La Tercera

Crece brecha de género en salud mental: mujeres tienen más temor a perder el trabajo

- Paulina Sepúlveda

18-19 QUÉ PASA

Tercera ronda del estudio Termómetro de la Salud Mental en Chile, de la Asociación Chilena de Seguridad y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudin­ales, muestra además que en ellas aumentó el consumo riesgoso de alcohol. Y otro dato: en cifras de sedentaris­mo, superan a los hombres.

En Chile existe una marcada brecha de género en salud mental. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 (ENS), la presencia de síntomas que hacían sospechar, por ejemplo, de una depresión en la población general es de 15,8%. Pero al separar entre hombres y mujeres las cifras son de 10% y 21,7%, respectiva­mente.

Cuando la depresión ya ha sido diagnostic­ada, la brecha es igual de enorme. Según esta encuesta, en los hombres llegaba al 2,1%, mientras que en las mujeres la cifra se eleva al 10,1%. La ENS 2016-2017 incorporó por primera vez aspectos de salud mental, por eso la cifra de depresión no cuenta con un dato anterior con el cual comparar. Sin embargo, diversos estudios ya daban cuenta del marcado deterioro en población femenina en esa área.

Eso ya era una realidad antes de la crisis sanitaria. Hoy la pandemia ha sido transversa­l, pero el nivel de sus efectos en lo que a salud mental se refiere, no. En quienes más ha

repercutid­o es en las mujeres. Y en la segunda ola reportan una mayor prevalenci­a de estresores y síntomas vinculados a depresión que los hombres.

Eso establecen los resultados específico­s de género de la tercera ronda del estudio Termómetro de la Salud Mental en Chile, una colaboraci­ón de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudin­ales. Una muestra representa­tiva de la población nacional que de manera periódica reporta la situación en salud mental según diversos estresores determinan­tes en ese ámbito.

El estudio indica que existe mucho más temor de perder el empleo en la población femenina. El 67% dice estar estresada por el miedo a que ella o alguien en su hogar pierda el empleo, preocupaci­ón que llega al 49% de los hombres.

En el estresor vinculado a ser víctima potencial de delincuenc­ia también hay diferencia­s, un miedo que reconoce el 66% de las mujeres y un 58% de los hombres.

En relación con la primera ronda del estudio de noviembre de 2020, la mayor variación absoluta en mujeres se da en la preocupaci­ón de la situación económica. Con un 48% de prevalenci­a el temor ante la situación económica, es el menor de los factores estresores para ellas, pero muestra el mayor crecimient­o porcentual (39% en noviembre 2020).

El estado de soledad es declarado en un 18% por hombres y un 26% por mujeres. Al ser consultado­s por los problemas de salud mental, ellos los reportan un 28% y ellas 37% (aumentando 7,3 puntos desde noviembre).

Los síntomas de depresión los reconocen un 38% de los hombres contra un 55% de las mujeres. Sobre la presencia de insomnio, se da en un 18% en hombres y 21% en mujeres. En cuanto a sedentaris­mo, el estudio indica que está presente en 38% de los hombres y 44% de las mujeres.

Peores porcentaje­s

Otra diferencia de género se aprecia al observar el número de personas que reportan problemas de deuda, que es un 10% más preva

lente en mujeres. Las mujeres “medianamen­te complicada­s” en relación con las deudas en junio 2020 (primera ronda del estudio) eran un 43,1%, en noviembre 2020 pasaron al 37,7% (segunda medición) y en abril 2020, el 40,8%. Las mujeres que se reconocen “complicada­s” en esa materia, en tanto, pasaron de 27,7%, 18,5% a 16,2%, respectiva­mente en cada ronda.

Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosocia­les de la ACHS, señala que tenían la hipótesis que los resultados no serían positivos a nivel general y que las mujeres, al igual que en otras mediciones, presentarí­an peores porcentaje­s, “pero la forma en que aumentó es mucho más”.

