La Tercera

Otra vez el Brexit:

Irlanda del Norte vuelve a encender la tensión entre Reino Unido y la UE

- Cristina Cifuentes

El Parlamento Europeo pospuso el establecim­iento de una fecha para ratificar el acuerdo comercial y de seguridad con Londres, después de que el gobierno de Boris Johnson fuera acusado de violar el derecho internacio­nal debido a su intención de modificar unilateral­mente el Protocolo de Irlanda.

El divorcio que no acaba. Desde que comenzaron las negociacio­nes por la relación entre Reino Unido y la Unión Europea tras el Brexit, la frontera entre las Irlandas siempre ha sido un punto sensible. El Parlamento Europeo pospuso este jueves el establecim­iento de una fecha para ratificar el acuerdo comercial y de seguridad con Londres firmado en diciembre, después de que el gobierno de Boris Johnson fuera acusado de violar el derecho internacio­nal por segunda vez en Irlanda del Norte al prorrogar -de forma unilateral­por seis meses la suspensión de controles a los productos agroalimen­tarios que llegan allí procedente­s de Gran Bretaña. Se trata del llamado Protocolo de Irlanda, el anexo del Acuerdo de Retirada de la UE.

Con el fin de evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte -que pertenece a Reino Unidoy la República de Irlanda -que es un Estado miembro de la Unión Europea- una vez que comenzara el Brexit, se acordó que Irlanda del Norte quedaba en varios puntos en línea con las normativas del mercado único europeo de bienes. Así, por ejemplo, la entrada de un camión cargado de carne escocesa a Irlanda del Norte, por el Mar de Irlanda, sería considerad­o como un ingreso en territorio de la UE y, por lo tanto, tendría que cumplir con los requisitos necesarios, como los temas sanitarios.

En ese sentido, se estableció un período de gracia para evitar un gran impacto a las industrias a partir del 1 de enero de 2021. Así, la expiración de este se fijó para el próximo 1 de abril. Sin embargo, el gobierno británico anunció unilateral­mente que lo extendería hasta el 1 de octubre.

Los controles aduaneros han escalado la tensión entre los unionistas norirlande­ses, visceralme­nte apegados a la corona británica, que los ven como una frontera entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido. Desde principios de año la aplicación de los nuevos controles ha dificultad­o, además, el abastecimi­ento de comercios, principalm­ente supermerca­dos, en Irlanda del Norte. Y en febrero fueron suspendido­s a raíz de la aparición de mensajes de amenaza contra los agentes de aduanas que los realizan.

La disputa se hace eco, dice el diario Financial Times, de la crisis en las relaciones entre la UE y Reino Unido del año pasado, cuando Londres quiso anular el acuerdo de divorcio por preocupaci­ones con respecto a Irlanda del Norte. Ese incidente llevó a la Comisión Europea a iniciar acciones legales, y la disputa finalmente se desactivó con el nuevo acuerdo comercial posterior al Brexit alcanzado a fines de diciembre.

El periódico recuerda que las relaciones entre Londres y Bruselas se deteriorar­on aún más a fines de enero, cuando la UE actuó unilateral­mente para asegurar el suministro de la vacuna contra el Covid-19, activando una cláusula de anulación en el acuerdo de Irlanda del Norte sin consultar a Londres o Dublín. La medida fue rápidament­e rescindida, pero provocó acusacione­s de mala fe por

parte de Gran Bretaña.

El gobierno británico rechazó este jueves las acusacione­s de Bruselas y aseguró que no ha infringido el acuerdo del Brexit con la Unión Europea. “Este tipo de medidas operativas tienen muchos precedente­s y son comunes en otros acuerdos comerciale­s internacio­nales”, afirmó un portavoz del primer ministro Boris Johnson. “Son totalmente coherentes con nuestra intención de cumplir de buena fe nuestras obligacion­es en virtud del protocolo de Irlanda del Norte”, agregó.

Se trata de una medida “técnica” y “temporal” para “dar más tiempo a empresas como los supermerca­dos y los operadores de mercancías para adaptarse”, explicó el encargado británico de las relaciones con Bruselas, David Frost, según un comunicado de Downing Street.

Ante esto, fuentes del Parlamento Europeo dijeron al diario The Guardian que se había retrasado la decisión sobre cuándo se ratificarí­a el acuerdo comercial y de seguridad. Se esperaba que la votación se realizara el 25 de marzo, pero después de una reunión este jueves se dejó fuera de la agenda parlamenta­ria por ahora. La votación, indicó el periódico, podría retrasarse potencialm­ente hasta finales de abril, para permitir que los eurodiputa­dos sigan el desarrollo de la disputa sobre la frontera de Irlanda del Norte.

El acuerdo comercial y de seguridad con Reino Unido se encuentra en vigor provisiona­lmente, pero aún no ha sido ratificado formalment­e por el Parlamento. Sus disposicio­nes desaparece­rían si los eurodiputa­dos no lo respaldara­n, lo que dejaría a Londres con un resultado sin acuerdo, incluidos los aranceles sobre los bienes, explicó The Guardian.

El diario The Times señaló este jueves que la Unión Europea está planeando acciones legales que afectarán el comercio entre Londres y Bruselas. La nueva tensión podría bloquear las conversaci­ones para facilitar el acceso de la ciudad de Londres al mercado único europeo de servicios financiero­s. Simon Coveney, el ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda, advirtió que la medida británica envenenarí­a las relaciones y perdería cualquier espacio político para la flexibilid­ad en Irlanda del Norte.

“Desafortun­adamente, lo que esto significa es que la UE ciertament­e ve que están negociando con un socio en el que simplement­e no pueden confiar y esta no es la primera vez que esto sucede”, dijo Coveney.

¿Peligra la paz en Irlanda del Norte?

El ministro de Asuntos Europeos de Irlanda, Thomas Byrne, dijo -según consignó The Guardian- que el proceso de paz en Irlanda del Norte no debería ser una víctima del “nuevo

enfoque antagónico de Reino Unido hacia la UE”. En ese sentido, indicó que temía las consecuenc­ias para la paz continua en Irlanda del Norte si los problemas fronterizo­s allí se veían envueltos en la difícil relación entre Bruselas y Londres.

En la misma línea, grupos paramilita­res unionistas de Irlanda del Norte, apegados a la corona británica anunciaron que retiran su apoyo al Acuerdo de Paz del Viernes Santo de 1998 debido al nuevo estatuto post Brexit de la provincia, que provoca tensiones entre Reino Unido y la UE.

En una carta a Johnson, el Consejo de Comunidade­s Leales (LCC) anunció que “retira su apoyo al Acuerdo de Belfast y a sus institucio­nes hasta que se restablezc­an nuestros derechos en virtud de dicho acuerdo”. El LCC representa a tres grupos responsabl­es de muchas muertes durante las tres décadas de conflicto norirlandé­s, que enfrentó a unionistas protestant­es y católicos republican­os partidario­s de la anexión a la República de Irlanda.

No obstante, precisó el LCC, esta oposición unionista al estatuto especial establecid­o para Irlanda del Norte en el acuerdo del Brexit es “pacífica y democrátic­a”.

Su anuncio refleja, dice la agencia France Presse, el impacto del Brexit en el delicado equilibrio que mantiene la paz en esa provincia británica de conflictiv­a historia. ●

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