La Tercera

Grave impacto de nuevo royalty minero

El Senado debe buscar corregir un proyecto que, aprobado en los términos que hizo la Cámara Baja, dejaría al país con unos niveles de tributació­n exorbitant­es, sin que además el gravamen sea efectivo para proporcion­ar ahora los recursos que se necesitan p

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El aumento en los compromiso­s que el Estado ha ido sumando como consecuenc­ia de la pandemia y la trayectori­a previa del gasto público ameritan una discusión profunda sobre la necesidad de emprender un proceso de consolidac­ión fiscal que evite amplificar el fuerte salto de la deuda pública, que según cifras de la Dipres ya alcanza al 32,9% del PIB, la cifra más alta desde 1991.

Parte de esta discusión está asociada a la carga tributaria que deben enfrentar los agentes privados, en particular las empresas. En este contexto, y cuando esta semana el Senado volvió a retomar la discusión sobre el nuevo impuesto específico a la minería, siguen sumándose las voces críticas al nuevo tributo.

En primer lugar, no deja de ser preocupant­e que los parlamenta­rios sigan insistiend­o en artilugios legislativ­os que transgrede­n abiertamen­te la facultad exclusiva que la Constituci­ón le confiere al Presidente de la República en materias asociadas a nuevos tributos, más allá de su supuesta temporalid­ad. Que se destine valioso tiempo legislativ­o a iniciativa­s inconstitu­cionales de origen tensiona innecesari­amente la institucio­nalidad y socava la imagen del Congreso.

Pero el proyecto tiene problemas técnicos severos. Un reciente estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP) comparó la situación que quedaría la minería chilena, de aprobarse el impuesto en discusión, en comparació­n con otras zonas mineras de referencia. El nuevo tributo podría elevar la carga tributaria que enfrenta una empresa chilena hasta el 85% -según el estudio del CEP-, lo que dejaría a nuestro país con los mayores tributos específico­s a la minería del mundo. El problema de fondo es que el proyecto no grava las rentas operaciona­les, sino que es un tributo que se aplica sobre las ventas brutas y que además es creciente en función del precio del cobre. De aprobarse una iniciativa como la propuesta las empresas con menores márgenes operaciona­les serían las más perjudicad­as y, además, sería un desincenti­vo para la inversión minera de mayor costo.

El proyecto, por otra parte, ha sido planteado como una respuesta para enfrentar la crisis sanitaria y de caracterís­ticas temporales. Sin embargo, el 90% de las grandes mineras tiene un contrato con el Estado con invariabil­idad tributaria hasta el 2023, por lo que difícilmen­te de aprobarse el nuevo royalty serviría para paliar los efectos económicos de la pandemia.

La minería ha sido uno de los principale­s destinos de la inversión, un motor para el crecimient­o del país y una importante fuente de recursos para el Estado. Iniciativa­s inconstitu­cionales, que conllevan cargas tributaria­s exorbitant­es y que además ni siquiera son útiles para resolver el problema que motivó su creación, deberían ser revisadas cuidadosam­ente en el Senado para evitar que terminen por sepultar a sectores económicos que han sido verdaderas fuentes de progreso para el país. Pero más importante aún es que los parlamenta­rios eviten la tentación de presentar mociones que transgrede­n sus atribucion­es constituci­onales.

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