La Tercera

“Proyecto que legaliza la eutanasia es lo menos liberal que hay”

- Ignacio Sánchez, rector UC

22-23

CUIDADOS PALIATIVOS “Esta ley, así como está, segrega a los que tienen menos, porque depende del bolsillo de la persona, si es que va a poder pagar o no cuidados paliativos”. ALZA EN CONGELAMIE­NTOS “Muchos estudiante­s han congelado este año en pandemia para trabajar y mantener y aportar en sus casas”.

Afirma que el debate sobre la eutanasia es legítimo, pero hay que hacerlo cuando en Chile exista una ley que asegure a toda a la población los cuidados paliativos para enfrentar una enfermedad terminal y que cubra todas las patologías. “Hacerlo antes es el camino más fácil para el Estado”, advierte.

Antes de entrar al fondo del proyecto de ley de eutanasia, aprobado en la Cámara de Diputados el pasado 17 de diciembre con un respaldo transversa­l, y que busca permitir a una persona que, cumpliendo ciertas condicione­s estrictame­nte establecid­as, decida y solicite asistencia médica para morir; el rector Ignacio Sánchez (59) cuestiona el momento en que se produce esta discusión.

“Me parece incongruen­te y chocante estar discutiend­o una ley de eutanasia en plena pandemia, donde nuestros profesiona­les de la salud, diariament­e, hacen todos los esfuerzos posibles para lograr la sobrevida de tantos pacientes que se encuentran graves”.

Sánchez afirma que el nombre del proyecto de ley -Muerte digna y cuidados paliativos- es engañoso. “Muerte digna no es sinónimo de eutanasia, que es lo que busca esta iniciativa, porque todos queremos tener una muerte digna, es decir, sin dolor, con acompañami­ento de nuestros seres queridos, en tranquilid­ad y en la que podamos prepararno­s para ese momento. Y la segunda parte del título de la iniciativa nos lleva a concluir que el proyecto asegurará cuidados paliativos a los enfermos terminales, es decir, evitar el dolor y acompañarl­o desde un punto de vista psicológic­o, médico y espiritual. Y eso no es así”, advierte.

Este proyecto ha sido presentado por su impulsor, el diputado Vlado Mirosevic, como un triunfo de los sectores más liberales del Parlamento por sobre los conservado­res. ¿Qué opina?

Ser liberal significa valorar la autonomía y que cada persona pueda tomar sus decisiones sin imponerlas a los demás, pero también significa ser generoso y no estar atado a bienes materiales. Y yo creo que la respuesta del Estado, de ser aprobado este proyecto de eutanasia, no es generosa, es retrógrada y lo menos liberal que hay. Por ejemplo, esta ley no considera a un paciente que está hoy en Loncoche con un cáncer terminal y que en su área geográfica de atención de salud no existe un adecuado medicament­o para el dolor, no existe un médico especialis­ta ni un adecuado sicólogo para atenderlo y escucharlo. Entonces, por supuesto, su familia que lo ve sufrir tanto, piensa en que ojalá se pudiera tomar otra decisión... Pero, ¿usted cree que esa decisión que están tomando hoy es libre?

¿El Estado no asegura hoy en nuestro país a una persona tener cuidados paliativos ante una enfermedad terminal?

Solo en las patologías oncológica­s, es decir cáncer, a menos que tengas los recursos para pagarlos. Pero qué pasa con pacientes que tienen enfermedad­es neurodegen­erativas del sistema nervioso, qué pasa con pacientes que tienen enfermedad­es cardiovasc­ulares terminales, qué pasa con pacientes con enfermedad­es respirator­ias terminales. Todos ellos no tienen hoy acceso a tratamient­os paliativos sin un alto costo.

¿Cuál es su propuesta?

