ATENTADO A LA DEMOCRACIA
SEÑOR DIRECTOR
El 6 de enero, mientras se esperaba la certificación de la elección de Joe Biden como próximo Presidente de EE.UU., una turba ingresó al Capitolio y violentó una de las instituciones esenciales de la democracia estadounidense.
En extenso se han abordado las razones de esta violenta acción, esgrimiéndose como origen de la conducta de estos grupos radicales, el desconocimiento por parte de Trump de la victoria del candidato demócrata.
No obstante, la génesis de los hechos de esta semana es anterior a la llegada del empresario al poder y da cuenta, entre otros factores, de la profunda polarización de la sociedad estadounidense, de la confrontación respecto a cómo vincularse con el exterior y de la incapacidad del sistema para incorporar a los distintos sectores de la sociedad.
Estas discrepancias, que se han manifestado antes en las protestas de Black Lives Matter, el pasado miércoles adquirieron otra dimensión, la de atentar contra las instituciones esenciales para la convivencia democrática, demostrando que tal como señala la revista Time, la democracia estadounidense está bajo ataque.
En este contexto, el nuevo Presidente estadounidense enfrenta una tarea titánica. No solo comienza su gestión en medio de una crisis multidimensional, como la actual pandemia, sino que debe hacer frente a la erosión del sistema democrático y del bipartidismo y al posible surgimiento de fuerzas alternativas, que expresen posiciones más radicales.
Sin embargo, esto es algo que él tenía en consideración. En su artículo de Foreign Affairs del 2020, dice que una de las prioridades de su gestión es la realización de una cumbre especial sobre la democracia. Entendiendo que ésta primero debe abordarse internamente, para después asumir una proyección internacional.
Paz Verónica Milet Académica Instituto de Estudios Internacionales Universidad de Chile