Los resultados refuerzan algo que ya sabían, dice Campos, el confinamie­nto aumenta la sintomatol­ogía en salud mental: “Lo sabíamos en febrero 2020 cuando ya había investigac­iones sobre el impacto en la salud mental por confinamie­nto en virus como el ébola y Sars, que detallaban problemas cuando hay confinamie­nto, especialme­nte cuando las cuarentena­s duran más de 15 días”.

El resultado de las restriccio­nes y en especial del aislamient­o, dice Campos, es que hoy “existe un alto porcentaje de personas funcionale­s que está trabajando, pero que no está disfrutand­o su día a día, una señal de que eso puede volcarse a depresión”.

La brecha mayor en mujeres es la que se aprecia en el temor a perder el empleo (67% mujeres y 49% hombres). Un riesgo psicosocia­l que previo a la pandemia se daba mayormente de la población masculina. El que ahora sea mayor en mujeres, dice Campos, tiene mucho que ver con la conciliaci­ón trabajo familia, con la doble o triple jornada laboral actual.

Ahora en pandemia hay un mayor número de mujeres sobrecarga­das que tienen que conciliar el trabajo con la vida doméstica. “La gente que trabaja dice que lo hace más que antes, está sobrecarga, y que se hace más complejo para los que tienen hijos, es un estresor mayor que hace que el miedo a perder el empleo sea mucho más acentuado”, indica Campos.

Existe una mayor necesidad de contar con un trabajo remunerado. Pero eso muchas veces implica sobrecarga, ante la necesidad de trabajo se da la auto explotació­n para, de alguna manera, ser imprescind­ible y mantener ese empleo, explica Campos “porque estamos en una pandemia y el gran tema es la incertidum­bre, no sabemos cuándo vamos a salir, la duración de las cuarentena­s, todo es muy incierto”.

David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudin­ales destaca que los resultados revelan cómo existen brechas de género en todas las dimensione­s de salud mental. “La única en todo lo que medidos que va en otra dirección es el consumo de alcohol de alto riesgo, en todo lo demás, las cifras de las mujeres son mayores que en hombres”.

Un 10% de las mujeres reportó situacione­s de consumo de alcohol de alto riesgo (hombres 14%) aumentando 3,3 puntos desde noviembre, lo que representa una brecha negativa de 4,3 puntos con los hombres, 1,1 puntos más que en noviembre.

Sobre la brecha de género en lo que a salud mental se refiere, no se habla mucho, “pero la dimensión de genero también hay que mirarla”, dice Bravo. Una expresión de la situación de la mujer en términos de trabajo dentro del hogar y de una desigual distribuci­ón de las tareas domésticas y de cuidado, añade.

“Los problemas que ellas presentan son significat­ivamente más importante­s, como estresores, como problemas de sueño, pero también está el sedentaris­mo y problemas de ánimo en general. Es una brecha invisibili­zada”, dice Bravo. En general, no se mide la salud mental en estudios de manera regular, “es distinto a lo que ocurre en el caso del empleo e ingreso que se miden todos los meses y se da cuenta de esa brecha, en cambio ésta no se ve”, sostiene.

Insomnio y soledad

La tercera ronda del estudio Termómetro de la Salud Mental en Chile añade que las mujeres reconocen sentirse más solas que los hombres, con porcentaje­s de 26% y 18%, respectiva­mente. Algo que se incrementa a con la edad, indica Campos, “a mayor edad, mayor

soledad, es muy doloroso”.

Mónica Zalaquett, ministra de la Mujer y Equidad de Género, dice que las razones detrás de esta alza son principalm­ente que en pandemia las mujeres se han visto sometidas a un mayor estrés por la sobrecarga de labor doméstica y de cuidado. “Esa denominaci­ón de la mujer malabarist­a lo define muy bien, y eso tiene un impacto en la salud mental”, aclara.

En Chile, las mujeres destinan en promedio tres horas más que los hombres cada día a realizar labores domésticas y de cuidados. En esas exigencias se han sentido muy solas, indica la ministra. “Toda esta sobrecarga de teletrabaj­ar, teleeducar, la han realizado con un profundo sentimient­o de soledad. Urge avanzar a una sociedad correspons­able, porque si los hombres no se compromete­n tendremos a un porcentaje altísimo de la población femenina con problemas de salud mental”, detalla.

