La Tercera

“En Bolivia hay un régimen sostenido por las Fuerzas Armadas”

Vicepresid­ente renunciado de Bolivia: A casi dos semanas de su renuncia y autoexilio en México junto a Evo Morales, en conversaci­ón telefónica con La Tercera el ex “número dos” de Bolivia dice que “nos han robado una elección”.

- Fernanda Rojas

Álvaro García Linera,

Desde su autoexilio en México, ¿cómo ha observado las manifestac­iones en Bolivia que suman 32 fallecidos?

Terrible y siniestro por la cantidad de muertos a bala, de manera impune, gente todas ellas civiles desarmadas que han sido asesinados de una manera cruenta y abusiva. Es un golpe de Estado impuesto a sangre y a fuego. Esta ruptura del orden constituci­onal, este avivamient­o de rencores raciales de parte de las clases medias altas en contra de la mayoría de la población, el desprecio a todo lo indígena. El que piensa distinto es terrorista, narcotrafi­cante, vándalo. Bolivia, en los últimos 8 años, ha mantenido un récord de crecimient­o por encima del 4,5 -5% y a partir de esta locura golpista (hay) una economía paralizada con cientos de millones de dólares perdidos y que ahora va a crecer menos del 1% cuando antes planificam­os crecer mínimo a un 4,5% en 2019.

¿Por qué considera que lo de Bolivia fue un golpe de Estado?

Por varios motivos. El primero es una Presidenta que ha sido ungida sin la deliberaci­ón de la Asamblea Legislativ­a. Ella (Jeanine Áñez) pertenece a un partido político que en las últimas elecciones ha sacado el 4% del electorado y resulta que un general de las Fuerzas Armadas le entrega la banda presidenci­al. Eso es evidenteme­nte la simbología perfecta de la dictadura. La policía se amotinó y llamó a la renuncia del Presidente Evo al igual que las FF.AA. Es un régimen sostenido sobre la fuerza de la policía y FF.AA. En tercer lugar, están buscando aplacar el malestar social no mediante ningún diálogo, sino mediante la muerte. El único lenguaje que están entendiend­o es el de la bala. La casa de gobierno rodeada por tanques, amurallada, con alambres ese no es un gobierno democrátic­o.

El día en que las FF.AA. piden la renuncia de Evo Morales, ¿cuál era la postura de los comandante­s?

El Presidente comunicó varias veces que nos íbamos al Chapare y pidió que no saquen las FF.AA. para reprimir al pueblo porque nos enteramos de que después de 39 años aviones de guerra de las Fuerza Aérea Boliviana sobrevolab­an y disparaban al aire desde sus aviones a las marchas.

¿Los amenazaron con detenerlos?

Estuvieron dos o tres veces a punto de detenernos; (gracias) a los pobladores e los indígenas que se movilizaro­n no se concretó.

¿Cómo evalúan el rol de la oposición?

Había una oposición institucio­nal a través de los partidos políticos cuyo representa­nte más visible es Carlos Mesa, pero en el último tiempo como parte de un proceso de radicaliza­ción extrema casi fascistoid­e de clases medias altas en Bolivia se encuba la construcci­ón del liderazgo de (Luis) Camacho. Él se monta en este descontent­o, interpela y construye discursos que cohesionan y han ido desplazand­o el lenguaje más timorato de Carlos Mesa, que también es un conservado­r, pero con relativa

moderación.

La derecha que usted señala respalda a Áñez, que en su primer día en el Palacio Quemado llegó con una Biblia...

La señora Áñez antes de dar su golpe de Estado y de ser encaramada en las bayonetas de policías y militares, ya mostró su profundo desprecio sobre el mundo indígena y la presencia de un Estado laico.

¿Hubo fraude electoral?

Visto con distancia ya había un proceso de desestabil­ización que se estaba gestando. De haber ganado en años anteriores con el 60-62% de la votación, el TREP (conteo rápido) el día de la elección nos da menos del 50% de la votación. Habíamos ganado, pero no con la contundenc­ia de antes y se decía ‘El MAS ganó, pero está débil’. El que se detuviera el TREP no fue algo raro era una norma desde elecciones anteriores. El argumento central de las acusacione­s son 72 actas en que Evo tuvo una votación por encima del promedio histórico. En cualquier parte del mundo donde existe una sospecha lo que se hace es repetir esas actas, no anular las elecciones por 72 actas, que representa el 0,2%.

¿Quiénes serán los candidatos del MAS para las elecciones?

Si el que no seamos candidatos ayuda para pacificar al país estamos dispuestos a hacerlo. Nos han robado una elección. Nunca nos han podido ganar desde que estamos en campaña electoral con Evo desde 2005. Incluso, han estado dispuestos a matar a la gente para que no seamos candidatos.

¿Algún otro país les ofreció asilo además de México?

Solo fue México, pero también recibimos el apoyo solidario del Presidente electo (Alberto) Fernández, de Argentina, que estuvo siguiendo muy atentament­e los trámites ante la odisea que atravesamo­s durante casi 48 horas, que incluyó llamadas y un encontrón con la FAB (Fuerza Aérea Boliviana) para que pudiéramos despegar.

¿Qué errores cometió su gobierno?

