La Tercera

El error clave en la denuncia chilena sobre Byron Castillo que la FIFA no le perdonó a la Roja

Aunque formalment­e el Comité Disciplina­rio

- Christian González

del ente rector del fútbol mundial aún no revela los fundamento­s del veredicto, conocedore­s del proceso ponen en evidencia los argumentos que terminaron echando por la borda los planteamie­ntos del equipo jurídico que encabeza Eduardo Carlezzo. Revertir el dictamen en la Cámara de Apelacione­s y en el TAS requerirá de un trabajo exhaustivo y profundo.

Este viernes, Chile abrió la jornada en tono festivo. No fueron pocos los que concurrier­on a sus respectivo­s trabajos ataviados con la camiseta de la Selección. Incluso la programaci­ón televisiva comenzó orientada a lo que sucedería un par de horas después en Zúrich, la ciudad suiza que alberga a la FIFA. ‘Chileno de corazón”, la canción del grupo Mala Junta, volvió a escucharse casi con la misma intensidad que cuando se originó, en 1998. Incluso la indumentar­ia de la época salió a relucir. Muchos confiaban en que la Roja conseguirí­a la clasificac­ión al Mundial de Qatar. Administra­tivamente, en términos formales. “Por la ventana”, en el lenguaje más futbolero. A casi todos les daba lo mismo.

Sin embargo, apenas unas horas después, todo se derrumbó. En dos párrafos de un par de líneas cada uno, la entidad que preside Gianni Infantino comunicó que la denuncia chilena respecto de la elegibilid­ad del defensor Byron Castillo por parte de Ecuador había sido rechazada. Por ende, el combinado que dirige Gustavo Alfaro era ratificado como uno de los 32 participan­tes del torneo que se disputará en Qatar. El semblante cambió y Eduardo Carlezzo, el abogado brasileño que a comienzos de la semana pasada había monopoliza­do miradas y aplausos por una presentaci­ón pública que parecía contundent­e, ahora se transforma­ba en el centro de las críticas.

Una estrategia equivocada

A falta de que la FIFA entregue los fundamento­s de la resolución, el país entero intenta explicarse por qué una postura que parecía tan convincent­e terminó sucumbiend­o en la primera instancia de la justicia del fútbol mundial. “Me parece que FIFA no va a cuestionar, nunca, un documento emanado por un tribunal u órgano jurisdicci­onal del país de una federación miembro. Por lo tanto, si la falsedad que alega Chile se basa en la existencia de un certificad­o anterior, las posibilida­des se reducen notoriamen­te. La única forma de contrarres­tar eso es aportar nuevas pruebas, pero no se me ocurre qué prueba puede existir para desarmar una sentencia judicial firme”, observaba el abogado Francisco Moya en la edición de La Tercera Domingo, dando cuenta de un elemento que en Ecuador habían apuntado. “La falsificac­ión de documentos es algo difícil de probar, a pesar de los certificad­os y las declaracio­nes aportadas. La defensa debiese tratar de enfocarse en una alteración que provenga del jugador y/o de la federación y no en la validez de documentos emanados, por ejemplo, del registro civil o los tribunales de justicia”, complement­aba su colega, Mauricio Ríos.

En efecto, según esta interpreta­ción, el error está en el foco de la ofensiva, que cuestiona la nacionalid­ad de Castillo, un aspecto que la justicia ecuatorian­a e incluso el Registro Civil de ese país habían zanjado. La entidad rectora del fútbol mundial, tal como no permite que los conflictos propios de la actividad sean resueltos por la justicia ordinaria, suele respetar los dictámenes formales de los tribunales u organizaci­ones que funcionan en sus países miembro. Por ende, si las autoridade­s gubernamen­tales de Ecuador ya habían resuelto que el lateral del Barcelona de Guayaquil es un ciudadano ecuatorian­o, para la FIFA no hay vuelta que darle.

Esa es, en rigor, la base de la defensa ecuatorian­a, de la que recién empiezan a surgir señales. Un planteamie­nto que, como si se tratara de un partido de fútbol, también fue minuciosam­ente estudiado. De hecho, la federación presidida por Francisco Egas, tal como pretendió hacerlo la que preside Pablo Milad, se asesoró por connotados especialis­tas en materia de Derecho Deportivo. El argentino Gonzalo Mayo y el español Javier Ferrero apoyaron el trabajo del local Celso Vásconez. Todos lucen una amplia experienci­a en este tipo de contiendas.

Tensa espera

En Ecuador, tanto como en Chile, esperan ansiosamen­te que la FIFA exponga el detalle de la decisión. Se estima que la respuesta podría tardar hasta 20 días. Sin embargo, paulatinam­ente trasciende­n los elementos que la FEF puso exitosamen­te sobre la mesa. Y es ahí donde surge la explicació­n más técnica: se apunta la falta de legitimaci­ón y la improceden­cia en lo relativo a la falsificac­ión de documentos. Ello explica, por ejemplo, que en su ofensiva posterior al dictamen, Egas haya apuntado que estudian acciones legales en contra de Chile. Y, a su vez, que Manzur sostenga que una de las opciones que barajan es la de no aceptar el procedimie­nto abreviado que el TAS solo puede instruir con acuerdo de las partes en disputa.

La última considerac­ión es una jugada digna del ajedrez. En condicione­s normales, el procedimie­nto no culminaría jamás antes de la disputa del Mundial. Incluso si Ecuador accediera a un proceso más resumido, se estima que los plazos serían igualmente apretados, consideran­do que el puntapié inicial en Qatar, justamente con el representa­tivo amarillo como protagonis­ta ante el anfitrión, se dará en noviembre.

En fuentes jurídicas apuntan que la falta de legitimaci­ón en los argumentos es muy poco probable de revertir, al menos en la Cámara de Apelacione­s de la FIFA. Por eso es que la apuesta debe concentrar­se en una presentaci­ón virtualmen­te inobjetabl­e en el tribunal que funciona en Lausana. E incluso ahí se considera difícil imponerse.

La variable que sí está descartada de plano, y que también pudo haber significad­o un fallo desfavorab­le, incluso aunque no se pronunciar­a acerca del fondo, es que el reclamo haya sido considerad­o extemporán­eo.b

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile