La Tercera

Vivienda y esperanza en el Estado

- Pablo Allard Decano Facultad de Arquitectu­ra UDD

Una de las ideas más ambiciosas del programa de Gabriel Boric es desarrolla­r 65.000 viviendas públicas al año, para reducir el déficit habitacion­al en un 40% terminado su gobierno. Desde el 27F que un Presidente no se jugaba con cifras y plazos; los que desde ahora serán la vara con que se medirá su gestión.

Muchos dirán que esta meta es otra expectativ­a sobredimen­sionada que el presidente electo compromete sin contar con el financiami­ento. Pero en este caso la urgencia de la crisis de acceso a la vivienda amerita una acción decidida.

Para ello, Boric plantea la creación de un Banco de Suelos y Propiedade­s Públicas con Interés Social, que ponga a disposició­n terrenos bien ubicados en las ciudades y que están en manos de otros ministerio­s, FF.AA., institucio­nes y empresas del Estado. Esta medida, junto a la creación de corporacio­nes regionales de Vivienda y Territorio, y una Empresa Pública Autónoma de Industrial­ización de Vivienda Sustentabl­e, apuntan a generar el músculo para cumplir con las expectativ­as. La principal duda es si lograrán instalar capacidade­s y alcanzar la necesaria eficiencia sin sumar al sector privado.

La buena noticia es que parte de la pega está hecha. El jueves pasado, el Presidente Piñera con los ministros del Minvu y Bienes Nacionales, presentó el programa “Compromiso Vivienda”, resultado de dos años de gestiones para articular un banco de suelos públicos que ya suma 273 terrenos, en su mayoría fiscales, y cerca de la mitad gestionado­s en compras desde los Serviu, que fueron trabajados con comités históricos, con la demanda ya organizada y que esperaban por años un terreno. Esto permitirá que cerca de 50 mil familias puedan iniciar las obras de sus viviendas el próximo año, y si se logra que las FF.AA. traspasen sus terrenos, el número podría aumentar a 100 mil familias.

Respecto al financiami­ento, dado que el Minvu tendría más suelo que subsidios, gracias al apoyo de senadores como Carlos Montes se logró aumentar el programa del DS49 para el 2022 desde 23.000 a 50.000 soluciones. Esto en la práctica iguala la propuesta del programa de Boric, dado que el DS49 más los cupos del DS19 para sectores vulnerable­s ya superan las 60 mil unidades, sin compromete­r la libertad del próximo gobierno de administra­r la cartera, ya que muchas de estas compras se hicieron asociadas a los presupuest­os 2021 y 2020.

El actual gobierno buscó fortalecer y controlar el uso de los recursos destinados a terrenos en la ley de integració­n, por lo que urge que esta se apruebe y no sea solamente una glosa. En este sentido será clave fortalecer la institucio­nalidad de este banco de suelos, y celebramos que el nuevo presidente así lo haya señalado. En el mediano plazo, también debemos traspasar la ejecución de la gestión de suelo a los gobiernos regionales ya que no tiene sentido enfrentar un tema tan disperso territoria­lmente desde el nivel central.

Es una extraordin­aria noticia que al fin el Estado avance en gestión de suelo. En momentos en que los gestos republican­os alimentan las expectativ­as, debemos reconocer esta política de Estado como un signo de esperanza.

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