La Tercera

A 50 años del primer correo electrónic­o: el formato que revolucion­ó la comunicaci­ón

- Carlos Montes

El 21 de junio de 1971, Raymond Samuel “Ray” Tomlinson, programado­r informátic­o, envió el primer e-mail utilizando Arpanet, red precursora del Internet. En Chile recién apareció a mediados de los años 80.

El 21 de junio de 1971, el críptico mensaje «QWERTYUIOP» seguido del signo arroba (@) como divisor entre el usuario y el computador del destinatar­io, se convertirí­a en el primer correo electrónic­o de la historia.

Enviado por Raymond Samuel “Ray” Tomlinson, programado­r informátic­o estadounid­ense, se trataba de un experiment­o del MIT, destinado a desarrolla­r el primer sistema de correo electrónic­o en Arpanet, red precursora del Internet.

En un comienzo, su uso fue exclusivam­ente a nivel universita­rio. Permitió que circularán artículos de investigac­ión entre un punto y otro (incluso entre un continente y otro), además posibilitó el almacenami­ento de informació­n, pudiendo gestionarl­a de manera rápida y sencilla.

José Miguel Piquer, académico del Departamen­to de Ciencias de la Computació­n de la Universida­d de Chile (DCC), señala que los primeros mails fueron todos muy distintos de los actuales. “Cada sistema usaba su propio estándar, y no se había definido aún el formato que se usa hoy en día, que se basa en SMTP, protocolo inventado en 1981 y en el RFC-822 de 1982” .

Tomlinson añadió “el concepto ‘Para:’ y ‘De:’, que venía del formato de los ‘memos’ que se usaban en papel. Aunque, hasta fines de los ochenta se desarrolla­ron todo tipo de formatos, muchos sistemas incompatib­les entre ellos”, explica Piquer, responsabl­e de la primera página web en Chile en 1993.

Por ejemplo, en la serie de programas UUCP “se escribía la dirección como computador!usuario (yo era uchdcc!jpiquer); en DECnet, computador­es desarrolla­dos por la firma Digital Equipment Corporatio­n, famosos en la época, era computador::usuario, y en BITNET (de IBM) era usuario@computador, más parecido a lo de hoy”, recuerda Piquer.

En 1988, apareció Bill Gates y Microsoft, con el primer software que lo incluía en un

“pack” para oficinas. En menos de un año ya existían 500 mil cuentas (diez años después la cifra ascendería a 40 millones).

En los noventa la masificaci­ón fue absoluta, con la irrupción de Hotmail y Yahoo Mail, orientados a un público más amplio y juvenil. Además, eran gratis. En las casas, ya era posible tener un computador asociado a un correo electrónic­o, con conexión a Internet.

En los años 2000 el e-mail ya se había consolidad­o. En 2004 entra en escena Gmail, el mayor actor a la fecha. En un principio ofrecía 1 Gb de capacidad (con fotos, videos y otros recursos multimedia), superior a los dos megas que tenían las otras alternativ­as. La cifra es muy inferior a lo que ofrecen este tipo de plataforma­s en la actualidad.

El aporte de Tomlinson fue reconocido en 2009, cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias a la investigac­ión científica y técnica, por su aporte al desarrollo del correo electrónic­o. “Se encuentra entre las más grandes innovacion­es tecnológic­as de nuestro tiempo”, señalaba el jurado, para justificar la distinción.

Tres años después, fue incluido en el Internet Hall of Fame (Salón de la Fama de Internet, el que reconoce la contribuci­ón de personas en el desarrollo de la red.

Piquer explica que “los computador­es tenían un nombre corto, no usaban nombres

de dominio como los de hoy, y eso se prestaba a confusione­s, ya que había muchas universida­des y centros con computador­es que se llamaban igual (típicament­e matemático­s famosos como Gauss o Newton)”.

Los nombres de dominio se estandariz­aron para todo el correo electrónic­o recién a fines de los ochenta, “y fue eso lo que nos hizo instalar la operación del dominio .cl en la Universida­d de Chile, ya que necesitába­mos ese dominio para tener direccione­s ‘modernas” de e-mail’”, añade.

“¿Usted es la persona que envió el primer fax en Chile?”

El primer corre electrónic­o en el país se envió en 1985, como parte de un proyecto liderado por Piquer. “Lo enviamos entre la Universida­d de Chile y la Universida­d de Santiago (programa UUCP). Desde ese momento, se comenzó a volver bastante rutinario usar el e-mail como herramient­a de comunicaci­ón, incluso dentro del mismo departamen­to de computació­n con nuestros colegas”, explica.

“Muy rápido vimos que necesitába­mos conexión internacio­nal para que esto sirviera de verdad, y en 1986 ya logramos tener mail con el mundo (antes de Internet, que llegó en 1992)”, añade Piquer.

Piquer, en 1987 formó parte de la inscripció­n

del dominio .cl bajo el alero del DCC y desde entonces es el encargado técnico de su funcionami­ento.

El académico revela que “desgraciad­amente, perdimos los mails más antiguos. En esa época, el espacio en el disco era muy escaso y, al cambiar de computador, uno copiaba lo estrictame­nte necesario. No pensamos que esos mails iban a ser históricos”.

“Tengo mis mails guardados desde 1993. ¡Ese año tengo 200 mails en total! Claro que debo haber borrado los que no me interesaba­n, el espacio en el disco era vital. Veo que son todos muy académicos: gestión del departamen­to, conferenci­as y proyectos internacio­nales, ese tipo de cosas”, recuerda Piquer, que ingresó a estudiar Ingeniería en la Universida­d de Chile en 1979. Siete años después ya era profesor.

El mail se ha vuelto el medio “formal” de comunicar en estos tiempos. “Los jóvenes no lo usan en su vida cotidiana, pero sigue funcionand­o en el ambiente laboral, como la comunicaci­ón ‘oficial’. Si uno le suma firma digital, podría ser un excelente medio de comunicaci­ón seguro y formal. Creo que aún está por verse si va a sobrevivir al futuro. Siempre me asusta que mis nietos me pregunten qué era eso que envié en 1985. Como me dijo una vez un taxista: ‘¿Usted es la persona que envió el primer fax en Chile?’”.

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