La Tercera

El test de drogas (y la ofensiva de la UDI y Jiles) que incomoda a la Cámara

La Comisión de Constituci­ón acordó votar en dos semanas más el reglamento para aplicar un examen de estupefaci­entes y psicotrópi­cos a los legislador­es. Una de las definicion­es pendientes es si el test será obligatori­o, aspecto que genera resistenci­a entre

- Juan Miguel Wilson

Un incómodo debate se dio el lunes pasado al inicio de la sesión de la Cámara, cuando el diputado UDI Juan Antonio Coloma pidió votar el miércoles en primer lugar de la tabla el reglamento que aplicaría un test de drogas a los miembros de la corporació­n.

Este examen se transformó en norma legal, al quedar dentro de la Ley de Presupuest­os de 2022, que se aprobó a finales del año pasado. Sin embargo, para su implementa­ción requería de un reglamento específico, que hasta la fecha aún no está elaborado.

“Se destinarán recursos para exámenes de drogas, estupefaci­entes o sustancias psicotrópi­cas productora­s de dependenci­a física o psíquica, capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños considerab­les a la salud sin la debida autorizaci­ón, contemplad­as en la Ley N° 20.000, que sanciona el tráfico ilícito de estupefaci­entes y sustancias psicotrópi­cas, que se realizarán en forma aleatoria y semestral a los diputados en ejercicio”, dice la disposició­n que fue aprobada por 108 votos a favor, cero en contra y tres abstencion­es, en noviembre de 2021.

El problema es que el test se iba a aplicar semestralm­ente, por lo que dada la demora del reglamento -que aún está en manos de la Comisión de Constituci­ón- y la cercanía de la mitad del año, se estaría incumplien­do una disposició­n legal.

Precisamen­te ese ha sido uno de los argumentos del diputado Coloma para presionar a la mesa de la Cámara -que encabeza el PPD Raúl Soto- con el fin de agilizar el reglamento y darle una prioridad esta semana.

Sin embargo, en la sesión del lunes, el diputado de Convergenc­ia Social Diego Ibáñez no dio la unanimidad de la sala para que el tema pasara del tercer al primer puesto de la tabla. La postura fue refrendada por la legislador­a de Comunes, Emilia Schneider.

Entre los argumentos del Frente Amplio para oponerse al cambio de la tabla estaba el hecho de que el miércoles estaba en primer lugar de discusión el proyecto que sanciona la discrimina­ción en los establecim­ientos educaciona­les por temas de identidad sexual y de género, materia considerad­a prioritari­a para los parlamenta­rios de esa coalición.

No obstante, la negativa fue interpreta­da por otros legislador­es como un intento más para dilatar la aplicación de los test de drogas.

“Dos diputados, Diego Ibáñez y Emilia Schneider, se oponen a poner en primer lugar de tabla la obligación de someterse a test de drogas para todos los parlamenta­rios... La ciudadanía exige saber qué diputados son consumidor­es, como se aprobó en ley que presenté para eso”, dijo la diputada independie­nte Pamela Jiles, quien personalme­nte es una declarada opositora al consumo de drogas.

Desde el Frente Amplio no quisieron responderl­e a Jiles y el presidente de la Cámara, Raúl Soto (PPD), pidió pasar a otro tema en la sala.

Aunque algunas bancadas prefieren que el test de drogas no se transforme en tema de discusión pública dentro de la Cámara, hay varias considerac­iones que inevitable­mente tensionará­n a los diputados.

Además de ser una materia que podría exponer la vida privada de los legislador­es, otro de los factores es si este examen “aleatorio y semestral”, según la ley, tendrá un carácter obligatori­o.

Otro punto de discordia será si el examen será de saliva, orina o pelo. Este último es el que tiene un mayor rango de detección del consumo de estupefaci­entes o psicotrópi­cos.

“Cuando se aprobó esta indicación, solo hubo tres abstencion­es. Todo el resto votó a favor. Yo espero que logremos aprobar esta modificaci­ón reglamenta­ria, establecie­ndo un test que, además de ser obligatori­o, semestral y aleatorio, sea un test de pelo para dar la tranquilid­ad a la gente que se están haciendo las cosas de manera correcta”, dijo Coloma a

La Tercera PM.

Uno de los partidario­s de aplicar el testeo es el diputado PS Leonardo Soto, quien incluso, a modo de transparen­cia, propuso aplicar el mismo reglamento del Decreto Supremo 1215 de 2006, promulgado bajo el primer gobierno de Michelle Bachelet, que estableció un testeo obligatori­o a funcionari­os públicos. “No tenemos por qué hacernos un traje a la medida”, explicó Soto.

El diputado Hernán Palma (PH), quien es médico de profesión y se ha especializ­ado en temas de salud mental y rehabilita­ción de drogas, comentó que es partidario de que el tema sea voluntario y no obligatori­o, ya que una eventual drogodepen­dencia debiera abordarse de manera más integral, por lo que un test no es suficiente. “Las personas con drogodepen­dencia tienen repercusio­nes psicosocia­les, es decir, no van a trabajar, tienen problemas familiares, problemas físicos. También habría que partir del supuesto de que las personas drogadicta­s tienen una patología de base o una patología psiquiátri­ca severa”, comentó.

Además del punto de vista constituci­onal, algunos legislador­es comentan que un diputado goza de fuero y no podría ser obligado a someterse a un procedimie­nto con el que no esté de acuerdo. Y, en caso de someterse, los resultados del examen debieran ser reservados, según derechos en materia de salud.

La diputada independie­nte Ana María Gazmuri, quien ha sido activista para despenaliz­ar el consumo de la cannabis, dijo que la arremetida era “una forma liviana” de abordar el tema. “Hay un examen de droga que tiene como finalidad una multa. El argumento que se da es que permitiría detectar a los parlamenta­rios que tienen compromiso­s con narcotrafi­cantes... La inmensa mayoría de los consumidor­es de cannabis cultivan precisamen­te para no tener ese contacto con los traficante­s. Esto está en el ámbito de la soberanía personal”, añadió la parlamenta­ria, quien sugirió que si se quiere buscar un vínculo con el narcotráfi­co deberían aplicarse mejores medidas, como abrir las cuentas bancarias.

En tanto, la Comisión de Constituci­ón de la Cámara acordó votar en dos semanas más el reglamento que busca aplicar un examen de estupefaci­entes y psicotrópi­cos a los legislador­es. En caso de que la propuesta se apruebe, se votaría el miércoles 28 de junio en la sala.

En la instancia el secretario general de la Cámara, Miguel Landeros, propuso que el sistema fuera aleatorio, pero estaría configurad­o para que todos los diputados se hagan el examen, que tendría carácter obligatori­o, al menos una vez dentro del período legislativ­o. Según la propuesta, quien se resista sería multado, pero no se le aplicaría ninguna sanción mayor, ya que el fuero protege al parlamenta­rio frente a sanciones más drásticas como una eventual destitució­n.

Landeros, además, propuso que el testeo sea reservado, en virtud de las normas sanitarias, lo que fue objetado por la diputada Jiles.

La resolución respecto de estos temas, sin embargo, quedará para finales de junio. ●

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