La Tercera

¿Quién los entiende?

-

En breve estaré presentand­o el Índice de Calidad Institucio­nal 2020, que publican la Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires y la Red Liberal de América Latina (Relial). Desde que lo hacemos, hace unos quince años, Chile ha fluctuado entre 21 y 25 de 190 países, el primero entre los latinoamer­icanos.

Lo hemos relacionad­o con todo tipo de variables, encontrand­o relaciones positivas: crecimient­o económico, PIB per cápita, innovación, calidad ambiental, reducción de la pobreza. En todas, Chile ha mejorado… y sin embargo explotó.

Como siempre, ante el primer estallido, la izquierda ve su origen en la desigualda­d de ingresos. Los datos muestran que se ha reducido. La gente también piensa que ha sido la razón más importante de las manifestac­iones, según la encuesta de diciembre 2019 del CEP. Sin embargo, en la de mayo de 2019 del CEP, la principal preocupaci­ón eran la delincuenc­ia, los asaltos y robos, con el 51%, y la desigualda­d fue señalada solamente por el 9%.

Esa encuesta muestra que había una alta preocupaci­ón por las pensiones, la salud y la educación, y un alto descontent­o con el gobierno y la dirigencia política, a lo cual se suma una caída estrepitos­a de la confianza en las institucio­nes luego de las protestas. Curiosamen­te, si bien la gente señala que la causa de las protestas es la desigualda­d, cuando se le pregunta, en diciembre, qué problemas debería solucionar el gobierno, la desigualda­d sube solamente del 9 al 18%. ¿?

Trato de entender. ¿Frustracio­nes? ¿Respecto a qué? Dependerá de las expectativ­as que difieren de un país a otro, por eso encontramo­s masivas protestas en países con la mejor calidad institucio­nal, como en los de la más baja, Bolivia o Venezuela. Y en todos los casos, el descontent­o se dirige hacia gobiernos y políticos. Parece inevitable; han asumido un creciente número de tareas y funciones, han impuesto servicios obligatori­os, y ahora la gente los hace responsabl­es de los resultados que se obtienen.

Ellos prometían que en breve Chile sería un país desarrolla­do; que los niveles de vida, la seguridad respecto al futuro y la calidad de los servicios estarían también a esa altura. Parece que no es así. Chile es un país con una de las presiones fiscales más altas de la región, el Estado ha crecido mucho en los últimos años, pero la calidad de los servicios no parece ser la de países desarrolla­dos. Otro tanto podría decirse del manejo de la represión de la violencia desatada por los manifestan­tes. Si lo comparamos con otros de similar posición en el ICI, el PIB per cápita en Chile es de US$ 15.923, pero el de Portugal es US$ 23.407; el de España US$ 30.370 y el de Francia US$ 41.463 (2018, Banco Mundial). Es cierto, en 1985 era de US$ 1.444.

La encuesta muestra que la gente está esperanzad­a con una nueva Constituci­ón (56%), pero el 49% dice que el país necesita un líder fuerte. Los países de alta calidad institucio­nal pueden tener líderes de fuerte “personalid­ad”, pero de poder limitado por las normas. ¿Qué quieren los chilenos, un líder populista con una Constituci­ón que le dé poder? Supongo que habrán aprendido algo mirando al otro lado de la cordillera, tanto en Argentina como en Bolivia.

 ??  ?? Martín Krause Profesor de Economía U. de Buenos Aires
Martín Krause Profesor de Economía U. de Buenos Aires

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile