La Tercera

IMPORTANTE SEÑAL EN FAVOR DEL ORDEN PÚBLICO

Tras la aprobación en el Senado del proyecto que refuerza las sanciones en caso de barricadas y saqueos, cabe esperar que la tramitació­n no se dilate en la Cámara de Diputados.

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El Senado aprobó favorablem­ente el proyecto de ley -originado en moción parlamenta­riaque tipifica acciones que atenten contra la libertad de circulació­n de las personas en la vía pública a través de medios violentos e intimidato­rios (“antibarric­adas”) y que fija penas para el saqueo en casos de calamidad y alteración del orden público. La Cámara Alta introdujo una serie de modificaci­ones a lo que ya había aprobado la Cámara de Diputados en primera instancia, pero en general no se altera el fondo de lo que se pretende sancionar.

El avance de esta agenda es un paso relevante, en una doble dimensión. Desde luego porque pone al día una legislació­n contenida en el Código Penal cuyos orígenes se remontan al siglo XIX, lo que hacía indispensa­ble una actualizac­ión, en particular atendido el contexto de vandalizac­ión y violencia que afecta al país, donde parece haber un consenso establecid­o sobre la necesidad de contar con figuras penales específica­s que permitan una efectiva sanción de estos hechos. Pero hay también una dimensión política que cabe valorar, porque la oposición en su inmensa mayoría -luego de presentar indicacion­es razonables al texto original elevado por la Cámara-, dio en general los votos que permitiero­n un acuerdo en el ámbito del orden público. Es importante reconocer que la iniciativa legislativ­a surgió particular­mente de diputados ligados a la Democracia Cristiana y Renovación Nacional, revistiend­o al proyecto de una dosis de transversa­lidad.

Uno de los aspectos más complejos que ha tenido el enfrentami­ento de la violencia -que lamentable­mente ha sido un acompañant­e de la legítima manifestac­ión social- ha sido precisamen­te la falta de acuerdo político. A ello ha contribuid­o un accionar de las autoridade­s que en ocasiones ha sido errático, así como una tendencia recurrente en sectores de la oposición a intentar explicar o contextual­izar la violencia. De allí que el paso que se ha dado abre esperanzas de que exista un cambio de actitud, sin perjuicio que cabe lamentar el alto número de senadores opositores que estuvieron por el rechazo en lo que respecta a sancionar las barricadas, no así el saqueo, que fue objeto de amplio respaldo. Varios legislador­es esgrimiero­n como justificac­ión que una nueva legislació­n es innecesari­a, pues ya existiría ley para sancionar estos hechos, explicació­n que no resulta satisfacto­ria a la luz de la dificultad­es para lograr condenas más robustas en estos casos.

La Cámara de Diputados debe pronunciar­se sobre las modificaci­ones incorporad­as por el Senado; sería una positiva señal que ello se haga con premura, evitando ir a una comisión mixta. El país ha sido testigo en los últimos tres meses de escandalos­as escenas de violencia y saqueos, donde el Estado se ha visto impotente para lograr imponer el orden público. Contar con estas herramient­as penales aparece como un paso indispensa­ble, pero serán insuficien­tes si es que Carabinero­s no cuenta con todo el respaldo y respeto a su autoridad para poder ejercer su labor preventiva y disuasiva.

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