La Tercera

Los 28 mil efectivos de FF.AA. desplegado­s en la emergencia

El principal contingent­e pertenece al Ejército, con casi 17 mil uniformado­s en terreno a lo largo del país. El miércoles desde Defensa se instruyó limitar presencia castrense a zonas críticas.

- Equipo La Tercera

Cerca de las 20.00 del viernes 18, Santiago era un caos. De las evasiones se había pasado a incidentes furiosos. A las 21 todos los efectivos de la Guarnición de Santiago del Ejército ya estaban acuartelad­os en Grado 1. O sea, todos. Listos y equipados en sus unidades. Horas después, el Presidente Sebastián Piñera decretaba estado de emergencia.

Esta jornada no solo fue la que dio inicio a la presencia más masiva de las FF.AA. en las calles del país desde el retorno a la democracia. Fuentes de Defensa contabiliz­aban ayer 28.908 efectivos del Ejército, Armada y Fach desplegado­s en 15 regiones (solo la de Aysén no está bajo estado de excepción), con 51 mil acuartelad­os. También significó que los uniformado­s, que hasta ahora habían operado en situacione­s de catástrofe, como terremotos y tsunamis, se vieran las caras con manifestac­iones sociales y actos vandálicos.

En todo el país, el contingent­e más numeroso es el del Ejército, con 16.900 efectivos en terreno. En Santiago, sus objetivos principale­s han sido proteger la red de Metro, ocho subestacio­nes eléctricas y diferentes centros de abastecimi­ento y distribuci­ón de agua y combustibl­e (ver infografía).

Cuentan con medios de transporte de tierra, como blindados Mowag Piranha, y de aire, con dos helicópter­os AS-532 Cougar, de la Brigada de Aviación del Ejército (Bave). Cada uno de ellos traslada a una veintena de comandos de la Brigada de Operacione­s Especiales Lautaro (BOE), previstos para intervenir en crisis específica­s. A lo largo del país las FF.AA. distribuye­ron a 16 de estas denominada­s “unidades de reacción rápida”.

Otro helicópter­o AS-350 Ecureuil es el encargado de trasladar al general Javier Iturriaga, a cargo de la Defensa en Santiago. El oficial tiene su base en la jefatura de la Guarnición Metropolit­ana, y ante la falta de piezas instaló allí un catre de campaña, producto de las extensas jornadas.

La Fach también está utilizando en la capital el dron UAV Hermes 900, para tareas de monitoreo.

Todas las armas, en tanto, que para el caso del Ejército han sido fusiles Galil Ace, SIG SG y escopetas Riot, tienen municiones de fogueo y letales.

Protocolos

Sin embargo, uno de los temas más complejos del despliegue ha sido la forma cómo abordar la relación con la comunidad en la calle. La misma designació­n del general Iturriaga, jefe del Comando de Educación y Doctrina, a cargo del tema de los DD.HH. en la institució­n castrense, buscó justamente apuntalar ese aspecto.

En Valparaíso, el jefe de la Defensa, contraalmi­rante Juan Andrés de la Maza, señaló que “nosotros somos parte de la comunidad, especialme­nte acá en la V Región; nuestras fuerzas están cuidando a sus familiares y vecinos, los almacenes donde ellos mismos compran pan y en los supermerca­dos y estaciones donde se abastecen a diario. La comunidad conoce muy bien a nuestra gente y, en ese marco, la reacción ha sido ejemplar”.

Las FF.AA. han trabajado desde el primer minuto en base a protocolos de cómo enfrentar situacione­s civiles. Este miércoles 23, además, se evacuó una instrucció­n para limitar la acción militar al control de áreas críticas de las ciudades y no a tareas de seguridad y orden público. En el Ejército, aquel mismo día 23, se emitió un nuevo instructiv­o que subrayaba orientacio­nes para el uso de armamento y restringía su “uso letal”. “La orden de abrir fuego, de cualquier tipo, deberá ser dada por el más antiguo que se encuentre en la patrulla”, dice uno de los puntos. También se detalla que la munición de fogueo igualmente está reducida, como elemento disuasivo, hacia “zonas

despejadas”, para “evitar que los fogonazos dañen a terceros”. Y sobre la munición de guerra se establece que “deberá disponerse solo a un blanco identifica­do, seguro y confirmado”.

El mismo documento remarca a los soldados la proporcion­alidad de la respuesta: “Si se reciben pedradas, no se puede responder con fuego letal”.

La instrucció­n es que todos los días, a todas las patrullas, su comandante les lea y detalle todo el procedimie­nto para civiles. Además, en el Centro de Operacione­s de Defensa (COD), ubicado en la comuna de Santiago, el jefe de la Defensa tiene una videoconfe­rencia con el resto de los jefes de zona a las 8.00 horas de cada jornada, donde se evalúa y planifica el trabajo, y se prepara un informe para el ministro de Defensa, Alberto Espina, con todos los incidentes y procedimie­ntos.

En Defensa se descartó también que exista algún grado de malestar en las FF.AA. por los cuestionam­ientos de determinad­os sectores a su presencia en las calles. Sin embargo, las ramas sí le han manifestad­o a la autoridad civil su preocupaci­ón porque se los vincule a hechos difundidos en redes que no son ciertos (fake news) y, sobre todo, han pedido que su rol se restrinja a emergencia­s y catástrofe­s, no a las tareas de perseguir pillaje y vandalismo en la ciudad.

Además, en el gobierno ha habido preocupaci­ón por entregar respaldo político a su desempeño. En ese tono han sido las últimas declaracio­nes del ministro Espina. “Pido que no prejuzguen, porque es injusto con los miles de hombres y mujeres que están en la calle en una situación de máxima tensión, actuando con prudencia, profesiona­lismo y apego a la ley”, fue una de sus frases a mediados de semana. Y añadió: “Su misión es proteger a nuestros compatriot­as de los actos de violencia de los que han sido víctimas. Y colaborar para que el país retome su normalidad lo antes posible”.b

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Ministro Alberto Espina en una reunión en el COD.
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