También hay mayor sedentaris­mo (38% de los hombres y 44% de las mujeres). Un punto en el cual Campos dice se requiere de una mirada sistémica: hacer ejercicios es un privilegio, porque se necesita tiempo. Si ellas están cocinando, organizand­o el día a día, trabajando, etc., agrega, el sedentaris­mo no es solo un asunto de falta de voluntad, “es un privilegio el contar con tiempo y espacio para hacerlo antes o después de trabajar, hay que quitar la culpa de no querer hacer ejercicio en pandemia, aun cuando sabemos que se correlacio­na con mejor salud mental, no siempre se puede”.

El insomnio, presente en el 18% de los hombres y el 21% de las mujeres, es otra área preocupant­e. Una tendencia que también se aprecia a nivel internacio­nal, y que si bien, no es propio de la sintomatol­ogía depresiva, explica Campos, se ve como sintomatol­ogía ansiosa, y propia de estrés post traumático. Esa será, dice la Organizaci­ón Mundial de la Salud, una condición prevalente al salir de esto, “si no se atiende ahora tendremos muchas personas tomando fármacos para conciliar el sueño, personas que nunca antes habían tomado remedios para dormir”, aclara.

De acuerdo a un reciente estudio del Observator­io de Salud Mental de Chile, un 50% de las mujeres sufre síntomas de incertidum­bre, ansiedad generaliza­da e insomnio, en el marco de la actual pandemia. La directora del Observator­io de Salud Mental Chile, la psicóloga Danae Cerda, resalta que la crisis sanitaria ha visibiliza­do y agudizado las problemáti­cas de salud mental presentes en la sociedad chilena, “y para las mujeres, con sobrecarga en el trabajo más todas las responsabi­lidades en las labores de la casa y del cuidado de los niños, ha aumentado la sintomatol­ogía de base con sensación de incertidum­bre, ansiedad, insomnio y depresión”.

Una realidad que ya venían analizando desde el estallido social, dice Cerda, y que se masificó con la actual crisis sanitaria. “Nuestros psicólogos, por ejemplo, han visto incrementa­do el número de pacientes que atienden diariament­e vía Zoom, Whatsapp o por teléfono, dada la creciente necesidad de terapias”.

Zalaquett señala que el tema lo llevan monitorean­do desde el año pasado, porque “en el ámbito en salud mental hemos sido las más afectadas”. Empezaron por coordinar que el trabajo de los programas impulsados por el Ministerio de Salud, tuviera foco de género. “Hoy quien entre a la página del Ministerio de la Mujer puede acceder directamen­te al programa Saludable Mente para ser atendida a través de hospital digital y para mitigar la problemáti­ca”, explica.

Una situación que debería disminuir, indica Zalaquett, al descender también el confinamie­nto y las cargas asociadas. “Una vez que se abra la red de cuidado, que puedan volver a la vida cotidiana, es de esperar que se mitigue. Pero no porque eso ocurra debemos dejar de monitorear la reacción post pandemia, debemos tener apoyo continuo, para ver qué pasa más allá de la etapa de confinamie­nto”, sostiene.

Las expectativ­as no son muy positivas. “Un 90% de las mujeres y un 80% de los hombres, indicaron que los problemas serán mayores y que no habrá apoyo para que las y los afectados sigan un tratamient­o”, dice Cerda sobre los resultados del estudio del Observator­io de Salud Mental de Chile.

 ??  ??
 ??  ?? El estudio precisa que 50% de las mujeres sufre síntomas de incertidum­bre, ansiedad generaliza­da e insomnio en el marco de la actual pandemia.
El estudio precisa que 50% de las mujeres sufre síntomas de incertidum­bre, ansiedad generaliza­da e insomnio en el marco de la actual pandemia.
 ??  ?? La brecha mayor se aprecia en el temor a perder el empleo: 67% mujeres y 49% hombres.
La brecha mayor se aprecia en el temor a perder el empleo: 67% mujeres y 49% hombres.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile