La Tercera

SIN LEY DE PROTECCIÓN DE EMPLEOS, ¿AHORA QUÉ?

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SEÑOR DIRECTOR

El miércoles (día en que terminó la vigencia de la ley de protección de empleos en lo relativo a la suspensión de contratos), 65 mil personas mantenían aún sus contratos suspendido­s. De ellas, el 75% mujeres.

Ante el escenario que aún no está completame­nte normalizad­o, en cuanto al funcionami­ento de colegios, salas cunas y jardines infantiles -esencial en las posibilida­des laborales de las madres-, nos inquietan los despidos y renuncias por la extinción de la ley. Por algo la Comisión para la Recuperaci­ón de Empleos sugirió extender el subsidio al empleo en la Línea Regresa hasta diciembre para las mujeres.

Siendo imposible ya la extensión por vía administra­tiva de la suspensión de contratos por la ley de protección de empleos, debemos impulsar como nunca otras herramient­as para proteger los trabajos; dentro de ellas, y en primer lugar, la inmediata apertura de los más de mil colegios que aún no abren sus puertas. A esto se debe sumar la normalizac­ión del funcionami­ento de establecim­ientos de cuidado y educaciona­les. Pero por supuesto, y aunque la apertura es indispensa­ble, no basta.

Otra herramient­a, que podríamos llamar “implementa­ción de condicione­s de retorno”, consiste en acordar con las personas hombres y mujeres- alguna de las herramient­as de adaptabili­dad laboral vigentes en nuestro marco legal, como teletrabaj­ar o trabajar a distancia si la naturaleza de la función lo permite; o reducir la jornada por la ley de protección de empleo vigente por este concepto hasta diciembre.

Lo anterior, además de ofrecer jornadas parciales, con un máximo de 30 horas semanales (es posible acordar menos, como por ejemplo, 20 horas semanales), o bien, jornada ordinaria de menos de 45 horas, que es el límite máximo, no el mínimo. Así, se podría acordar trabajar 38 horas.

Los pactos de adaptabili­dad para trabajador­es con responsabi­lidades familiares y los pactos de reducción de jornada 4 por 3, tan poco usados, son puertas que debemos comenzar a abrir. Los permisos sin goce de sueldo por un tiempo definido también son una oportunida­d para mantener el vínculo laboral si no es posible volver aún al trabajo.

Ojalá estas posibilida­des lleguen a tiempo, la inmediatez es fundamenta­l para no ver aumentadas la inactivida­d, la informalid­ad y el desempleo de las mujeres en nuestro país.

Francisca Jünemann

Presidenta Fundación ChileMujer­es

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