos, eso sí, de cientos de años de antigüedad. Eso fue lo realizado por cuatro funcionarios de la PDI durante esta semana. Distribuidos en dos vehículos de la institución, los policías recorrieron por tierra los más de 1.300 kilómetros que separan a Antofagasta de Santiago para trasladar seis momias.
Los cuerpos fueron aislados y cerrados de forma hermética. Tras ello, los funcionarios salieron el martes del Museo de Antofagasta, donde se encontraban las muestras. “Se montaron unas arriba de otras, junto con unas divisiones que eran unas plataformas de fierro”, detalló el subcomisario Tomás Silva, jefe de la Brigada contra Delitos Medioambientales y Patrimonio Cultural (Bidema) de Antofagasta de la PDI.
Sin inconvenientes, el miércoles llegaron al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, que será el nuevo hogar de los cuerpos durante los próximos dos años. Todos varones. Dos infantes y cuatro adultos. El traslado se hizo por tierra, porque “no hay forma de realizarlo en avión”, afirmó el subcomisario.
Cinco de los seis cuerpos movilizados datan de tiempos prehispánicos. El sexto corresponde a una persona de comienzos del siglo XX.
La finalidad del traslado es “mejorar la preservación”, detalló Daniela Bracchitta Krstulovic, jefa del laboratorio de arqueología del lugar. Al cumplir con esa labor, “se pueden abrir focos de investigación”, añadió la experta.
Hombre del salitre
En el sector de Pampa Loreto, en las cercanías de Calama, en un improvisado ataúd de tablones de madera unidos con clavos, sin bisagras, se encontró uno de estos cuerpos, aquel que data de comienzos del siglo XX. Una empresa minera
realizaba excavaciones en el lugar en 2002 y al encontrarse con el cajón los trabajadores alertaron a las policías.
Vestido con calamorro -zapatos de confección artesanal de la época del salitre, en donde la suela está clavada al cuero- y pantalón de mezclilla, el cuerpo “estaba vestido con la mejor ropa que pudo tener en algún momento”, relató el comisario (R) Víctor Quintanilla, de la
Brigada de Homicidios de Antofagasta, quien participó en el hallazgo.
Luego de realizar los análisis correspondientes, se le informó al fiscal que “no había interés criminalístico, sino más bien de carácter antropológico. El fiscal decidió entonces remitir los restos al Museo de Antofagasta para que hicieran un estudio más acabado del tema”, contó Quintanilla.b