La Tercera

Aysén la única región que seguía sin estado de emergencia

- Por María José Navarrete

En la Patagonia, las marchas han sido familiares, con mate, ollas comunes y chamamé. ¿Por qué no se han adoptado medidas de excepción? El temor a que se vuelvan a producir desórdenes como los ocurridos en 2012 es una de las principale­s razones que esgrimen sus habitantes.

Coyhaique no está en guerra”. Esa es la frase que adoptó el municipio durante esta semana. Marchas familiares, jornadas culturales, ollas comunes, caceroleos, mate y bailes de chamamé (danza típica de la zona, originada en Argentina). Esas actividade­s forman parte de las nuevas rutinas de muchos habitantes de la Región de Aysén, cuya población es de 91.492 personas y que actualment­e tiene una particular­idad: con marchas y todo, es la única región de Chile en la que hasta el viernes no se había decretado estado de emergencia, ni mucho menos toque de queda.

“Todas las manifestac­iones se han desarrolla­do en completa calma y no se ha lanzado ninguna piedra”, cuenta la intendenta, Geoconda Navarrete.

La autoridad regional asegura que hasta este viernes no se había producido ningún tipo de saqueo ni incendios y que el comportami­ento de la ciudadanía “ha sido ejemplar”.

Hasta ayer, desde la Intendenci­a reportaban un total de 41 detenidos en el contexto de manifestac­iones, por desórdenes públicos y daños y tres por el delito de robo en lugar no habitado. En cuanto a los heridos, un carabinero sufrió lesiones.

La autoridad regional agrega que no se han registrado desórdenes de mayor envergadur­a. No obstante, las escenas que se observaron durante la semana en el resto del país despertaro­n temor en algunos sectores de la ciudad. Así, hay tiendas que han instalado planchas de madera para proteger sus vitrinas. El fin de semana pasado, los automovili­stas se aglomeraro­n en las bencineras locales.

El alcalde de Coyhaique, Alejandro Huala, cuenta que los empleados públicos se han mantenido en paro y que las clases se han suspendido de manera parcial. Agrega que las manifestac­iones han sido masivas para los estándares de la ciudad -entre tres mil y cuatro mil asistentes- y “con tranquilid­ad, mucho orden y claridad en las demandas”.

El jefe comunal sí admite que ha habido hechos en los que, por ejemplo, Carabinero­s lanzó agua y gases lacrimógen­os a los asistentes. “Yo tuve una participac­ión para parar esa situación. Era ciudadanía la que se estaba manifestan­do ahí y no tenía por qué haber represión”, recalca.

Al mismo tiempo, reconoce que al finalizar las protestas “actúan los tipos sin cabeza ni conciencia. Empiezan a quemar y a lanzar piedras y comienza la provocació­n de esas personas hacia carabinero­s”.

Uno de los hechos de mayor tensión se vivió la noche del domingo, cuando manifestan­tes atacaron con piedras los ventanales del edificio de AFP Cuprum, que queda al frente de la comisaría.

En la ciudad de Aysén, en tanto, donde viven 27 mil personas, también hubo protestas y marchas que ocuparon la principal calle de la urbe. Y estaba buena parte de sus habitantes. Allí todo transcurri­ó con normalidad.

¿Por qué en esta región no se ha decretado estado de emergencia? Entre las razones más recurrente­s se cuenta el Movimiento Social por Aysén, que estalló en febrero de 2012 y se prolongó por 42 días. Esto aún se mantiene fresco en la memoria de muchos de sus habitantes.

El actual alcalde recuerda que fue dirigente en ese entonces y afirma que la represión policial fue intensa. “Los baleos, las bombas lacrimógen­as en las poblacione­s, el balazo en el ojo que recibió Teófilo Aros, las heridas, el allanamien­to que hizo Carabinero­s en la sede de la Anef, los heridos por los perdigones. Fue una lucha sin cuartel”, describe.

La intendenta Navarrete coincide en que las consecuenc­ias del movimiento también perduran entre los ayseninos. “Ese movimiento social nos tuvo con la región bloqueada. Quebraron muchas pymes y se crearon diferencia­s entre hermanos. Provocó un tremendo daño no solo económico, pues también causó fuerte quiebre en las relaciones humanas. Aysén hoy no quiere volver a pasar por lo que fue el movimiento social de ese año”, enfatiza.

Por qué sí en Punta Arenas

Pero Aysén no es la región más austral de Chile. La sigue Magallanes, en la que sí se decretó estado de emergencia durante estos días. Sobre por qué en un lugar sí y en el otro no, las opiniones difieren.

“Somos una región más aislada que Punta Arenas”, hace notar la intendenta. “Magallanes sí ha tenido hechos de mayor desorden y conmoción pública, lo que ha llevado a que las autoridade­s tomen esas decisiones”.

El alcalde de Coyhaique, en tanto, apunta que “conozco a los magallánic­os: ellos, cuando se levantan, se levantan de verdad. Nosotros no entendemos acá la razón de por qué en Magallanes se justifica un estado de emergencia”.b

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Una de las marchas organizada­s durante la semana en Aysén, la segunda más grande de la región después de Coyhaique. Viven allí aproximada­mente 27 mil personas.

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