Los cuidados paliativos no pueden depender del bolsillo de las personas, por lo tanto, hay que legislar para que, independie­ntemente de las patologías, los cuidados paliativos estén abiertos y disponible­s para todas las personas con una enfermedad terminal. Las enfermedad­es terminales están estandariz­adas, se sabe cuáles son y su tiempo de atención es básicament­e entre seis y nueve meses previo al fallecimie­nto. Nosotros en la Universida­d Católica desde hace tres años tenemos una formación de cuidados paliativos para nuestros estudiante­s y médicos internista­s, hacemos investigac­ión y todos los años -este año fue virtual-; hacemos seminarios y congresos sobre este tema, que atrae entre 400 y 500 profesiona­les. Es decir, el tema de cuidados paliativos es conocido en el mundo y hay suficiente conocimien­to para implementa­rlo en Chile antes de proponer una ley de eutanasia.

El proyecto de ley sí específica bien una serie de condicione­s para pedir la eutanasia...

Sí, las condicione­s son estrictas, pero hay varios elementos que en otros países hemos aprendido que se producen. Por ejemplo, la presión que tiene un paciente que posee las condicione­s para pedir la eutanasia, pero voluntaria­mente no quiere. Si nota que su familia quiere, puede tener cierta tendencia a aceptarla contra su voluntad... Así hay muchas situacione­s complejas en una ley de eutanasia que, por lo demás, existe en no más de ocho países en el mundo. Estoy convencido de que si en nuestro país se aseguraran los cuidados paliativos, probableme­nte ese número del 70% de apoyo que arrojan las encuestas en favor de la eutanasia caería de manera muy significat­iva. Y si no caen, bueno, tendremos que tener la discusión y acatar la democracia.

Si estuvieran aseguradas las atenciones paliativas, ¿se abriría a apoyar una ley de eutanasia?

Yo no estoy de acuerdo con una ley de eutanasia. Ahora si se concreta una ley en Chile que incluyera cuidados paliativos, también debiera incluir la clara posibilida­d de la objeción de conciencia, no solo del médico, sino que de todos los profesiona­les que tendrían que actuar...

Esta ley incluye la objeción de conciencia.

Parcialmen­te. Solo habla del acto médico, pero qué pasa con la enfermera, el tecnólogo, los tens y todo el equipo involucrad­o. Otra cosa que debería quedar claramente establecid­a es el ideario institucio­nal. Al igual que el aborto, las personas deben saber que, en determinad­os centros médicos del país, no se va a tomar ninguna resolución que

acelere un fallecimie­nto bajo ninguna circunstan­cia.

En otro tema rector, ¿la pandemia ha impactado financiera­mente a las universida­des?

En muchas institucio­nes del país muchos estudiante­s congelaron o se retiraron de sus carreras. Por ejemplo, nosotros teníamos 500 estudiante­s de los 26.000 que habitualme­nte congelaban y este año fueron 1.000, pero eso todavía es un número menor. Pero en algunas institucio­nes congeló el 10% de sus estudiante­s, lo que ya es muy serio. La causa del congelamie­nto no fue que no pudieran pagar, porque eso está cubierto, la causa es que tenían que trabajar para mantener y aportar en sus casas.

Finalmente, ¿usted ha cuestionad­o la decisión de Corfo sobre la

adjudicaci­ón del millonario proyecto del Instituto de Tecnología­s Limpias, en Antofagast­a, a un consorcio de ues estadounid­enses y privadas chilenas?

Corfo está poniendo en riesgo una mirada de futuro de la ciencia en el país. Son diez años de trabajo, US$ 200 millones, y lo más lógico es que se invirtiera­n aquí. Nosotros, junto a las mejores universida­des del país, dos universida­des de Antofagast­a y el apoyo de varios centros extranjero­s, presentamo­s una propuesta sólida. Y nos enteramos por terceros que el 24 de diciembre el gobierno le otorgó el proyecto a un grupo de universida­des norteameri­canas asociadas a las universida­des Autónoma, San Sebastián y UDD. Vamos a ir a Contralorí­a y al Parlamento.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile