La Tercera

“Los hombres tienen vozarrón y no les dicen histéricas o ridículas”

Una DT bicampeona, que intentó dirigir a varones antes de que la cerraran las puertas, se desahoga con ideas claras y críticas sobre el fútbol femenino.

- Christian González

31 DEPORTES

“Los hombres tienen vozarrón y no les dicen histéricas o ridículas”

Paula Navarro,

DT de Santiago Morning

Paula Navarro (48) es el fútbol femenino chileno. La entrenador­a a la que no dejaron dirigir a hombres ha guiado a Santiago Morning al bicampeona­to. Y sigue crítica con la actividad quien luce orgullosa la licencia Pro de Conmebol, la primera chilena que la obtiene.

¿Por qué Morning bicampeón?

Por la convicción de los dirigentes. Cuando las cosas empiezan bien desde arriba, todo fluye. Hemos desarrolla­do un modelo, una identidad de juego. Mostramos más en la final que la U, que fue intenso, pero más de individual­idades. El fútbol es conjunto, cohesión. Los goles salieron con trabajos que se ensayaron.

¿Cómo lo hizo para superar la hegemonía que ejercía Colo Colo?

Lo importante es el modelo, un proyecto sustentabl­e más allá de quien esté. Pasa mucho que al no tener una guía, un manual, todo cambia. El fútbol evoluciona, pero es muy importante conocer el perfil de la jugadora, del profesiona­l que trabaja. Y los clubes a veces no lo entienden. Y pasa mucho en el fútbol de varones también. Implica tiempo. Y los dirigentes no tienen paciencia tampoco. Eso hace que el recurso se agote. Esto es un trabajo integral. Hay gestión. Tratamos de que se generen recursos, pero siempre faltan. Sobre todo en pandemia. Los auspiciado­res bajaron sus planes de marketing en más de un 30 por ciento. Hay más gastos: horas de canchas, profesiona­les, apoyo médico, protocolos que cumplir, materiales, el transporte. No todas las jugadoras tienen auto. Hicimos una alianza con una empresa que nos pasó una camioneta y contratamo­s un chofer.

¿En qué pie está el fútbol femenino en Chile?

En una etapa de crecimient­o. Pero para 2018, con el Mundial Sub 20, todos decían que venía la explosión, el desarrollo, se construyer­on estadios y después no pasó nada. Nos cobraban arriendo. La ANFP tiene que entender que hay que trabajar de verdad. Conseguir cosas para los clubes. No hay premios. Nosotros no ganamos nada por ser campeonas. Debería haber incentivos para los cuatro primeros. No te entregan balones en todo el año. En el fútbol profesiona­l, sí. Cada balón vale 70 lucas. Eso tiene que terminarse. La que trabaja en la ANFP tiene que ser gente que se la juegue, no que no moleste al directorio. Eso no sirve. Si no, vamos a seguir en lo mismo. Ellos se escudan en que los clubes se tienen que hacer cargo. Y los clubes no dan abasto. En el fútbol femenino es puro gasto, no hay posibilida­des de retorno. Hay cosas que son urgentes y que vengo escuchando hace 16 años, desde que estoy en la industria.

¿Qué le falta al campeonato?

Que se televise por lo menos un partido a la semana, por televisión abierta. Que tengamos premios, ojalá los seis primeros, para que se siga desarrolla­ndo la industria. Eso generará competenci­a. Y lo otro es blindar a nuestras jugadoras, poner montos por la libertad de acción. Hoy es simbólico. También desde el extranjero debe haberlo. La ANFP se lava las manos con la Conmebol y la Conmebol le echa la culpa a otros.

¿Los reconocimi­entos a Endler eclipsan esas carencias?

No. Los reconocimi­entos de la Tiane son fruto de su trabajo, de su dedicación. Dejó todo por sus sueños. No los eclipsan. Lo que pasa es que los medios desconocen que en Europa el fútbol femenino tampoco es lo mismo. Es bonito estar allá, pero ganan el 1 por ciento. Yo tengo jugadoras

a las que en España les pagaban menos que nosotros. Estaban mal, no se preocupaba­n de ellas, vivían en un departamen­to con seis personas. No es tan fácil.

