Estrategia de Chile ante Ómicron
El anuncio de una cuarta dosis en 2022 confirma que el país está entre los mejor preparados del mundo para enfrentar esta variante. Frente al inicio del período de vacaciones, resultará fundamental que la población no descuide el autocuidado.
Europa y Estados Unidos están finalizando el año con tasas de contagio de SARS-Cov-2 sin precedentes, lo que se ha traducido en la cancelación de miles de vuelos, suspensión de fiestas de fin de año en algunos países y el retorno de medidas restrictivas, como confinamientos o el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública, entre otras medidas.
Responsable de parte de este auge parece ser la variante Ómicron, que producto de las múltiples mutaciones que presenta en la proteína de la espícula la hace particularmente transmisible. Los estudios disponibles sugieren que podría generar cuadros menos graves, pero por el solo hecho de que está contagiando a más gente, es también esperable que genere un mayor número de fallecidos, especialmente entre la población no inmunizada.
Pero hay señales que resultan más esperanzadoras: los primeros hallazgos de las investigaciones en curso sugieren que la población vacunada tiene menos riesgo de contagiarse de Ómicron, o de generar un cuadro grave en caso de infección. Esto refuerza la noción de que la vacuna sigue siendo la mejor defensa disponible contra el SARS-Cov2, por lo que desde el punto de vista global los avances deben dirigirse a aumentar los niveles de inmunización, sobre todo en aquellos países en donde poco más del 20% de la población ha completado el esquema de vacunación, como de hecho ocurre en varias zonas de África. Los estudios también parecen estar arrojando luces sobre la importancia de contar con una dosis de refuerzo, pues si bien la mayoría de las vacunas disponibles ha mostrado efectividad, también se ha observado que el nivel de anticuerpos desciende alrededor de los seis meses.
A la luz de estos antecedentes, la estrategia sanitaria de Chile aparece en la vanguardia, al punto que algunas destacadas publicaciones internacionales han destacado al país entre los mejor preparados a nivel global para enfrentar la ola de Ómicron. Esto se refleja en que ya el 92% de la población objetivo tiene su esquema de vacunación completo, y más de 10 millones han recibido su dosis de refuerzo, a lo que cabe agregar que también se están vacunando niños y adolescentes. Hasta el momento solo se han detectado 133 casos de la nueva variante en el país, y el total de contagios diarios sigue dentro de límites razonables.
El Ministerio de Salud ya anunció que a partir de febrero comenzaría un plan para inocular una cuarta dosis, la que partiría por la tercera edad y grupos más vulnerables producto de enfermedades o comorbilidades. Son escasos los países que han podido dar este paso -entre ellos también figura Israel-, por lo que estas experiencias serán seguidas con atención por la comunidad científica.
El país enfrenta en lo inmediato dos desafíos relevantes. En primer término, es imprescindible reducir el número de personas rezagadas con la vacuna o con la dosis de refuerzo, que si bien solo representan una fracción de los habitantes, sigue siendo un número importante donde el virus puede circular o incluso mutar. También es fundamental que ahora que se avecina el período de vacaciones, no se repita lo que ha ocurrido en el hemisferio norte, o lo que sucedió en el país en las vacaciones pasadas, donde se observó un notorio relajo de las medidas de prevención, lo que produjo una nueva y peligrosa ola de contagios. Las campañas sanitarias deben enfatizar que si bien la vacuna es un importante elemento de protección, no sustituye el autocuidado, apelando a la responsabilidad individual.