La Tercera

“Que los ingenieros hagan caso a una mujer es bastante difícil”

Tatiana Calderón Piloto de pruebas de F1: La colombiana es la única mujer al volante, como probadora de Alfa Romeo, en la actual Fórmula 1. Habilidad en la conducción y ambición a prueba de prejuicios de quien también tiene asiento oficial en otras catego

- José Miguel González

La colombiana Tatiana Calderón (27 años) es la única mujer al volante en la F1 que ahora arranca. Lo hace igual que la temporada pasada como piloto de pruebas en Alfa Romeo. Obligacion­es que alternará con las de conductora oficial en las series de resistenci­a de Le Mans (19 de julio) y en la Súper Fórmula de Japón (30 de agosto). Ya el año pasado corrió en F2, la primera y por ahora única mujer que lo hace. Una pionera.

¿Cómo ha sido este tiempo fuera del auto?

De estar siempre viajando, corriendo a todas partes, como que obligaron a quedarse quieto. No pensar tan a futuro, no se pueden hacer planes. Echo de menos las carreras y la familia, que está en Colombia. Nunca había cocinado tanto. He aprendido cosas nuevas, leído libros de deportista­s y de grandes líderes. 2019 fue un año muy difícil emocionalm­ente y tener tiempo de reflexión me ha ayudado a ordenar mis prioridade­s. Volver a darme cuenta de lo mucho que disfruto este deporte.

En febrero le renovaron como piloto de pruebas de Alfa Romeo, ¿es su mayor logro?

Sin dudas. Estar en ese pequeño grupo, haber probado un F1... Siempre ha sido un sueño manejar uno de esos carros. Ya lo he hecho tres veces y sigo soñando.

¿Qué siente físicament­e al ir a tanta velocidad?

La primera vez que fui a fondo parecía como en una montaña rusa en bajada. Cuando frenas, tu cuello también lo siente. El cuello me creció nueve centímetro­s desde que supe que iba a manejar un Fórmula Uno. No cualquier persona aguanta frenar de 350 kilómetros por hora a 80 en 25 metros. Tu cabeza quiere irse conta el volante. Son muchas horas de entrenamie­nto para poder soportar esas fuerzas. Es único.

¿Ocupará un asiento en la F1?

Es el siguiente paso, el más difícil. Solo hay 20 asientos para estar ahí. Es mi objetivo, por lo que me levanto y lucho cada día.

¿Cuál sería la ruta ideal para conseguirl­o?

Hay varias, pero por ser mujer, es diferente. No ha llegado ninguna en más de 43 años. Entonces, no hay una ruta escrita. Hice F2 el año pasado y ahora estaré en Súper Fórmula, que es más parecido a un F1. También haré carreras de resistenci­a, que me harán crecer como piloto. Tienes que manejar la degradació­n de los neumáticos, ahorrar gasolina y adaptarte al carro. Me gustaría en dos o tres años ser candidata a un asiento de F1.

¿De dónde surge su interés por el automovili­smo?

Mi papá es fanático, pero no com

“El cuello me creció nueve centímetro­s. No cualquier persona aguanta frenar de 350 kilómetros por hora a 80 en 25 metros. Tu cabeza quiere irse conta el volante”.

“Me encantaría decir que no me ha pasado nada y que me han tratado como uno más, pero hubo cosas difíciles, barreras más complicada­s que para un hombre”.

pitió. Quien me llevó a una pista de karting fue mi hermana, Paula, a los nueve años. Ella es siete años mayor. Descubrimo­s esa pasión al mismo tiempo. Era más que un hobby. Es un sueño en conjunto.

¿Cómo fue hacerse un espacio en un mundo tan masculino?

Me encantaría decir que no me ha pasado nada y que me han tratado como uno más, pero hubo cosas difíciles, barreras un poco más complicada­s que para un hombre. Primero, porque no ha habido una mujer en mucho tiempo en las máximas categorías. La gente cree que no es posible. Además, la mayoría de las personas con las que he trabajado, aunque poco a poco va cambiando, son hombres. Tienes que ganarte la credibilid­ad de los ingenieros, de jefes de equipos y que te den la oportunida­d de demostrar que puedes estar al mismo nivel. Y luego de tus competidor­es.

¿Le ha pasado algo?

Me pasaba con los papás de los competidor­es, que antes de empezar las prácticas te saludan y después dejan de hacerlo, ni te miran a los ojos. Muchos competidor­es me han dicho que nunca les ha dolido tanto como cuando yo los había pasado. Hoy ya no compiten contra mí, pero me lo hicieron saber. Los carros están más diseñados para hombres. Las mujeres manejamos y sentimos diferente, por lo que necesitamo­s cosas diferentes del carro. Que los ingenieros hagan caso a una mujer es bastante difícil. Es un camino con muchos desafíos, pero me encanta.

Es de los pocos deportes donde podemos competir mano a mano.

¿Su ejemplo abre puertas?

Me encantaría que mi historia pueda ayudar a la generación que viene. Si nos dan las herramient­as, podemos hacerlo bien y competir al más alto nivel. Ojalá que sirva para que más niñas se inspiren y quieran probar el automovili­smo.

Pasa de la F2 a Superfórmu­la o la resistenci­a. ¿Se prepara distinto?

Será la primera vez que tendré dirección asistida. No necesito tanta masa muscular en la parte superior del tronco, puedo centrarme más en la postura, en estar más equilibrad­a. Antes entrenaba muy duro solo para girar el volante de un F2, que es durísimo. He dedicado tiempo a trabajar cardio más largo. También en simulador.

¿Qué aconsejarí­a a una mujer que quiera dedicarse a lo mismo?

Perseguir lo que le gusta. Los comentario­s, en vez de frenarte, tienen que alimentar esa motivación para probar que sí puedes. No dejen que la gente les ponga límites. ●

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