Trump alienta temor sobre su respeto a los resultados electorales
El Presidente ha cuestionado la organización de los comicios e incluso el voto por correo. Los expertos temen que se judicialicen las elecciones de noviembre.
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Preocupado, quizás, por no poder retener el poder tras las elecciones del 3 de noviembre si se cumple lo que vaticinan las encuestas, desde hace varias semanas que Donald Trump ha sembrado la duda sobre la legitimidad de los comicios. Ya son frecuentes sus quejas sobre la organización de las elecciones, además suele repetir que el voto por correo –que se espera se vea impulsado debido a la pandemia del coronaviruses una fuente potencial de fraude.
Ahora Trump se negó a comprometerse a un traspaso pacífico del poder en caso de una derrota, lo que provocó el enojo tanto de su oponente demócrata, Joe Biden, como de miembros de su propio partido. “Tendremos que ver qué pasa en ese momento”, dijo el Mandatario republicano en una conferencia de prensa en la Casa Blanca el miércoles al responder una pregunta sobre si se comprometía a garantizar un traspaso no violento del mando independientemente del resultado de las elecciones entre él y el exvicepresidente de Barack Obama.
Trump, incluso, pareció hacer un llamado a una anulación del voto por correo. “Desháganse de estas papeletas y será muy pacífico, no habrá transferencia del poder, realmente, será una continuación”, dijo.
Biden no tardó en reaccionar ante las declaraciones de Trump, que juega regularmente con la idea de no reconocer los resultados de las elecciones. “¿En qué país vivimos? Es una broma. Quiero decir, ¿en qué país estamos? Dice las cosas más irracionales, no sé qué decir”, declaró el candidato demócrata.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, salió a poner paños fríos y dijo que “el ganador de las elecciones del 3 de noviembre será investido el 20 de enero. Habrá una transición ordenada tal como la ha habido cada cuatro años desde 1792”. En la misma línea, el senador republicano Mitt Romney también manifestó su molestia. “La transferencia pacífica del poder es fundamental para nuestra democracia; sin ella seremos como Bielorrusia. Cualquier sugerencia de un Presidente de que puede evadir esta garantía constitucional es impensable e inaceptable”, afirmó en Twitter.
Según el diario The New York Times, “la incapacidad de Trump de respaldar quizás el principio más fundamental de la democracia estadounidense, ha sido el último caso en el que arrojó una gran incertidumbre en torno a las elecciones de noviembre. Los demócratas están cada vez más alarmados a medida que Trump cuestiona repetidamente la integridad de la votación y sugiere que podría no aceptar los resultados si pierde”.
Las declaraciones de Trump se producen en un contexto de tensión en Estados Unidos. Esto, luego de la muerte el viernes pasado de la jueza de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, una situación que ofrece al Presidente la oportunidad de nombrar a un nuevo magistrado en una institución que decide, entre otras cosas, las disputas frente a una elección. Tal como ocurrió en 2000, cuando el máximo tribunal falló a favor de George W. Bush. Algunos analistas creen que el mandatario está muy apurado en elegir a un reemplazante de la vacante dejada por Ginsburg en caso, justamente, de que se judicialice la elección.
En una análisis realizado por la cadena CNN se señala que los comentarios de Trump “podrían enviar una señal a sus seguidores sobre cómo reaccionar si el candidato demócrata” gana los comicios. “Esa posibilidad es especialmente peligrosa debido a los disturbios raciales y sociales del verano (boreal), que estallaron nuevamente el miércoles por la noche”, añadió.
La revista The Atlantic plantea un panorama aún más oscuro. El periodista Barton Gellmann señala que el resultado puede demorar días o semanas. “Los estudiosos de la ley y el procedimiento electoral advierten que las condiciones son propicias para una crisis constitucional que dejaría a la nación sin un resultado autorizado. No tenemos ningún seguro contra esa calamidad”, escribió.
“Bien podríamos ver una lucha postelectoral prolongada en los tribunales y las calles si los resultados son ajustados”, comentó a The Atlantic Richard L. Hasen, profesor de la Facultad de Derecho de UC Irvine y autor de un libro reciente llamado Election Meltdown. “El tipo de colapso electoral que podríamos ver sería mucho peor que el caso Bush vs Gore de 2000 , añadió.
El peor de los casos, dice The Atlantic, no es que Trump rechace el resultado de las elecciones, sino que “use su poder para evitar un resultado decisivo en su contra. Si Trump se despoja de toda moderación, y si sus aliados republicanos desempeñan los papeles que él les asigna, podría obstruir el surgimiento de una victoria legalmente inequívoca para Biden en el Colegio Electoral y luego en el Congreso. Podría evitar la formación de consenso sobre si hay algún resultado. Podría aprovechar esa incertidumbre para aferrarse al poder”.