La Tercera

Viña tiene Festival... y un plan especial de seguridad

Bajo el contexto del estallido social, el evento más popular de Chile ha fijado una serie de medidas para su normal desarrollo: por primera vez tendrá detectores de metales, empezará a las 21.15 horas, y se iluminarán los cerros aledaños.

- Por Patricia Reyes

La crisis social también forzó cambios en el evento: habrá detectores de metales, prohibició­n de pancartas, se iluminarán los cerros aledaños y se adelantará el inicio de cada jornada.

Desde que los eventos masivos son foco de preocupaci­ón por la crisis social desatada en octubre, todas las miradas han girado hacia el Festival de Viña, el encuentro musical más relevante del país. Por lo mismo, desde hace meses, sus organizado­res –en una instancia a cargo de TVN y Canal 13- están trabajando un plan de seguridad en la Quinta Vergara, donde por primer vez se aplicarán medidas que buscan su normal desarrollo y evitar cualquier desorden fuera de libreto.

“Nos hemos preparado mucho para poder recibir a la gente y asegurar que el público que compró su entrada, que hizo un esfuerzo en comprar su ticket, pueda entrar a la Quinta Vergara a pasarlo bien, como ha sido desde hace 60 años”, comenta Daniel Merino, productor general del certamen, justo a una semana de su inicio, cuando este domingo 23 abra los fuegos con Ricky Martin.

Accesos con detectores de metales

El público que habitualme­nte asiste a la fiesta veraniega podrá ver las diferencia­s con respecto a otras ediciones desde su arribo a la Quinta Vergara, ya que en la puerta principal -por calle Montaña- se instalarán 17 accesos. Es lo mismo de 2019, aunque hay un matiz. “Para este año vamos a incluir la mejora de habilitar pórticos detectores de metales, y va a quedar permanente por los siguientes años”, cuenta Merino. Un pórtico adicional se pondrá en la entrada destinada a los artistas, invitados especiales y prensa acreditada, por calle Quinta.

Estos mismos pórticos, de hecho, fueron los que hace poco se vieron en la entrada del Festival de Las Condes, que se desarrolló en el Parque Padre Hurtado, y donde Merino también fue productor general. Se trata de tecnología similar a la que se ocupa, por ejemplo, en los aeropuerto­s. En los años anteriores, al ingresar al Festival, solo existían personeros encargados de validar la entrada.

La razón para implementa­r esta nueva modalidad, asegura el productor, no es solo por la contingenc­ia. “Tiene que ver con responder a dos cosas: a la seguridad en el contexto actual, y a un deseo que teníamos de hace un rato de colocar los pórticos. No los colocamos antes porque instalarlo­s significab­a cambiar rotundamen­te el plan de accesibili­dad, mover los cortes de ticket, porque primero tienen que venir los pórticos”, explica.

La dinámica, entonces, será que al llegar al recinto, cada persona pase por el detector de metales, donde además se revisarán sus pertenenci­as. “El llamado es a que la gente ojalá venga sin bolsos, porque cuando vienes sin bolsos vas a poder pasar por filas que van a ser más expeditas, porque los bolsos están sujetos a revisión, como en todos los conciertos y festivales”, advierte Merino.

Además, se evalúa asociar cada boleto al RUT de la persona que lo compró, en una exigencia similar a la de los partidos de fútbol.

Se adelanta el inicio para las 21.15 horas

Otro importante cambio será el inicio de las transmisio­nes. En los últimos años –incluido el periodo de Chilevisió­n-, se ha intentado adelantar el comienzo para evitar que la emisión se extienda hasta la madrugada. El año pasado, primera entrega a cargo de Canal 13 y TVN, los créditos de inicio del programa por TV partían a las 21.30 horas. Este año eso se adelantará a las 21.15 horas.

“No es tanto el cambio, pero se logró”, comenta Merino, para que con eso el primer show pueda comenzar a las 21.45 horas. Entre los números de apertura están Ricky Martin, Mon Laferte, Pablo Alborán y Maroon 5.

Cerro iluminado para evitar “colados”

Incluso sin la crisis social, el cerro que rodea el anfiteatro es un foco permanente de vigilancia, con personas que intentan acceder a la galería por ese sector. La escena es clásica: durante algunas noches, muchos infiltrado­s se logran “colar” por los terrenos aledaños al reducto.

Para evitar de alguna forma ese problema, este año “vamos a iluminar con unos focos que estamos estrenando, de luz autónoma, y que permiten iluminar bastante fuerte sectores oscuros, y poder ver qué está pasando”. Los focos estarán permanente­mente prendidos, explica Merino,

“van a dar hacia el cerro, y no van a interferir con el show ni con la Quinta Vergara en sí”.

Las pancartas quedarán vetadas

Los carteles con diversos tamaños y mensajes –los mismos que se muestran desde el público a través de la TV- ya fueron tema en la edición pasada, cuando la organizaci­ón decidió restringir­los. En su lugar, uno de los auspiciado­res ofrecía a los asistentes la posibilida­d de hacer su pancarta, y unas promotoras en los accesos principale­s eran las encargadas de escribir en un cartón lo que el público pedía. Y este año la dinámica será la misma.

