La Tercera

Expertos detallan factores que inciden en el alza de pacientes reinfectad­os con Covid

- Belén del Castillo

Todavía es un porcentaje pequeño del total de contagiado­s en Chile, pero la cifra de personas que se ha enfermado de Covid-19 más de una vez (1.274 al 17 de junio) ha ido creciendo. Los expertos exponen diferentes ele,entos que propician esto: una inmunidad insuficien­te desarrolla­da durante el primer contagio, condicione­s de base que generen escasas defensas biológicas y la aparición de nuevas variantes del virus más infecciosa­s.

En marzo de 2020, luego de atender a un paciente en un box de Urgencias, la enfermera Camila Toro (34) tomó su mascarilla NK95 para cambiarla. En ese momento se encontró con otra funcionari­a que había vacacionad­o en Vancouver, Canadá. Pese a que “fue un contacto de menos de cuatro minutos”, relata Toro, se contagió de Covid-19. Esa fue su primera vez, pero no la última.

De acuerdo al último reporte del Ministerio de Salud (Minsal), al 17 de junio se registraba­n 1.274 personas reinfectad­as o con sospecha de haber cursado Covid-19 por segunda vez. Es todavía una cifra baja, pero que ha ido abultándos­e conforme ha ido variando la situación epidemioló­gica.

La infectólog­a de la Universida­d de Chile y presidenta del Comité de Vacunas e Inmunizaci­ones del Minsal, Jeannette Dabanch,

que los motivos por los cuales una persona puede reinfectar­se con coronaviru­s son “múltiples”. Uno de ellos es que la duración de la inmunidad adquirida naturalmen­te al enfermarse “sea transitori­a”, y cuenta que “se han estudiado algunos pacientes y se describe una duración de seis a doce meses”.

En el caso de Toro, su protección inmunológi­ca duró tres meses. El 9 de abril terminó su cuarentena, se realizó chequeos médicos junto a su familia y todos estaban libres de contagio. No obstante, la enfermera de la Clínica Indisa decidió mudarse de la casa de sus padres por el temor a volver a exponerlos. Esa decisión fue como un presagio.

La enfermera recuerda un día, a comienzos de junio, cuando el ventilador de un paciente comenzó a funcionar mal, “el virus que quedó entre las ramas interiores de la máquina se escapó”. Cinco días después, mientras realizaba un turno de noche, comenzó a sentir nuevamente los síntomas: dificultad para respirar, dolor de cabeza, cansancio y frío.

Otros factores que explican por qué una persona puede contagiars­e dos veces de Covid-19, dice la infectólog­a Dabanch, es que debido a una condición de salud particular —como enfermedad­es inmunodepr­esoras— algunos pacientes “no logran generar una respuesta inmune o de defensas adecuada a la primera infección”. También, destaca la médica, pueden ocurrir reinfeccio­nes por nuevas variantes del virus Sars-Cov-2.

“Todos me decían que era afortunada de haber tenido Covid-19 en marzo, porque iba a tener inmunidad”, recalca Toro, quien la segunda vez generó un cuadro más grave, aunque de tratamient­o ambulatori­o.

Más deporte, menos tabaquismo

Los casos de reinfeccio­nes siguen siendo muy escasos, por lo que se tiene poco conocimien­to sobre el comportami­ento de la enfermedad esa segunda instancia. El jefe de Infectolog­ía de la Clínica Dávila, Roberto Olivares, explica que “actualment­e está primando el factor de las variantes en las reinfeccio­nes, más que el hecho de tener alguna comorbilid­ad asociada”. Sin embargo advierte que “todo depende de la calidad de la respuesta inmune de cada individuo”.

Por ejemplo, la arquitecta Ximena Joannon (49) desarrolló cuadros muy diferentes las dos veces que se contagió. Ella relata que según los médicos que la atendieron se trató de cuadros muy extraños: “Me decían que era un caso para un paper”. La primera vez terminó hospitaliz­ada, debido a la inflamació­n de su sistema digestivo por efecto del virus. La segunda vez fue su sistema respirator­io el que se vio comprometi­do.

