La Tercera

Diálogo político y agenda ciudadana

- Luis Larraín

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, ha recibido el importante encargo del Presidente Piñera de iniciar un diálogo con todos los sectores políticos para salir de la crisis que vive el país. Concurrier­on a esa convocator­ia el Partido Socialista y el sector más moderado del Frente Amplio. El Partido Comunista y los sectores estalinist­as del Frente Amplio se negaron. Es un interesant­e comienzo del nuevo gabinete, que con una cara más joven y amable, debe enfrentar esta tarea. La cuestión es si el gobierno es capaz de ofrecer, en este diálogo, cambios de una relevancia suficiente para que la ciudadanía sienta que sus demandas son escuchadas. Creemos que ello es posible, pero nada fácil. La dificultad estriba en que al haberse incorporad­o sectores más duros a la mesa, lo que por un lado es un logro, también se extreman las peticiones. Por otra parte, los partidos de oposición insisten en confundir la agenda social con sus propias demandas, que se resumen en obtener más poder para los políticos. Frente a eso, no cabe sino negociar mirando a la ciudadanía

El gobierno tiene una potente oferta que hacer a los chilenos. La agenda social debe partir por un rápido programa de reconstruc­ción de la infraestru­ctura crítica en Santiago y las principale­s ciudades del país afectadas por el vandalismo y el terrorismo. Desde luego, estaciones de Metro, pero también paraderos de buses en todo el país, infraestru­ctura urbana, veredas, parques y plazas. Apoyar también la puesta en marcha de supermerca­dos y pequeños negocios, apurando los permisos, y en el caso de las Pymes otorgando créditos blandos y subsidios. Esa es la prioridad social y no otra.

La segunda cuestión es la grave inequidad en la asignación de recursos públicos a las municipali­dades. El espacio público, financiado con recursos del Estado, debe ser de igual calidad para todos los ciudadanos. Para lograrlo se debe proponer pronto una radical reforma a la ley del Fondo Común Municipal, que tienda a mayor igualdad de los recursos de inversión municipal en espacios y transporte público, y con ello a igual dignidad entre los chilenos. Paradojalm­ente, el Metro de Santiago tendía justamente a eso y lo destruyero­n parcialmen­te.

El gobierno debe, así, salir de esa suerte de tubo legislativ­o sin ventanas que es la discusión de los proyectos emblemátic­os en el Congreso, y que lleva a gobierno y oposición a enfrascars­e en discusione­s estériles e incomprens­ibles para la ciudadanía. La nueva mirada del ministro Ignacio Briones debiera contribuir a dejar ese tubo y plantear salidas rápidas a las reformas tributaria y de pensiones; y si la oposición estira mucho la cuerda, dejarlas de lado y abocarse a su nueva agenda social con este nuevo componente de equidad territoria­l.

¿Agenda política, nueva Constituci­ón? Partamos por bajar las dietas parlamenta­rias y el número de diputados y senadores. Eso está en las demandas ciudadanas.

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