ENFRENTAR LA VIOLENCIA: UNA PRIORIDAD
SEÑOR DIRECTOR
Lo que ocurre en La Araucanía es el reflejo de un problema que amenaza con replicarse en el resto del país, ya sea una balacera en Santiago o la quema de un camión en medio de los campos de Ercilla, tienen como denominador común una criminalidad creciente que pareciera hacerse cotidiana frente a los ojos de la ciudadanía y las autoridades.
Más allá de los orígenes históricos y étnicos, el problema de la violencia en nuestra región ha servido de excusa para que un grupo de violentistas encontraran en el crimen organizado una forma de financiamiento para cometer delitos, imitando incluso lo sucedido en otras naciones, con la proliferación de sicarios, asesinatos y robos a mano armada.
El tráfico de armas de alto poder y de drogas, junto con el robo de vehículos y de madera, demuestran que las fuerzas policiales y la fiscalía, van al paso, mientras los criminales van corriendo, sobornando, comprando poblaciones enteras con regalos y ayudas económicas, que convierten a comunidades completas en serviles redes de protección.
El estallido social, la recuperación de tierras o la denominada lucha por la dignidad, constituyen realidades aprovechadas por los delincuentes para actuar sin miramientos, amparados, además, por parlamentarios que, junto con obstaculizar la agenda de seguridad, persiguen la impunidad de delitos como la destrucción de la propiedad privada y el pillaje.
La belleza de La Araucanía esconde una pobreza difícil de acabar, una que existe en una juventud sin posibilidades, pero de grandes ambiciones, que suge cumbe al camino fácil. El lamentable asesinato de un agricultor de la zona y un policía, nos recuerda que los tres poderes del Estado han fallado con la región, a la que le espera un desenlace fatal si el camino para enfrentar la violencia no pasa a ser una prioridad común.
Andrés Molina Magofke
Presidente de Evópoli Diputado por La Araucanía y ex Intendente