HACIA UNA SOLUCIÓN DE LA CRISIS EN COLOMBIA
Colombia enfrenta el más complejo paro nacional en décadas y el tercero durante el gobierno del Presidente Iván Duque. En medio de las protestas masivas, los documentados casos de violencia policial y los episodios de vandalismo y saqueos, el país pide una pronta solución a la crisis.
El Presidente Duque ha convocado a una serie de reuniones en el Palacio de Nariño con diferentes líderes políticos de la oposición y afines al gobierno, con el objetivo de alcanzar soluciones políticas a un paro que es, en esencia, político. El problema es que no todos los asuntos políticos pueden ser solucionados por los dirigentes tradicionales de la política electoral. Es cierto que la negociación en medio de un paro es esencialmente política, pero no todos los intereses de los manifestantes se ven representados por las dinámicas de la política electoral y partidista. Esto requiere la exploración a profundidad de otros mecanismos democráticos.
La decisión del presidente de reunirse con dirigentes políticos en el Palacio de Nariño es un primer paso fundamental, pero está lejos de ser el mecanismo que ofrecerá soluciones estructurales para las causas que han llevado al paro. Y para esto es urgente que el Presidente Duque, que no se ha caracterizado por ser un presidente conectado con la ciudadanía en su inmensa diversidad, salga de la majestad de los salones del Palacio para reunirse con distintos representantes de los sectores que participan en el paro.
La naturaleza heterogénea y diversa de un paro como el colombiano exige la creación de mesas permanentes de diálogo con sectores como los sindicatos, estudiantes, defensores del acuerdo de paz y gremios, con el objetivo de llegar a acuerdos en beneficio de todo el país. Pero el primer paso debe darlo el gobierno, en cabeza del Presidente Duque, quien debe pedir un alto a la violencia y ofrecer todas las garantías a los manifestantes pacíficos de que sus derechos no sean vulnerados.