La Tercera

Iglesia Católica de EE.UU. en picada contra la vacuna de Johnson & Johnson

La Conferenci­a de Obispos de ese país expresó “preocupaci­ones morales” por el inmunizant­e contra el Covid-19, aprobado el sábado pasado, debido al uso de células fetales en su fabricació­n.

- Ignacia Ventura

La aprobación de la vacuna Johnson & Johnson en Estados Unidos ha causado polémica entre los norteameri­canos. El nuevo inmunizant­e tiene una efectivida­d de 72%, solo necesita una dosis, acarrearía menos efectos secundario­s y es más fácil de trasladar al soportar mayores temperatur­as, por lo que la luz verde a su uso de emergencia el sábado en la noche y el anuncio de que la compañía proporcion­aría 100 millones de dosis hasta finales de junio fue principalm­ente motivo de esperanza en el país más afectado por la pandemia, con más de 29,4 millones de casos y sobre 531 muertes acumuladas.

Sin embargo, la Conferenci­a de Obispos Católicos de EE.UU. llamó a no inocularse con la nueva vacuna y a preferir las predecesor­as Pfizer/BioNTech y Moderna. La razón: esgrimen “preocupaci­ones morales” ante el nuevo inmunizant­e, por fabricarse a partir de células que provienen de tejidos de fetos abortados.

“La aprobación de la vacuna contra el Covid-19 de Johnson & Johnson para su uso en Estados Unidos vuelve a plantear preguntas sobre la permisibil­idad moral de usar vacunas desarrolla­das, probadas y/o producidas con la ayuda de líneas celulares derivadas del aborto”, señala el comunicado de los obispos

Al menos seis diócesis estadounid­enses han publicado comunicado­s donde expresan las mismas “preocupaci­ones morales”, entre las que se incluyen Nueva Orleans, Baton Rouge, Burlington y Vermont.

Johnson & Johnson es la tercera vacuna que se autoriza en Estados Unidos y su fabricació­n es distinta de Pfizer/BioNTech y Moderna. El fármaco se desarrolló a partir de una línea celular fetal llamada PER.C6, que proviene de un feto de 18 semanas abortado en 1985. Si bien Pfizer y Moderna también utilizan células fetales humanas, solo lo hacen durante la fase de pruebas, que según el comunicado de la Conferenci­a de Obispos Católicos de EE.UU. es aceptable.

“Las vacunas de Pfizer y Moderna plantearon preocupaci­ones, porque se utilizó una línea celular derivada del aborto para probarlas, pero no en su producción”, dice el comunicado.

“Estamos orgullosos de llevar nuestra vacuna contra el Covid-19 al mundo y de contribuir a poner fin a esta pandemia. Nuestra vacuna de dosis única utiliza un vector de adenovirus no infeccioso inactivo –similar a un virus del resfriado– que codifica la proteína spike del coronaviru­s, y no hay tejido fetal en la vacuna”, dijo Johnson & Johnson a la cadena CNN.

Según la prensa norteameri­cana, ninguna de las vacunas contiene realmente tejido fetal. Las líneas de células fetales son células que se cultivan en un laboratori­o, que descienden de células extraídas de tejido fetal de abortos voluntario­s en los años 70 y 80.

Los obispos, sin embargo, están alentan

do a la población católica a preferir inocularse con Pfizer/BioNTec o Moderna. “Si las personas pueden elegir entre las vacunas, deben optar por la que menos esté relacionad­a con el aborto”, afirman los obispos. “Si uno tiene la capacidad de elegir una vacuna, se deben elegir las vacunas de Pfizer o Moderna en lugar de las de Johnson & Johnson”, agregan.

Sin embargo, los obispos aseguran en su comunicado que “cuando las vacunas Covid-19 éticamente irreprocha­bles no están disponible­s... es moralmente aceptable recibir vacunas Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su investigac­ión y proceso de producción”.

“Si bien debemos seguir insistiend­o en que las empresas farmacéuti­cas dejen de usar líneas celulares derivadas del aborto, dado el sufrimient­o mundial que está causando esta pandemia, afirmamos nuevamente que vacunarse puede ser un acto de caridad que sirve al bien común”, dice el comunicado de la Conferenci­a de Obispos Católicos de EE.UU.

Tanto el Papa Francisco, de 84 años, como el Papa Emérito Benedicto XVI, de 93, se inocularon con Pfizer a mediados de enero de este año. El actual Pontífice calificó la vacunación en esa oportunida­d como “una acción ética, porque te juegas la salud, te juegas la vida, pero también te juegas la vida de los demás”, dijo en una entrevista difundida por la televisión italiana.

Preocupaci­ón por efectivida­d

A muchos estadounid­enses les preocupa que el nuevo fármaco sea un “producto inferior” a las vacunas previament­e aceptadas por la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA), informa The New York Times.

Esto derivaría de la tasa de efectivida­d que tiene Johnson & Johnson, de 72%, en comparació­n con el 94% de Moderna y el 95% de Pfizer.

A pesar de ser menos efectiva para prevenir una infección leve que sus predecesor­as, datos de la FDA aseguran que el nuevo fármaco es 86% efectivo en prevenir la enfermedad grave y la muerte.

Según el sitio Our World in Data, en Estados Unidos ya se han administra­do 80,5 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19, lo que equivale a un 24,08% de la población del país.b

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile