POR UN MEJOR EMPLEO PÚBLICO
SEÑOR DIRECTOR
En el objetivo compartido de construir un Estado más efectivo en reducir la desigualdad y asegurar las oportunidades para todos, el rol de quienes trabajan ahí es esencial. Son la personificación del sector público y la cara visible a la ciudadanía. Sin embargo, hay un amplio consenso sobre la existencia de una crisis en el empleo público que vuelve necesario contar con reglas del juego más justas.
En efecto, a pesar de que la dotación de funcionarios públicos se ha visto fuertemente incrementada en los últimos años, la reforma más reciente a su Estatuto Administrativo fue en el 2003; es decir, tenemos un Estado con herramientas administrativas obsoletas, que no están a la altura de los cambios en el tamaño y funcionamiento de su aparato. Como resultado, tenemos un sistema de evaluación que no entrega información adecuada sobre el desempeño de los empleados públicos, así como también un sistema de ascenso y remuneración que no premia como corresponde a aquellos individuos que por mérito lo merecen.
Por estas razones, la reforma al empleo público impulsada por Hacienda y que recoge los comentarios de la ciudadanía a través de una consulta públicase vuelve un esfuerzo esencial para buscar tanto servicios estatales más eficientes, como la tranquilidad laboral de los funcionarios que cumplen con su trabajo. Si bien no es fácil generar iniciativas contrarias al statu quo, nada debiese frenar la urgente necesidad que tenemos de modernizar nuestro Estado. María José Abud, Pamela Arellano, Raphael Bergoeing, Pablo Correa, Jorge Fantuzzi, Sebastián Izquierdo, Rolf Lüders, Julio Riutort, Rafael Sánchez, Klaus Schmidt-Hebbel, Paulina Yazigi
Economistas