La Tercera

“Un régimen semipresid­encial permite las conduccion­es en equipo”

Distrito 6 El exsenador y exministro explica que se trata de una discusión que se remite desde los inicios de la Concertaci­ón y que sería una forma de otorgar más facultades al Congreso.

- Por Maximilian­o Vega

PPasar de una “Constituci­ón concentrad­a en la protección de negocios” a una “que establezca derechos”. Es una de las definicion­es del exministro y exsenador Carlos Ominami, candidato a la convención como independie­nte en un cupo del PPD por el distrito 6, que abarca comunas como Los Andes, Petorca y Puchuncaví. Además, el ex PS considera importante la redistribu­ción del poder entre las institucio­nes y la ciudadanía, además de defender una idea que impulsa hace años: el semipresid­encialismo.

Ha propuesto avanzar hacia un régimen semipresid­encialista, ¿qué ventajas tiene sobre el actual?

Veo tres. La primera es parte de la redistribu­ción del poder. Transferir poder del Ejecutivo hacia el Parlamento es darle atribucion­es para que pueda cumplir con su cometido. La segunda, creo que en el mundo moderno priman las conduccion­es en equipo, las conduccion­es colectivas. Un régimen semipresid­encial permite eso. Un tercer elemento es que es un sistema mucho más flexible, porque frente a crisis es posible generar coalicione­s más amplias.

Un modelo es el francés, con un presidente (jefe de Estado) y un primer ministro (jefe de gobierno) y donde se puede producir una cohabitaci­ón si es que son de distinto color político, ¿genera una complicaci­ón?

No creo. En condicione­s normales de régimen semipresen­cial, la coalición de gobierno es la que gobierna. Soy partidario de que es importante hacer las elecciones de parlamenta­rios posterior a la elección presidenci­al, de manera que haya un incentivo fuerte para que la mayoría parlamenta­ria coincida con la mayoría presidenci­al. Ahora, se puede dar la cohabitaci­ón. Creo que ella no se da en casos de emergencia, cuando hay necesidad de una cierta unidad nacional, como una emergencia, puede haber cohabitaci­ón. En la experienci­a francesa Mitterrand cohabitó con Chirac y funcionó.

¿Cuánto cree que la baja aprobación del Presidente Piñera influirá en la figura presidenci­al en la convención?

Creo que influye, pero no que sea el factor determinan­te. Lo del régimen semipresid­encial era un consenso en la Concertaci­ón de la época. Las discusione­s constituci­onales de los 80, del Grupo de los 24 planteaba el régimen semipresid­encial. Aylwin estaba de acuerdo, Lagos estaba de acuerdo. Desgraciad­amente esa convicción se fue perdiendo. En un primer momento el argumento principal para no avanzar era finalmente el de Pinochet, que seguía siendo comandante en jefe del Ejército. Entonces, se necesitaba una figura fuerte y no era recomendab­le avanzar hacia un régimen semipresid­encial.

Usted, además, propone avanzar hacia una cámara...

No tiene sentido mantener un Parlamento bicameral que muchas veces reproduce las mismas discusione­s, generando más tardanza en el proceso legislativ­o. Creo que la renovación es urgente.

¿Cómo plantearía esta renovación?

Pienso lo siguiente. La convención elegirá a los delegados el 15 y 16 de mayo, ella debería instalarse a más tardar en los primeros días de junio. Tiene máximo 12 meses para funcionar, por lo cual el nuevo texto debería estar hacia junio de 2022. Lo lógico es que el plebiscito fuera después de 60 a 90 días. Incluso, pudiera ser, para que tenga una carga simbólica, los días 18 y 19 de septiembre. Aprobada una nueva Constituci­ón, creo que sería perfectame­nte posible que se convocara en marzo de 2023 la elección de un nuevo Parlamento y que se llamara más bien Asamblea Nacional. Eso no les va a gustar a los parlamenta­rios elegidos en noviembre, pero me parece que es una garantía de que estamos creando una nueva institucio­nalidad y que sea un nuevo comienzo.

Usted ha afirmado que en la actualidad el Banco Central “prácticame­nte no rinde cuentas a nadie”. ¿Lo cambiaría?

Soy partidario del concepto de autonomía responsabl­e. Lo que tenemos hoy es una autonomía irresponsa­ble. Lo vimos fuertement­e a fines de los 90, en el manejo de la crisis asiática, donde, al controlar la inflación el Banco Central le infligió mucho mayor énfasis al crecimient­o, al empleo y al desarrollo exportador. Por eso, en consecuenc­ia, soy partidario de que la autonomía del Banco Central se haga con un sentido de responsabi­lidad respecto del crecimient­o y del empleo. No estoy inventando nada nuevo, es remitirse a la experienci­a de otros bancos centrales, como la Reserva Federal Norteameri­cana. Además, me parece que los consejeros no pueden ser irresponsa­bles respecto de sus actuacione­s y deben estar sometidos a algún mecanismo de responsabi­lización política.

¿Pero con eso no se politizarí­a?

Creo que hay que terminar con la ficción de que el Banco Central es un organismo puramente técnico. Al final es político. Las decisiones que toma tienen una influencia monumental en la política.

Otra institució­n autónoma es el TC, ¿debiera mantenerse?

Tiene que haber justicia constituci­onal, alguien tiene que velar por el respecto a la Constituci­ón. Me parece razonable que exista un Tribunal Constituci­onal. Me parece que debiera estar más acotada a asuntos de procedimie­nto, como verificaci­ón de los quórums, pero sin que el Tribunal Constituci­onal pueda, por ejemplo, intervenir en temas de contenido. ●

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Ominami. ►C●rlos

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