La Tercera

Garin sucumbe frente a la contundenc­ia de Djokovic y le dice adiós a Wimbledon

Después de superar un comienzo nervioso, el chileno elevó el nivel, pero no le alcanzó para complicar al número uno del mundo y terminó su participac­ión en la cuarta ronda.

- Carlos González Lucay

“En el comienzo me costó muchísimo. Nunca había entrado a la cancha central”.

“No me adapté bien y Novak me compitió en todos los puntos, que es lo que él hace”.

“Estoy triste por la derrota, pero se sacan cosas muy positivas de esta semana”.

CHRISTIAN GARIN, TENISTA CHILENO

Enfrentar a un número uno del mundo en la Cancha Central de Wimbledon es uno de los sueños al que todo tenista pretende aspirar. Después de años de batallar y con 25 recién cumplidos, Christian Garin (20°) se ganó esta increíble posibilida­d ante un encumbradí­simo Novak Djokovic en el césped londinense. Sin duda, palabras mayores, lo que quedó reflejado en el 6-2, 6-4 y 6-2 con el que ayer terminó el partido de la cuarta ronda.

Los nervios iniciales no le permitiero­n disfrutar del todo la oportunida­d ante un tenista que esta temporada ya ganó Australia, Roland Garros y que se ilusiona con el Golden Slam, si es que suma las coronas de Londres, la del Abierto de Estados Unidos y el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Muy errático fue el comienzo de Gago. Una doble falta, dos errores con la derecha y un passing cruzado le dieron el quiebre al serbio en el primer juego del encuentro, un rival al que hay que jugarle a la perfección para dañarlo.

Ese primer remezón no sirvió para relajar al chileno. Todo lo contrario: los errores no forzados se multiplica­ron y no estuvo ni cerca de hacerle daño a su rival devolviend­o. Un nuevo quiebre en el quinto juego ratificó esa sensación de desamparo que tuvo el pupilo de Franco Davin ante este duro choque con la jerarquía de su adversario.

Pese al complejo panorama, Gago comenzó a soltarse y en el segundo juego del set siguiente se generó sus dos primeros puntos de quiebre. Ya no estaba tan errático y además se defendió mucho mejor desde el fondo de la cancha.

Por su parte, Nole empezó a cometer más errores no forzados y su semblante cambió.

A pesar de este nuevo escenario, el chileno, obligado a jugar siempre al límite, no logró aguantar la intensidad del balcánico y tomó una serie de malas decisiones en el noveno juego del segundo parcial. Su adversario no lo perdonó y sacó la ventaja necesaria para quedarse con el capítulo y encaminars­e a los cuartos de final.

La frustració­n por perder ese segundo set provocó de inmediato un bajón en la mejor raqueta del país. Un break en el primer juego y otro en el quinto game de la tercera manga sentenciar­on cualquier atisbo de ilusión.

Garin luchó con sus herramient­as, pero no pudo ante un adversario que va en camino a convertirs­e en el mejor tenista de la historia y cuya variedad de recursos es infinitame­nte superior a la de la gran mayoría de los jugadores del circuito. De todos modos, el chileno se fue con una ovación y con la sensación de que cada vez es más competitiv­o en los grand slams.b

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