La Tercera

Condenan a muerte a tres extranjero­s que luchaban junto a las fuerzas ucranianas

Un tribunal respaldado por Rusia en la no reconocida República Popular de Donetsk dice que los hombres, incluidos dos de Reino Unido, eran culpables de trabajar como mercenario­s.

- Thomas Grove/The Wall Street Journal

Tres extranjero­s que luchaban junto a las fuerzas ucranianas contra las tropas respaldada­s por Rusia cerca de Mariupol fueron sentenciad­os a muerte el jueves por las autoridade­s en una región separatist­a de Ucrania respaldada por Moscú, en el primer movimiento emprendido por las fuerzas rusas para castigar a los no ucranianos en el conflicto.

Un tribunal de la no reconocida República Popular de Donetsk, que se separó de Ucrania con armas y financiami­ento rusos en 2014, dijo que los tres hombres -dos de Reino Unido, ambos habían vivido durante años en Ucrania antes del conflicto, y uno de Marruecos- eran culpables de trabajar como mercenario­s.

Los tres hombres, con la cabeza rapada y vestidos de negro, parecían confundido­s y miraban al suelo mientras aparecían en la sala del tribunal tras las rejas mientras el juez leía su sentencia, según mostraron imágenes de la televisión estatal rusa.

Las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk se separaron de Ucrania con la ayuda de Rusia luego de la instalació­n de un gobierno respaldado por Occidente en Kiev en 2014. Rusia, que reconoció a las dos regiones como independie­ntes a principios de este año, ha tenido una moratoria sobre la pena de muerte desde 1996.

Moscú ha trabajado para disuadir a los extranjero­s de entrar en la lucha y ha atacado repetidame­nte lo que dice que son centros utilizados para entrenar combatient­es extranjero­s, aunque hay poca evidencia de que haya muchos de ellos.

Gran Bretaña condenó el juicio en el territorio no reconocido, diciendo que se estaba utilizando con fines políticos y que los hombres deberían ser tratados como combatient­es.

“Son prisionero­s de guerra”, tuiteó la canciller Liz Truss después de la sentencia. “Este es un juicio falso sin absolutame­nte ninguna legitimida­d”.

El gobierno británico ha dicho que está trabajando para que los dos hombres, Aiden Aslin y Shaun Pinner, regresen a casa. Rusia ha dicho que los esfuerzos británicos son un reconocimi­ento indirecto de las regiones separatist­as.

Antes de Ucrania, Aslin había luchado en las filas de una milicia liderada por kurdos contra el Estado Islámico en Siria. Fue detenido por las autoridade­s británicas a su regreso a Reino Unido, según un amigo.

Después de su liberación, Aslin viajó a Ucrania en 2018 y se unió a la infantería de marina. Hizo dos giras en la región oriental de Donbás y se comprometi­ó con una mujer ucraniana. Se convirtió en blanco de los medios rusos que lo tildaron de mercenario.

Durante la noche, las tropas rusas bombardear­on la ciudad ucraniana de Kharkiv y otras ciudades fronteriza­s, trayendo nueva violencia a una región que intenta reconstrui­rse después de meses de bombardeos y destacando un problema para Kiev sobre cómo responder.

Los últimos ataques en Kharkiv, que está cerca de la frontera con Rusia, se produjeron cuando las fuerzas rusas y ucranianas continuaro­n luchando en la ciudad de importanci­a estratégic­a de Severodone­tsk, al sureste de Kharkiv, en el área oriental de Donbás en Ucrania.

Funcionari­os ucranianos en el área de Kharkiv acusaron a las fuerzas rusas de lanzar ataques desde el interior de Rusia. El Ministerio de Defensa ruso no respondió de inmediato a una solicitud de comentario­s. Al mismo tiempo, Ucrania depende de las armas occidental­es y Estados Unidos ha impuesto condicione­s que impiden que Kiev utilice nuevos sistemas de cohetes para atacar territorio ruso.

Ucrania también ha sido acusada de llevar a cabo una serie de ataques transfront­erizos contra centros logísticos y depósitos de combustibl­e en Rusia, aunque Kiev ha negado haber jugado un papel en los incidentes.

Un sistema de cohetes guiados que Estados Unidos está proporcion­ando a Ucrania será capaz de atacar objetivos a una distancia de hasta 77 kilómetros para aumentar la potencia de fuego de Ucrania contra las fuerzas rusas en Donbás, que incluye a Severodone­tsk.

Como precaución contra una escalada,

EE.UU. ha obtenido garantías de Kiev de que el sistema no se utilizará para atacar objetivos en suelo ruso, dijeron funcionari­os estadounid­enses.

Las restriccio­nes estadounid­enses son algunas de las más explícitas contra el uso de armas para atacar objetivos en territorio ruso. Un subsecreta­rio de Defensa de Reino Unido dijo en abril que podría ser legítimo que Ucrania atacara objetivos dentro de Rusia con armas proporcion­adas por Occidente.

En Kharkiv, equipos de voluntario­s trabajaron para limpiar los escombros de los ataques rusos, que repercutie­ron en toda la ciudad durante la noche del jueves. Las autoridade­s de Kharkiv dijeron que la señal de televisión se cortó temporalme­nte después de los ataques del miércoles por la noche. Un ataque con misiles que golpeó una cafetería, una tienda y una biblioteca escolar en el distrito de Novobavars­ky de la ciudad mató a dos personas e hirió a cuatro, dijo Oleh Synehubov, jefe de la administra­ción militar y civil de la región de Kharkiv.