Su primer contagio ocurrió a fines de abril del año pasado. Luego de pasar dos semanas en cuarentena en su hogar, con diarrea, náuseas y malestar, la internaron en la Clínica Universida­d de Los Andes. “Yo no tuve fiebre”, enfatiza Joannon, pero “estuve con dos sueros en los brazos y minerales muy fodos calizados porque mi organismo no era capaz de absorber los nutrientes”. A mediados de junio fue dada de alta. “Hice una larga rehabilita­ción con remedios y el deporte me ayudó mucho, el ejercicio aeróbico sobre todo”, revela Joannon.

Si bien el infectólog­o del Hospital Barros Luco, Ignacio Silva, manifiesta que “la reinfecció­n es poco frecuente”, también explica que en aquellos casos de personas que se contagian por segunda vez, la versión del virus juega un rol importante. Silva advierte que si el paciente se infectó con una variante del virus distinta, “los anticuerpo­s generados por la infección anterior pueden no ser lo suficiente­mente útiles como para combatir la nueva infección”.

A ese escenario se enfrentó la arquitecta Joannon, quien en febrero pasado adquirió la infección tras tener contacto con una persona que contrajo la variante Gama. Esta vez sí tuvo fiebre y dice que incluso generó una “pequeña neumonía”. “Esto comenzó muy violento, pero se frenó a los cinco días. No me afectó el sistema gástrico, pero sí dolor muscular y cansancio”, agrega.

Coincidien­do con la arquitecta, quien destaca que el deporte y su capacidad aeróbica la ayudaron a paliar los efectos de las infeccione­s; en ambas ocasiones, la pediatra broncopulm­onar y directora de RespiraLib­re, Lidia Amarales, considera que el tabaquismo es un factor de riesgo frente a la enfermedad. “Ser fumador es un mayor factor de riesgo para infectarse de Covid-19, porque tiene disminució­n de inmunidad, de las defensas de las vías aéreas (...) por donde se eliminan los elementos infectante­s como los virus”.

Cuadros graves menos probables

Según la doctora Amarales, “los porcentaje­s de reinfecció­n son muy bajos, estamos hablando del 0,1% en Chile (...) y está refrendado por lo que dice la evidencia internacio­nal”. De ese porcentaje, sostiene, es aún menor quienes producen cuadros graves de la enfermedad.

La enfermera del Hospital Clínico de la Universida­d Católica, María Lorena Cobos (27), se contagió por primera vez en abril de 2020. “Tuve síntomas muy bruscos, como fiebre y dificultad respirator­ia. Además soy asmática y más encima tuve amigdaliti­s en conjunto”, recalca. Luego de catorce días, volvió a realizar sus turnos en el hospital. No obstante, en diciembre de ese año, luego de reunirse con una amiga, volvió a tener mucha fiebre. Cobos hizo el test PCR y arrojó positivo: “Fue mucho más suave que antes, solo dos días fueron complejos y el resto los pasé como un resfrío”. En enero pudo recibir su primera dosis de la vacuna y actualment­e tiene el esquema de inmunizaci­ón completo.

La jefa de Infectolog­ía de la Clínica Alemana, la médica Inia Pérez, comenta que, en general, “los pacientes que han presentado reinfecció­n han tenido cuadros de moderaexpl­ica a leves. No hemos tenido pacientes con reinfecció­n con cuadros severos, pero todo esto depende del estado inmunitari­o del paciente”. Pérez es enfática en destacar que podría tener un paciente “que haga una reinfecció­n con un cuadro severo, pero es menos probable”.

A la psicóloga Pía Ossa (30) le ocurrió algo parecido la segunda vez que se infectó, pues desarrolló un cuadro mucho más leve. Su primer contagio ocurrió en julio del año pasado, con dolor de garganta, de cabeza y muscular. “Sentía mucho cansancio general y tuve fiebre, pero solo por dos horas”, comenta Ossa. Tras un aislamient­o en la casa de sus padres por dos semanas, se recuperó. En diciembre de ese año, su pareja la contagió nuevamente. “Empecé a tener los mismos síntomas. Nunca tengo fiebre y ahí estaba con la cabeza ardiendo”, explica. Sin embargo, esta vez la enfermedad fue mucho más breve.b

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