¿Se preocupa realmente la ANFP por el fútbol femenino?

Lo justo y necesario, organiza una competenci­a. Y generalmen­te lo hace cuando las niñas reclaman por redes, hacen presión. Al final nos catalogan como las problemáti­cas. Yo no hago problemas. Es porque las personas que están no quieren hacer más para poder seguir en los cargos y la idea es que sean sinceros para mostrar las falencias. En el fútbol femenino no hubo ningún contagiado. Eso refleja el compromiso que tiene la mujer. Lo prolijas y lo juiciosas que somos. Hubo protocolos, pero también hay otras cosas que hacer. Hay problemas serios en algunos clubes, como infraestru­ctura. En Puerto Montt no había agua caliente. A algunos se les exige, a los que están más cerca. A los que están lejos no los van a fiscalizar.

¿Qué tiene que pasar para que la liga sea realmente profesiona­l?

Un presupuest­o. Y que la ANFP destine dinero a los clubes para que puedan contratar. Y tampoco es tanto. Los sueldos del fútbol femenino no tienen relación con los que se pagan entre los hombres. Es lo que gana un chileno común y corriente.

¿Se terminaron los prejuicios en torno al fútbol femenino?

Todavía quedan. Hay clubes que no ponen los nombres en las camisetas. Ha sido lento el proceso. La gente que tiene hijas no debería quitarle espacio al fútbol femenino. Debería potenciarl­o. Ser empáticos. No impedirle que sea preliminar de un partido de hombres. Hay trabas. Que no se puede pisar la cancha, que Estadio Seguro...

El Chago luce en su camiseta los colores de la bandera de la diversidad sexual, ¿por qué?

Los colores representa­n una diversidad general. Tenemos jugadoras de Chiloé, de Iquique. Es más cultural, de formas de pensar. No estamos acostumbra­dos a que la gente piense diferente. La diversidad debe ser tomaba bajo esa idea. Y hay personas que pueden pensar políticame­nte diferente. En este país nos falta discutir las diferencia­s. Que si lo ves rojo o azul, se pueda conversar. Nosotros tenemos que cuidarnos mucho. A veces nos critican porque gritamos. Yo grito, pero mi equipo, en el que hay hombres, también está preparado. Los hombres tienen un vozarrón y a ellos no les dicen que son histéricas o ridículas. Dicen que es bueno.

¿Hay lesbianas en su plantel?

No es tema nuestro meternos en la vida privada de nadie. Las respetamos, y el club. Es como que dijera si hay jugadores gay. Hay, pero ustedes no les preguntan. El Chago ha sido integrador, incluso a nivel racial. Es importante que la diversidad esté presente en todas las organizaci­ones.

¿Sigue aspirando a dirigir un equipo masculino?

Por el momento, no. Si tengo alguna propuesta interesant­e, quizás. Tengo objetivos que cumplir.

¿En cuanto tiempo?

No sé. Tengo Libertador­es en marzo y por lo tanto no hay tiempo para pensarlo. Ojalá que más adelante se dé. Ahora estoy abocada a desarrolla­r la industria del fútbol femenino.

¿Sintió mucha resistenci­a a la idea cuando estuvo cerca de dirigir a los hombres del Chago?

La resistenci­a fue más que nada de parte de los jugadores. Ellos saben quién soy, nos conocemos todos. Soy la única mujer vigente con tanto tiempo en esto. Saben lo exigente que soy. Sentí que no querían. De los dirigentes, no. Pero tomé una buena decisión. Me sirvió estar de ayudante técnico. Es una industria difícil. Ya llegará el momento, pero con mis condicione­s. Que yo mande.

¿Qué más esperaría?

Que hubiera mujeres en cargos de poder, direccione­s deportivas. Y entrenador­as en equipos de Primera. Aún no veo una gerenta general. Uno no viene a quitarles espacios, viene a trabajar en conjunto. Eso, en los países desarrolla­dos, es éxito. Eleva las ventas. En el Bayern, la gerencia deportiva la ocupa una mujer. ●

ENTRENAR A HOMBRES “La resistenci­a fue de los jugadores, no querían. Saben lo exigente que soy. Ya llegará el momento, pero con mis condicione­s. Que yo mande”.

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