La Tercera

En 37% de incendios forestales del país hay intenciona­lidad

Regiones del Biobío y de La Araucanía concentran el fenómeno. El plan de combate de incendios de la entidad contempla recursos por $ 72 mil millones, con 52 aeronaves y un total de 2.957 brigadista­s.

- Oriana Fernández

Un total de 3.539 incendios forestales se han generado esta temporada 2020-2021 a nivel nacional. Lo que más preocupa a la Corporació­n Nacional Forestal (Conaf) es la intenciona­lidad de los siniestros, pues según sus cifras, entre el 1 de julio de 2020 y el 21 de enero recién pasado, el 37% de ellos es intenciona­l, es decir, producidos por el hombre. A la misma fecha del año pasado, el porcentaje era de 35%.

Según las cifras de Conaf, del total de siniestros, un tercio son intenciona­les, el 47% han sido accidental­es o negligente­s, mientras que el 16% no tiene una causa identifica­da. Solo el 0,4% de ellos es de origen natural. Las regiones que concentran el fenómeno son la del Biobío, donde un 62% de los focos fue provocado,

y la de Ñuble, zona donde el 33% de estos hechos fue provocado.

El director ejecutivo de la Conaf, Rodrigo Munita, explicó que el incendio más reciente, donde habría personas detrás del siniestro, correspond­e al ocurrido en Quilpué, donde se quemaron más de cuatro mil hectáreas y puso en riesgo más de 25 mil viviendas, por lo que los vecinos debieron ser evacuados. “Tenemos la razonable certidumbr­e de que fue intenciona­l: el primer foco se produjo a las 21.30 horas del jueves y es difícil que haya ocurrido accidental­mente, por la hora y el lugar”. Añadió que se identifica­ron cuatro focos distintos en el sector, lo que lleva a concluir que podrían haber sido provocados. Se hizo un informe técnico, que fue entregado a la Policía de Investigac­iones, que trabaja junto a la

Fiscalía de Quilpué en la investigac­ión de los hechos.

A nivel general, el director planteó que en las regiones donde hay mayor intenciona­lidad está asociada a factores “que tienen que ver con situacione­s sociales y de violencia en esa zona”. Agregó

que incluso en algunas áreas afectadas “no nos permiten el acceso para combatir el fuego, lo que pone en riesgo tanto las aeronaves como a los brigadista­s”. El presidente de la Corporació­n de la Madera (Corma), Juan José Ugarte, señaló que la evidencia reunida por personal especializ­ado “muestra que la intenciona­lidad ya alcanza el 70% en los incendios combatidos por las empresas forestales”.

Combate del fuego

Según la Conaf, existe alta posibilida­d de ocurrencia de incendios, debido a las condicione­s de sequedad en los terrenos y las olas de calor proyectada­s en la zona central, donde se esperan temperatur­as entre 0,5 y 1,5°C más altas que lo normal en la Macrozona Centro-Sur. Ante este escenario, la Conaf dispone recursos

para combatir el fuego que ascienden a $ 72 mil millones, destinados a aeronaves, maquinaria y brigadista­s.

El programa para esta temporada considera 52 aeronaves, entre ellas los helicópter­os Chinook, que pueden llevar un volumen 10 mil litros, y los Puma, con una capacidad de cuatro mil litros de agua y elementos retardante­s. Y si las condicione­s climáticas cambian o empeoran, pueden ampliarse a 62 aeronaves. A estos se suman 2.957 brigadista­s para combatir los focos, distribuid­os entre todo el país. Entre ellas, por primeras vez este año se cuentan 14 brigadas que trabajan de noche. La Corma, en tanto, también cuenta con medios propios para combatir los incendios: 35 helicópter­os, 20 aviones cisterna, cuatro aviones de coordinaci­ón y vigilancia, 60 cámaras robot 360° y 158 torres de vigilancia. Además, las empresas del sector poseen 3.951 brigadista­s.

Los expertos plantean que, más allá de los medios para combatir los incendios, cada vez más se debe trabajar en la prevención con las comunidade­s donde hay predios colindante­s a la zona urbana. El académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la U. de Concepción, Eduardo Peña, explicó que en Chile se debería implementa­r un sistema similar al de Australia, país azotado por incendios los últimos años. “Allí existe una norma obligatori­a, donde los propietari­os de predios colindante­s a bosques deben mantener una franja despejada de 30 metros, con el fin de que no se expandan las llamas”, precisó, lo que se denomina “anillos de aislamient­o”. ●

“En el caso del incendio de Quilpué, existe la razonable certidumbr­e de que fue intenciona­l”.

RODRIGO MUNITA DIRECTOR DE LA CONAF.

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El incendio de Quilpué afectó a más de cuatro mil hectáreas.

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