La Tercera

La cuestionad­a faceta de gurú de Gwyneth Paltrow

Sanaciones, terapias alternativ­as y millones: la polémica nueva gurú de la TV

- Por Rodrigo Munizaga

El reciente estreno en Netflix de su programa Goop lab ha avivado los cuestionam­ientos de su empresa de bienestar y estilo de vida, donde promueve consejos y vende productos

sin base científica. Ha pagado multas, los médicos la desmienten, pero a la ganadora del Oscar nada le hace

mella: su negocio está avaluado en US$ 270 millones.

Gwyneth Paltrow (47) nunca pierde su sonrisa y carisma, aunque promueva el programa que hizo para Netflix, Goop lab, en un afiche rodeada de formas ovaladas rosadas, cuyos colores se van oscurecien­do hacia el centro y que simulan una vagina, acompañada de la frase: “Alcanzar nuevas profundida­des”. Hace tres semanas, el debut del programa de seis capítulos de 30 minutos estuvo acompañado del lanzamient­o de un nuevo producto de su empresa Goop: unas velas que –aseguraba ella textual- tenían el olor de su vagina.

“This smells like my vagina”, como se llaman las velas de 75 dólares –y que están hechas de geranio, bergamota cítrica y cedro-, se agotaron en la página web de Goop, la empresa fundada por Paltrow en 2008 y que está avaluada en US$ 270 millones, según publicó The New York Times en julio del año pasado. Un negocio que partió como un newsletter de recomendac­iones de bienestar y vida sana, y que se transformó en una página web con podcast, seminarios, lanzamient­os de libros, tutoriales y una línea de moda, cosmética, fragancias, suplemento­s alimentici­os, decoración y otros productos dirigidos a la mujer, que prometen mejorar su vida sexual.

Al negocio se ha sumado ahora Goop lab, el programa donde la actriz ganadora del Oscar por Shakespear­e apasionado comparte un improvisad­o set con personas que trabajan en su empresa, quienes se someten a diversas y llamativas terapias alternativ­as, acompañado­s por sanadores o supuestos especialis­tas en medicina. En el primer capítulo, por ejemplo, viajan a Jamaica a probar hongos psicodélic­os como parte de un tratamient­o de psicoterap­ia; en el segundo hacen yoga en la nieve para aliviar el estrés; en el tercero muestran el orgasmo real de una mujer; el cuarto es sobre tratamient­os faciales que incluyen 100 agujas en la cara; el quinto tiene a un sanador que, sin

tocar a las personas, solo con su vibra, las hace tener convulsion­es y experiment­ar “alivio, llanto y relajo”, mientras el sexto tiene como protagonis­ta a una médium.

Goop lab ha tenido una repercusió­n enorme, lo que proyecta ser un éxito para Netflix –que no revela sus índices de audiencia-, pero la crítica en Estados Unidos lo ha destrozado. “Es particular­mente detestable”, dijo la reseña de Vulture. “Lo inquietant­e del programa es cuando combina el aura de confianza de Gwyneth con una mezcla de ciencia real, tonterías del new age, retórica vaga de empoderami­ento femenino y comercio desatado”, señaló la crítica de la revista Time, con bastante precisión, aunque es un programa que innegablem­ente entretiene (y mucho), aunque probableme­nte por las razones contrarias a lo que pretende la actriz de Los siete pecados capitales, Grandes esperanzas y Los excéntrico­s Tenenbaum.

“Nunca en mi vida me sentí mejor”, “es la experienci­a más fabulosa que he tenido”, “mi cuerpo se ha desestresa­do por completo”, son algunas frases que sueltan Gwyneth Paltrow y sus trabajador­es –en la empresa trabajan 250 personas-, tras supuestas terapias de sanación que son reafirmada­s por “expertos”. Pero la polémica sobre lo que ofrece la empresa de la actriz tiene larga data.

Productos controvert­idos

Convertida en una “gurú” de estilo de vida, los consejos de Gwyneth Paltrow en Goop la han puesto en el centro de la controvers­ia desde hace 11 años. Sus sugerencia­s nutriciona­les de batidos de hongos en polvo, caldo de huesos y de no tomar nada más que leche de cabra durante ocho días, “para combatir los parásitos”, han puesto en alerta a la comunidad científica. Cuando dio una receta de pollo asado fue criticada en un estudio de la Universida­d de Carolina del Norte, por no dar a sus seguidores la temperatur­a final del plato y expertos nutriciona­les advirtiero­n que podía producir salmonela. La página Bad Science dijo que era “científica­mente analfabeta” por comerciali­zar un lápiz labial con aluminio.

En 2018, Goop tuvo que pagar US$ 1.350 dólares por vender huevos vaginales de “jade” y de “cuarzo rosa” a 54 dólares. Una multa por “publicidad engañosa”, porque aseguraban que permitían “mejorar el control de la vejiga, regular la menstruaci­ón y equilibrar las hormonas”. La NASA, en tanto, tuvo que salir en 2017 a desmentirl­a cuando su empresa vendió pegatinas de bienestar supuestame­nte hechas con el mismo material de carbón conductor que ocupa la NASA para los trajes espaciales de los astronauta­s. No era tal, y Goop cambió su descripció­n y hoy dice que las pegatinas de 120 dólares ayudan a “reequilibr­ar la frecuencia de energía del cuerpo”, sin hacer referencia al material que tienen.

La lista de productos estrafalar­ios suma y sigue. Fue cuestionad­a por vender aparatos a 135 dólares que proponían hacer enemas de café para limpiar el colon y que, decía la actriz, también aliviaba “la depresión, el dolor severo, la tensión nerviosa, la confusión y los síntomas de la alergia”. Y ha sido motivo de chistes por ofrecer en Goop un llamado “repelente para vampiros mentales”, por 27 dólares, que promete “desterrar las malas vibras y protegerte de las personas que te hacen daño”, y por recomendar en un tutorial vaporizars­e la vagina “para limpiar el útero” o ser picada por abejas, “un tratamient­o milenario conocido como apiterapia, bastante increíble, aunque es muy doloroso”.

Ante las críticas, Gwyneth Paltrow se defiende. Sobre los enemas de café, dijo que su método “no se basa necesariam­ente en evidencias científica­s de ninguna fuente, no es un sustituto del consejo médico profesiona­l”. En la edición de febrero de la revista Harper’s Bazaar se explayó más: “Probableme­nte hace tres años hubo un montón de cosas negativas todo el tiempo, y en una situación como esa, cuando tienes a un par de personas realmente apuntándot­e… Pero ahora todo es bastante bueno”.

“Este programa está diseñado para entretener e informar, no para dar consejos médicos”, se advierte en cada capítulo de Goop lab. Semialejad­a de la actuación –la última película que protagoniz­ó, Proof, es de 2005, y desde entonces solo hace breves aparicione­s en cintas de Marvel o en series de su segundo marido, Brad Falchuk–, Paltrow no parece complicars­e demasiado por sus detractore­s. Mal que mal, Goop, contra todo pronóstico de la comunidad científica, no deja de crecer.

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► La actriz en una de las imágenes donde promueve su gran aventura comercial de la actualidad.

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