Los desafíos que enfrenta el nuevo inquilino del Palacio de Nariño
El 7 de agosto próximo comenzará su mandato, pero analistas coinciden en que varios de los temas a abordar durante su período ya están sobre la mesa.
en Ciencia Política de la Universidad de Marburgo a este medio.
El primer escalón ya fue superado: lograr la Presidencia de Colombia. Pero este es solo un paso en el camino de cuatro años que le espera por delante al nuevo jefe del Ejecutivo. Ahora, la lista de retos que el gobierno entrante deberá abordar se posiciona como la primera prioridad de una nación que no consideró al centro ni a la derecha tradicional en su primera vuelta presidencial.
Con el “estallido social” de 2021 a cuestas, las consecuencias sanitarias y económicas provocadas por el Covid-19, las implicancias del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc) junto a un eventual avance similar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Estos son algunos de los desafíos que le esperan al nuevo inquilino del Palacio de Nariño, quien ya tiene un camino delineado. Cómo lo va a desarrollar es la pregunta para los meses venideros.
Acuerdo de paz
Con el proceso político de 2016 que llevó a la disolución de las Farc y a su posterior integración política, son varios los cabos sueltos que faltan por cerrar. Respetar el acuerdo firmado entre Juan Manuel Santos y el entonces líder de las Farc o traspasarlo al ELN fue una de las preguntas más repetidas durante la primera y segunda vuelta presidencial, y todos se mostraron de acuerdo con mantenerlo, con distintos matices. Sin embargo, llevarlo a cabo será una tarea para el gobierno entrante.
Un informe realizado por el Instituto Kroc para Estudios Internacionales de Paz reveló que, hasta abril pasado, fecha en la que se publicó el reporte, solo se había implementado un poco más de un tercio de los acuerdos y disposiciones negociadas en el pacto. “Registramos 37% de las disposiciones en un estado ‘mínimo’ de implementación, es decir, han iniciado, pero apenas, y el reto es garantizar que, por empezar, pasen al estado ‘intermedio’”, dijo a France 24 Gerard Martin, analista de la institución.
En entrevista con la investigadora colombiana del Instituto Arnold Bergstraesser, Viviana García Pinzón, el problema se heredará de un gobierno al otro, pues el saliente Presidente Iván Duque “no ha implementado el Acuerdo de Paz. Muy por el contrario, parte de su campaña fue el estar en contra de varias medidas del pacto, y eso se tradujo en la no implementación de muchas de las reformas de fondo que tenía contemplado el acuerdo”.
Inseguridad y narcoparamilitares
Por otra parte, la desarticulación de las Farc dio paso a la aparición de otros grupos que tomaron la posta, como es el caso de las disidencias de las Farc, quienes no suscribieron al acuerdo, por lo que continúan operando como guerrilla. El propio Ejército de Liberación Nacional (ELN), que en algún momento quiso sumarse al proceso de paz, también será parte de la agenda del gobierno entrante. Pero, además, dio paso a organizaciones como el grupo narcoparamilitar Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
“A nivel regional, los índices de violencia están creciendo de la mano del regreso de hechos de violencia como masacres y desplazamientos. Cifras de asesinatos de líderes sociales de derechos humanos que son impresionantes, y una sensación de inseguridad en contextos urbanos”, detalló la doctora
Demandas sociales
El estallido social colombiano, como fue apodado por la prensa, no solo puso en la palestra los problemas económicos que el Covid19 conllevó en el momento más álgido de la pandemia, sino que también concitó la atención las organizaciones de derechos humanos en Colombia.
Acusaciones de abuso policial que incluyeron investigaciones por violaciones a DD.HH. y un saldo de más de 70 muertos hicieron escalar el conflicto hacia múltiples dimensiones. Por eso, encontrar solución a estas demandas será tarea central de la próxima administración que asumirá el 7 de agosto de este año.
Según García Pinzón, “Colombia viene en una ola de protestas masivas. En el 2019 fue grande y en 2021 fue incluso mayor, por lo que la administración entrante probablemente se enfrentará a más protestas y movilizaciones”.
Pobreza e informalidad
Ningún proyecto político se puede siquiera planificar sin un soporte económico acorde a los gastos que conlleve. El analista político Pedro Viveros afirmó a EFE que “lo primero que tiene que hacer el próximo gobierno es garantizar que haya recursos para poder hacer todas las reformas sociales”, destacando la importancia de este punto para el desarrollo de su programa.
Las cifras de pobreza alcanzadas durante la crisis originada por el Covid-19 son altas. Un