El público de los espacios culturales a cuatro meses del estallido
Horarios cambiados, medidas de resguardo y ubicaciones en la “zona cero” mermaron la asistencia. En términos numéricos, el más afectado fue el MAC. El menos: el GAM.
Es complejo comparar las realidades que vivieron los museos y espacios culturales santiaguinos durante los meses posteriores al estallido social. Sin embargo, ubicados en sectores aledaños a los focos de manifestaciones o con medidas de resguardo para sus trabajadores y público, su normal funcionamiento ya no es el mismo.
Es más, hay dos que simplemente ya no funcionan por razones diveras: el Museo Violeta Parra, incendiado el viernes pasado tras varios meses de cierre, y el Teatro de la Universidad de Chile, sede de la Sinfónica Nacional y del Ballet Nacional, sin actividades. Este último recinto colinda con la clausurada estación Baquedano, pero además venía siendo sometida a reparaciones internas desde antes del 18 de octubre.
Ubicado a un kilómetro de ahí, el Museo Nacional de Bellas Artes estuvo cerrado durante 47 días. “Con respecto al año 2019, la baja de público parece corresponderse de manera bastante directa con los días que el museo debió permanecer cerrado. Pero el escenario inmediatamente anterior, es que veníamos registrando un ligero aumento de público”, dice su director Fernando Pérez Oyarzún.
En efecto en 2018, el Museo de Bellas Artes recibió 336.593 personas, mientras que en 2019 la cifra bajó a 282.486. Pero si se compara solo la cantidad de público que asistió en el mes de octubre, en 2018 recibieron a 27.580 personas, mientras que en 2019 solo a 14.600. Es decir, hubo una baja del 47,1%. Claro, entre el 19 de octubre y el 3 de diciembre el museo estuvo cerrado.
“No se trata sólo del número de visitantes. Muchos museos en el mundo están preocupados de abrirse a nuevos públicos. Nosotros nos veníamos planteando el problema desde hace bastante tiempo y esta situación ha sido un acicate para impulsar nuevos contactos con la comunidad. Pensamos que la diferencia de público se asocia a una disminución de visitantes al centro de Santiago, lo que ha sido registrado también por otros espacios culturales”, añade Fernando Pérez.
De hecho, así lo ha vivido su espacio vecino, el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), cuya sede del Parque Forestal también está ubicada en plena zona cero. Entre di
ciembre de 2019 y enero de 2020, el MAC de Parque Forestal recibió a 9.739 personas, mientras que durante el mismo periodo 2018-2019, tuvo un total de 27.079 asistentes. La baja de un 64,03% se explica en parte por su ubicación. Tras el 18 de octubre, y con todas las manifestaciones a su alrededor, la sede de Parque Forestal permaneció cerrada hasta noviembre, al igual que su símil en Quinta Normal.
La merma de público en la sede de Matucana es menos evidente, ya que entre diciembre del 2018 y enero del 2019 recibieron a 5.882 personas, mientras que entre diciembre del 2019 y enero del 2020, hubo 5.192 visitantes. Cayó en un 12%.
“El análisis no debe ser sólo cuantitativo, sino cualitativo. No podemos medir el éxito sólo con cifras, menos en el contexto en que estamos”, argumenta Felipe Mella, director ejecutivo de GAM.
Ubicado a solo 500 metros de Plaza Italia, el GAM fue uno de los lugares que se enfrentó a más puntos de emergencia durante los primeros días de manifestaciones. Sus puertas estuvieron cerradas hasta fines de octubre.
Aún así, en el 2019, la ocupación del GAM fue de un 70,6%, solo un 0,2 por ciento más bajo que en 2018. Y es que el 30 de octubre GAM abrió sus puertas a la comunidad y llevó adelante actividades ciudadanas y artísticas en línea con el momento social que se estaba viviendo. “Hemos cambiado nuestra programación para adaptarnos al cambio de escenario. Ameritaba que cumpliéramos un rol de contención, debate, observación e inspiración que es donde se sitúan las artes y la cultura”, agrega Mella.
Más alejados del epicentro de las manifestaciones, el Centro Cultural La Moneda también se vio afectado tras el estallido social. Estuvieron cerrados entre el 18 de octubre y el 4 de noviembre, lo que significó la disminución de alrededor de un 18% del público que accede a su oferta cultural. Entre octubre y diciembre del 2018 recibieron a 209.245 personas, mientras que en 2019 solo a 177.002.
“Al encontrarse en una zona que por razones de seguridad tiene acceso restringido a diferentes horas del día durante algunos periodos, la decisión fue ir gradualmente abriendo los espacios, convocando a públicos más específicos”, explica Beatriz Bustos, directora del espacio cultural.
La reapertura paulatina del Centro La Moneda comenzó el 5 de noviembre y hasta enero de 2020 registran una asistencia de 255.446 personas.
Para este año, esperan fortalecer las actividades con comunidades vecinas del centro de Santiago. “Estos son los públicos que no se enteran por redes sociales de lo que hacemos, y nuestra idea es generar actividades y programación especial para las comunidades de esta zona”, añade Bustos. ●