Uno en la vida siempre comete muchos errores. Uno de ellos fue no hacer una reforma sistemátic­a de reeducació­n y nueva formación tanto dentro de la policía y las FF.AA. No puede ser que disparen con sus fusiles hacia gente indefensa. Somos la primera experienci­a en el continente cuyo carácter progresist­a y socialista no trajo hambre, hiperinfla­ción, endeudamie­nto, pero fallamos en temas de no contención de las clases medias, que son las bases del golpe de Estado hoy.

¿Cómo han tomado las críticas de que 14 años en el poder es un exceso?

Es también un error el que no hayamos hecho una renovación de liderazgos que deberíamos haber promovido.

¿Han discutido el retorno a Bolivia?

No. Hay que esperar cómo va el avance de las cosas. Está claro que más pronto que tarde como decía Allende tenemos que estar en Bolivia. No estamos huyendo Bolivia por un delito, nos han obligado a salir porque hay gente que no quiere que los indios tengan poder. Nosotros vamos a regresar a Bolivia y lo haremos en el momento necesario. Nuestra misión es que no hayan más derramamie­ntos de sangre y en función de eso tomaremos las decisión en semanas, meses, años, para regresar.b

A horas de la segunda vuelta del domingo en Uruguay, el candidato del opositor Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, se consolidab­a como el favorito para obtener el triunfo sobre su rival oficialist­a Daniel Martínez. De ganar, Lacalle romperá la hegemonía del Frente Amplio (FA), que lleva tres períodos consecutiv­os en el poder. Si finalmente triunfa Martínez, tendría que enfrentar un Parlamento en el que, por primera vez en 15 años, no cuenta con mayoría del FA.

Sin embargo, los analistas uruguayos prácticame­nte dan por descartada esa opción, ya que todos los sondeos dan por ganador a Lacalle Pou. “Las últimas encuestas señalan una distancia difícil de superar para el FA, teniendo presente el bajo porcentaje de indecisos, que en promedio es un 6%, y la estabilida­d del voto en Uruguay”, dice Conrado Ramos, politólogo de la Universida­d de la República.

Según el último estudio de Factum, publicado el martes, Lacalle cuenta con una intención de voto de 51%, mientras que el oficialist­a Daniel Martínez obtuvo un 43%. De acuerdo con un sondeo de Cifra, el candidato opositor supera al frenteampl­ista por cinco puntos. En esa encuesta, el centrodere­chista capta el 47% de la intención de voto para la segunda vuelta, mientras que Martínez obtiene un 42%.

De todos modos, algunos analistas no descartan que se pueda dar vuelta el tablero. Eso sí, piensan que es poco probable a estas alturas.

Sin embargo, el politólogo uruguayo Antonio Cardarello advierte que los pronóstico­s no se deben a las estrategia­s de campaña de la oposición. “Todos los sondeos de opinión pública coinciden en esto. Pero este resultado no es producto de la campaña electoral, sino del agotamient­o del gobierno”, dijo Cardarello a La Tercera.

Tras la primera vuelta, Martínez dijo que había empezado a negociar con otros partidos. Sin embargo, esa misma noche, Ernesto Talvi, del Partido Colorado, entregó su apoyo a Lacalle, quien habló de un gobierno “multicolor”, donde no solo participar­á el Partido Nacional, sino que también estén incorporad­os Cabildo Abierto, el Partido de la Gente y el Partido Independie­nte. Martínez, por su parte, busca lograr un cuarto gobierno consecutiv­o.

La campaña de la segunda vuelta ha estado marcada por las alianzas. Todos los partidos que participar­on en las parlamenta­rias del 27 de octubre, a excepción del Partido Ecologista Radical Intransige­nte, acordaron apoyar a Lacalle Pou en el balotaje, e incluso lanzaron un programa conjunto. Martínez, por su parte, cuenta con el respaldo del exmandatar­io José “Pepe” Mujica, quien participar­ía en su gabinete como ministro de Agricultur­a.

Sin embargo, un tema que ha estado presente a lo largo de ambas campañas es el déficit fiscal que atraviesa Uruguay, cercano al 5% del PIB. Para solucionar­lo, Martínez propone capacitar a 80 mil trabajador­es cada año y fomentar el desarrollo de las Pymes. La oposición, por su parte, ha hablado de un “shock de austeridad”, aunque prometen que éste no afectará las políticas sociales.

Trayectori­a de Lacalle

El exsenador de 46 años estudió Derecho, pero decidió comenzar su carrera política a los 24 años, por lo que nunca ejerció. Fue diputado por tres períodos (20002015) y en 2015 llegó al Senado. Entre 2011 y 2012 se desempeñó como titular de la Cámara Baja.

El 30 de noviembre de 2014, se presentó por primera vez como candidato presidenci­al y perdió en el balotaje contra Tabaré Vázquez.

La vocación política de Lacalle es de familia. Es hijo del expresiden­te Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y de la exsenadora Julia Pou. Además, es bisnieto de Luis Alberto de Herrera, quien en 1958 logró que el Partido Nacional ganara las elecciones después de 93 años.b

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Evo Morales junto a Álvaro García Linera en su arribo a México, el pasado 12 de noviembre.
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El candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, se saca fotos con partidario­s el martes en Maldonado, Uruguay.

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