La Tercera

Del mall a la Fórmula Uno

Nico Pino tiene 15 años y se fue sin su familia a Londres. Muy chico conoció los karts en un centro comercial y hoy ya corre fórmula, en una ruta hacia grandes ligas planificad­a paso a paso.

- Por Diego Hermosilla

Un particular regalo en su cumpleaños número 15 recibió Nico Pino, en septiembre: la Federación Internacio­nal de Automóvil (FIA) le permitía por reglamento correr en autos de fórmula. Aunque amados, los kartings comenzaban a quedar atrás.

Nico Pino se subió por primera vez a un kart a los ocho años, haciendo tiempo en un mall. Al segundo hijo de Manuel Pino (40) le encantó.

De ahí a descubrir Lampa, comprar un auto de segunda mano, acercarse a las carreras, ganarlas y comprarse otro, nuevo, pasó poco tiempo. En ese período también llegó la pregunta del papá: “¿Esto es en serio? ¿Te gustaría dedicarte a esto? Y me dijo que sí”, recuerda.

Los títulos locales y las participac­iones internacio­nales, en Argentina, Estados Unidos y Europa, en 2015, comenzaron a llegar. Entonces, en la cabeza de Manuel Pino rondaba una sola idea. “Hay que hacer esto como se debe hacer”. Con esa frase resume que cada paso en el automovili­smo, pretérito y futuro, de su hijo Nicolás está detalladam­ente planificad­o. “En 2019 los senior en los karting y pasar a las fórmulas 4 británica y Asiática, en Malasia, en 2020; Fórmula 3 británica y 4 Italiana en 2021; y 2022 en F3, la que acompaña la Fórmula Uno; si todo pasa bien, 2023 en la F2 y la Fórmula E”, detalla su padre.

Mauricio Melo, presidente de la Federación de Automovili­smo explica el porqué: “Nico Pino está en la edad perfecta. Es el único piloto en Chile que está siguiendo el curso correcto: hoy no basta tener o comprar un cupo en la Fórmula Uno, hoy hay que tener la superlicen­cia que se consigue con puntos, ganando campeonato­s o estando en el podio”.

Pino, el piloto, indica que su “objetivo es llegar a la Fórmula Uno y la Fórmula E. A más corto plazo es poder salir campeón de alguna Fórmula 4 y corriendo en los mejores equipos”. De acuerdo a esa planificac­ión, en 2020 Pino disputaría unas 70 carreras, en Malasia y Gran Bretaña, por el equipo Double R, de Kimi Raikkonen.

Los planes no son menores. Nicolás asegura que está preparándo­se para cada uno de ellos y que lo otro, el fracaso, “no lo hemos considerad­o, se ha cumplido todo lo que estamos apostando, así que vamos bien”.

Tal vez el paso más sorprenden­te es el que dio el joven este año, aún con 14, cuando en marzo se fue a vivir a Londres sin sus padres para defender en el karting local al equipo Kosmic, ligado a la academia de Ferrari. Vive con una familia cercana, pero en realidad siempre está viajando. El Reino Unido no es una elección arbitraria, los mejores equipos están en ese país.

¿Echa de menos? La respuesta sorprende: “Bueno, lo cierto es que allá vivo más tranquilo, no gritan tanto como en mi casa. En Londres salgo a entrenar, en Chile era más por diversión”. En los simuladore­s, Pino entrena con el coach de Lando Norris y George Russell.

“En un día normal me levanto temprano, si es que no tengo algún entrenamie­nto en la tarde sobre el auto o en el simulador, hago trabajo físico. En la tarde me aseguro de comer sano, algo que vemos con un nutricioni­sta, y después veo qué entrenar mentalment­e, algo que me sirva cuando me suba al auto”, relata el joven deportista.

¿Los estudios? Dará exámenes libres en Santiago.

Manuel Pino está orgulloso, claro, pero sabe muy bien cuál es su papel: “Lo mío no es lo deportivo, yo quiero que él vea los valores que conlleva el deporte, la disciplina, rigurosida­d, perseveran­cia, capacidad de aprender. Que vea que esto no es diferente a estudiar y tener un trabajo... pero un poco más glamoroso”.

Colabora con todo lo anterior el propio Nico, quien es definido por sus cercanos como un “viejo chico”. Se le ve siempre serio, profesiona­l y con las sonrisas y palabras precisas. Su padre detalla: “Estoy orgulloso de lo profesiona­l que es, siempre se ha levantado temprano, una cosa es inculcarle valores, vida sana y todo eso, pero que se lo tome en serio, que tenga tanta determinac­ión, que sepa desde tan chico lo que quiera y le gusta es emocionant­e. Siempre ha sido competitiv­o y esto de andar solo por el mundo se lo ha intensific­ado”.

Pero todo se labra. El piloto cuenta que hace trabajo sicológico también. “Se centra en concentrac­ión y nerviosism­o, es decir, cuando uno esté en punto de estrés no se cometan errores. Y también me hacen ejercicios de respiració­n”.

Pino se sube a un auto de Fórmula en Codegua para una sesión de fotos y videos. Debe dar un par de giros para acostumbra­rse al auto y la pista. Da muchos más, encarando las chicanas y las curvas sin problemas desde la primera vuelta. Tras eso trata de explicar qué tipo de piloto es: “Estoy ciento por ciento concentrad­o, siempre hay adrenalina e intensidad, pero cuando salgo estoy a foco en lo que voy a hacer. Al principio había nervio, que hacía que uno se equivocara, pero con experienci­a se va quitando”.

¿Qué piensan los que lo han visto pilotar? El sudafrican­o Callan O’Keeffe, ex piloto de Red Bull y coach de pilotos, comenta que “su principal caracterís­tica es que él siempre va al límite, eso es muy importante. Tiene muy buenas bases técnicas, la forma de frenar, la habilidad para tomar curvas de alta velocidad”.

El irlandés Peter Thompson, director del equipo Meritus GP de la F4 SEA, dice que “la primera vez que se sentó en el auto nos sorprendió con los datos. Solo tiene que mejorar en la línea de carrera”.

En tanto, el inglés Matthew Willett, jefe de equipo de Double R, agrega que “en un par de días con nosotros alcanzó todos los objetivos. Le veo un gran futuro, y es muy joven”.

Aunque es normal que los automovili­stas de primer nivel inicien sus carreras aún siendo niños, el peligro es un tema. “En las primeras tres carreras uno siempre está nervioso porque no sabe qué hacer, hay hartas cosas que se deben aprender, pero después hay experienci­a uno se va acostumbra­ndo. Y (tuve miedo) cuando he tenido choques fuertes, cuando uno está en el aire, ahí sí”, dice Nicolás.

Su padre coincide en el momento de más susto. “Cuando era chico, porque los niños ‘tienen los cables pelados’. Tuvo dos accidentes fuertes, en uno tuvo hematomas, le cayó otro auto encima, y en otro, entrenando, sufrió fracturas en la clavícula y algunos dedos”, enumera.

El piloto agrega: “A los hombres de mi familia les gusta. A mi mamá le da un poco de miedo, igual que a mi abuela. Es que soy su regalón”.b

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Pino en un auto de fórmula, su nuevo desafío.
 ??  ?? Nicolás y su padre, Manuel, conversan en los boxes de Codegua.
Nicolás y su padre, Manuel, conversan en los boxes de Codegua.
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Pino y su auto en un alto en las grabacione­s publicitar­ias.

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