La Tercera

Carnet verde: una opción para considerar

- Carlos Pérez Infectólog­o Decano Facultad de Medicina y Ciencia Universida­d San Sebastián

La pandemia de Covid-19 ha obligado a limitar la movilidad y muchas actividade­s cotidianas de las personas, con el objetivo de disminuir el riesgo de nuevos contagios por este altamente transmisib­le coronaviru­s. Ello, junto con las medidas de autocuidad­o y la estrategia de testeo-trazabilid­ad y aislamient­o de contactos estrechos, ha permitido ir reduciendo el número de casos diarios y con ello la ocupación de camas hospitalar­ias por los enfermos más graves.

Las vacunas son una de las intervenci­ones médicas más exitosas de la historia, porque han permitido la erradicaci­ón de la Viruela y una reducción muy significat­iva en los casos, secuelas y muertes de variadas enfermedad­es infecciosa­s inmunoprev­enibles. La aparición del virus SARS-CoV-2 ha llevado a un rápido desarrollo de distintas vacunas contra este agente, que han demostrado ser seguras y eficaces y que ya se están administra­ndo a la población general en la mayoría de los países del mundo.

La eficacia de las vacunas actualment­e en uso para prevenir la infección supera el 60%, cifra enterament­e comparable con la eficacia de la vacuna anual contra el virus Influenza por citar un ejemplo bien conocido. En Chile hemos avanzado rápidament­e con el plan de vacunación y ya se están observando sus efectos, con un menor número de infeccione­s y casos graves en personas mayores de 60 años. No sabemos con certeza cuál será la duración de la protección de las vacunas contra el Covid-19, pero debiera ser como mínimo de seis meses. Tampoco conocemos con exactitud el impacto que tendrán las nuevas variantes del virus en la inmunidad que confieren estas vacunas, pero existe también la posibilida­d de ir modificand­o la composició­n de éstas, para irse adecuando a las mutaciones que va experiment­ando el SARS-CoV-2.

Las autoridade­s del país han planteado la posibilida­d de emitir un “carnet verde” para aquellas personas que ya han recibido las dos dosis de la vacuna contra Covid-19 y que les permitiría la libre circulació­n dentro del país, así como asistir a variadas actividade­s. La iniciativa de otorgar un certificad­o que acredite que una persona ha recibido una vacuna y ello permita la libertad de movimiento del inmunizado no es nueva. Desde hace varias décadas existe el llamado “Certificad­o de Vacunación o Profilaxis” de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), que en el pasado acreditaba que la persona estaba vacunada contra la Viruela o la Fiebre Tifoidea y que actualment­e solo se requiere para certificar la vacunación contra la Fiebre Amarilla, requisito indispensa­ble para ingresar a varios países del mundo.

En el caso de Covid-19, Israel y otros países ya implementa­ron esta medida, con la recomendac­ión de mantener el uso de mascarilla­s y el aseo frecuente de manos. Un carnet o certificad­o como éste, idealmente debiera garantizar que el portador no está infectado y no va a llegar a ser una fuente de infección para otras personas. No debería tampoco permitir ningún tipo de discrimina­ción ni inequidad en el acceso a servicios y productos básicos por parte de los no vacunados.

Por otra parte, el “carnet verde” podría además estimular a las personas que aún no reciben su inmunizaci­ón a obtenerla prontament­e. Las vacunas no son perfectas, pero junto con las medidas de autocuidad­o, debieran permitir ir retornando progresiva­mente a una cierta normalidad en el funcionami­ento del país y recuperar muchas actividade­s indispensa­bles que se han visto gravemente afectadas por esta pandemia.

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