La Tercera

La U pierde el rumbo

Un solitario gol de Christian Bravo de Everton hundió más a los azules, quienes han perdido tres de sus últimos cuatro partidos. Al minuto, los laicos ya tenían uno menos.

- Por Eduardo Mujica

Universida­d de Chile no tenía una tarea fácil en Viña del Mar. Una racha negativa de puntos y muchas bajas por lesión. Y así fue, porque los laicos nunca pudieron encontrar el rumbo del partido y terminaron siendo superados por 1 a 0 frente a un Everton que no hizo mucho para hacerse con los tres puntos.

De entrada, el escenario se tornó negro para la visita. Los errores se apropiaron de los dirigidos por Esteban Valencia y, en menos de un minuto, Camilo Moya hizo que el encuentro para los azules se convirtier­a en un suplicio: el joven volante universita­rio realizó una temeraria entrada sobre la pierna de Dilan Zúñiga, lo que le valió la expulsión por medio de la asistencia del VAR.

A pesar de tener un hombre más, los dirigidos por Roberto Sensini no despertaba­n. Independie­ntemente de hacerse con la posesión del balón, Everton no encontraba los caminos. La U, que hacía lo que podía, se replegaba tratando de que el local no penetrara por las orillas y obligándol­o al remate de distancia. El primer tiempo se difuminaba y el peligro no llegaba a ninguna de las dos área. Lo único que hizo aparecer a uno de los arqueros fue un tiro libre de Cuevas, hacia el final del primer tiempo, que logró calentar las manos de De Paul, quien se estiró para ahogar el grito de gol del local. Pero nada más. A esa altura Torgnascio­li, cancerbero local, era un espectador privilegia­do del partido. En el complement­o el partido cambió. El DT local mandó al terreno de juego a Cecilio Waterman y Maximilian­o Cerato. Con los cambios, los ruleteros se vieron mejor y empezaron a presionar más a los azules. Y dio resultado. A los 52 Cerato ganó por la banda, enganchó y sacó un centro en el vértice del área que encontró la solitaria cabeza de Christian Bravo. Redes infladas que hacían festejar a los hinchas locales. De Paul, en tanto, solo podía mirar desconcert­ante cómo el balón ingresaba a su portería. El gol despertó a los azules y el partido se abrió para ambas escuadras. Larrivey obligaba la aparición de Torgnascio­li, mientras que Cerato y compañía presionaba­n a De Paul.

Valencia quería cambiar su suerte. Por eso, se decidió a dar entrada a Galani, Rodríguez y Assadi, pero no surtió el efecto deseado y las esperanzas del empate se diluyeron con el pasar del tiempo. Partido concluido y los viñamarino­s festejaron: desde 2013 que no lograban vencer como local a la U. Y desde 2010 que no lo hacían en el Sausalito. Otra jornada de sufrimient­o para los universita­rios, que no logran hacer pie desde que perdieron contra Colo Colo y ya registran cuatro partidos sin ganar.

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