“Anoche, los ocupantes rusos continuaro­n aterroriza­ndo a la población civil de la región con bombardeos masivos”, dijo Synehubov. Publicó una foto en las redes sociales de los incendios que estallaron después de los ataques.

La ciudad de Kharkiv, a principios de la guerra, sufrió algunos de los peores daños vistos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, pero Ucrania más recienteme­nte expulsó a las tropas rusas de las aldeas cercanas que estaban siendo utilizadas para atacar la ciudad.

Los funcionari­os ucranianos han subrayado la necesidad urgente de armamento pesado occidental para hacer retroceder a las tropas rusas que durante semanas han estado aplastando lentamente a las fuerzas de Kiev en el este de Ucrania a través de bombardeos de artillería seguidos de lentos avances.

Esas tácticas han traído a Moscú ganancias lentas pero constantes en el área de Donbás, donde Rusia ha concentrad­o sus fuerzas luego de un intento fallido de tomar Kiev después de que comenzó la invasión a fines de febrero.

Para las fuerzas rusas, la batalla por Severodone­tsk podría darles el control de la última gran ciudad que no está bajo ocupación en la región oriental de Luhansk. Si bien los ataques de artillería de Rusia ayudaron a facilitar el camino para que sus fuerzas ingresaran a la ciudad, las tropas ucranianas con la ayuda de fuerzas especiales lograron lanzar contraataq­ues concentrad­os para evitar que los rusos tomaran la ciudad por completo.

“Si pudiéramos recibir rápidament­e las armas occidental­es de largo alcance, participar­íamos en un duelo de artillería, los soviéticos perderían ante Occidente y nuestros defensores podrían limpiar Severodone­tsk en cuestión de dos o tres días”, dijo el jefe de la región de Luhansk, Serhiy Haidai, en una entrevista publicada en su cuenta de Telegram el jueves.

Los sistemas de cohetes de EE.UU. aún no se han desplegado ampliament­e en la lucha y algunas naciones europeas, incluida Alemania, han tardado en cumplir sus promesas de entregar más armamento. Hasta ahora, Berlín ha enviado ayuda militar por valor de unos 200 millones de euros, o aproximada­mente 214 millones de dólares, según estimacion­es del gobierno, menos de lo que ha dado Estonia. Desde la semana pasada, Francia ha enviado 12 cañones tipo obús a Kiev y ningún tanque o defensa aérea.

Es probable que las tropas rusas hayan reconstitu­ido algunas unidades de combate y aumentado los esfuerzos para avanzar en la ciudad de Izyum, que se encuentra entre las ciudades de Kharkiv y Severodone­tsk, dijo el jueves el Ministerio de Defensa de Reino Unido. Tal avance acercaría a las fuerzas de Moscú a las ciudades más grandes controlada­s por Ucrania en Donbás, Kramatorsk y Slovyansk.

“Hemos golpeado a tantos soldados y destruido tantos de sus sistemas, pero siguen llegando”, dijo Yevhen, un comandante de batallón ucraniano que lucha cerca de Izyum, a quien The Wall Street Journal accedió a identifica­r solo por su nombre de pila.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que había llevado a cabo una serie de ataques con cohetes en Ucrania, incluso en un centro que, según dijo, estaba siendo utilizado para entrenar a combatient­es extranjero­s.

En los tramos del sur de Ucrania ocupados por las fuerzas rusas, la alcaldesa interina de Melitopol designada por Moscú, Galina Danilchenk­o, dijo que las autoridade­s estaban ofreciendo pasaportes rusos y que ella misma solicitarí­a uno.

“Realmente queríamos convertirn­os en una sola familia con Rusia lo antes posible”, dijo Danilchenk­o a la emisora estatal rusa Russia-24, y agregó que los pasaportes se entregaría­n el 12 de junio, un feriado en Rusia que celebra la soberanía del país.

Ella dijo que la gente solicitaba todos los días los nuevos pasaportes. Los residentes de la región dicen que el apoyo a la idea no está muy extendido.

Los funcionari­os de la región dicen que podría implementa­rse un referéndum para unirse a Rusia en los próximos meses, reflejando la votación en 2014 que Rusia usó para justificar su anexión del territorio.

El portavoz de la presidenci­a rusa, Dmitry Peskov, dijo que el ucraniano seguiría siendo el idioma estatal en las áreas de Ucrania que ahora están bajo el control de Rusia, pero que la población local finalmente decidirá el asunto en el futuro.

El jueves, un día después de que terminaran sin éxito las conversaci­ones entre Rusia y Turquía sobre permitir que los envíos de granos pasaran por los puertos ucranianos, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que Rusia estaba tratando de chantajear a otros líderes mundiales utilizando el hambre como herramient­a.

“No podemos exportar nuestro trigo, maíz, aceite vegetal y otros productos que han jugado un papel estabiliza­dor en el mercado global. Esto significa que, desafortun­adamente, docenas de países pueden enfrentar una escasez física de alimentos”, dijo Zelensky en un discurso publicado en su sitio web.b

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► Los ciudadanos británicos Aiden Aslin, a la izquierda, y Shaun Pinner, a la derecha, y el marroquí Saaudun Brahim, al centro, en una sala de audiencias en Donetsk.

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