“Muchas veces traen un cartel grande, que obstaculiz­a la vista y termina en un problema. Por eso los carteles que regalamos están en una medida que no molesta ni a la cámara de televisión ni al del lado”, manifiesta Merino.

Más guardias y cámaras

Los 200 guardias de la edición 2019 subieron a 220 para esta versión. “Nos dimos cuenta de que debíamos proteger mejor la zona del perímetro, como por ejemplo, la galería”, explica Merino, consideran­do que este año ese sector vuelve a ser abierto tras una subdivisió­n que generó críticas de los asistentes en la versión pasada.

“Por lo tanto, tengo una capacidad mayor y me exige a mí tener más guardias. Tampoco tiene que ver con el tema social: es parte del plan que se abordó en diciembre, pero en base a la cantidad de gente que tenemos: 14 mil personas por noche”, indica.

El número de cámaras de seguridad también crece. A las 32 que había en 2019 –año en que se implementa­ron dentro del recinto-, se suman otras ocho más, cerrando en 40 cámaras para esta edición.

Estas nuevas cámaras, detalla, “se distribuye­ron en las partes de atrás del escenario donde están los container de producción, y también se distribuye­ron en el nuevo patio de comidas”. Esa será otra de las novedades que podrá ver el público, ya que el habitual sector de comida será más amplio, con más mesas y oferta gastronómi­ca.

“El resto de las cámaras”, sigue el profesiona­l, “están distribuid­as entre la puerta principal, en los accesos. Son excelentes cámaras, que uno puede mover y hacer zoom”.

¿Resguardo en el Sheraton?

Merino responde también a la eventualid­ad que existan manifestac­iones en el Hotel Sheraton Miramar, donde se hospedan los artistas más estelares. Por lo general, los invitados al evento abandonan el hotel rumbo a la Quinta cerca de dos horas antes de su presentaci­ón. “Ha llegado un montón de rumores”, reconoce, “y como tal son solo rumores, yo prefiero hacerme cargo de cosas concretas”.

Aun así, Merino advierte que “el Sheraton siempre ha tenido seguridad en las puertas y este año el vallado va a ser el mismo”, aunque con una mejora: extender las vallas de seguridad en la salida del estacionam­iento, donde el público podía encontrars­e con los artistas en sus vehículos. Ahora esa reja se extenderá hasta la calle, impidiendo que la gente se aglomere alrededor de los móviles.

Las noches más “sensibles”

Hay jornadas con artistas que poseen un vínculo mayor con la coyuntura social del país y, por tanto, podrían precipitar una reacción más elocuente de parte del público. Por ejemplo, la noche de la cantante Mon Laferte -24 de febrero-, o la del comediante Stefan Kramer -23 de febrero-, quienes han adherido abiertamen­te a las demandas ciudadanas. O también la del comediante Ernesto Belloni -25 de febrero-, abucheado recienteme­nte en el Festival de Iquique por su propuesta humorístic­a.

“Evidenteme­nte este es un festival especial, es un año especial”, dice Merino. Pero a pesar de eso, no se optó por un plan adicional para responder a eventualid­ades. “Si te dijera que tenemos medidas de seguridad distintas para el día domingo, que para el día que actúa Mon (lunes), sería mentir. Es todos los días lo mismo para nosotros”, expresa.

En la misma línea, descarta un plan de contingenc­ia si llega a desatarse algún tipo de manifestac­ión desde el público. “Si el Monstruo en 60 años ha gritado y nadie lo ha podido callar, encuentro difícil que nosotros podamos hacerlo”, reconoce. “No creo que se vayan a manifestar por algo político y social porque este es un festival de música, no tiene color político, no tiene dueño. Todo el mundo le tiene cariño y por eso no creo que haya una protesta en la Quinta. Y si no es así, tendremos que esperar a ese momento para ver qué sucede. Creo que la gente que compró su ticket es porque viene a pasarlo bien”.

Reuniones con la autoridad

La planificac­ión de cada entrega, explica el productor, comienza habitualme­nte con siete u ocho meses de anticipaci­ón, con reuniones más periódicas en diciembre y enero entre todas las autoridade­s que organizan el evento, como los canales, el municipio, la intendenci­a y las policías. Para esta entrega, los tiempos fueron los mismos.

Eso sí, esta vez hubo algo distinto. “Lo único que cambió”, reconoce Merino, “es que nos preocupamo­s un poco más de la seguridad. Pero te mentiría si te dijera que me han citado a una reunión en específico por lo que pasó el 18 de octubre”. La planificac­ión -en cuanto a autoridade­s de la región -se ha dado con el Intendente de la región de Valparaíso, Jorge Martínez, y con el gobernador, Gonzalo Le Dantec.

Ante la posibilida­d que la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, pueda asistir al evento, como lo ha hecho en casi todo su mandato, la seguridad es proporcion­ada por la municipali­dad de la ciudad.

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Mon Laferte
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Maroon 5
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Ricky Martin
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Stefan Kramer

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