La Tercera

Silvina Amaya, experta en análisis de riesgo para Colombia: “El presidente electo llega políticame­nte muy endeudado”

La analista senior ►►*

- Bastián Díaz

en riesgo político de la consultora Control Risks, desmenuza en entrevista con La Tercera la victoria del candidato presidenci­al del Pacto Histórico en las elecciones del domingo, y pone todos los focos en lo que ocurra cuando el nuevo mandatario de izquierda elija a sus ministros.

Con la victoria de Gustavo Petro y su compañera de fórmula, Francia Márquez, este domingo, la consultora internacio­nal Control Risks hizo circular un análisis en que mostraban los “principale­s riesgos” a tener en cuenta tras la llegada al poder del primer gobierno de izquierda en la historia colombiana.

En entrevista con la analista senior y líder en análisis de riesgo político para Colombia, Silvina Amaya, quien participó en la elaboració­n de este informe, comenta el panorama que se avecina en el país sudamerica­no.

En su análisis del resultado de las elecciones, Control Risks asegura que Petro contará con un “mandato popular limitado y un Congreso fragmentad­o”. ¿En qué influirá esta situación, donde el Pacto Histórico no cuenta con la mayoría, para el gobierno del nuevo presidente?

Nosotros vemos que hay un Congreso fragmentad­o, aunque todavía no tenemos los resultados finales para saber cómo va a quedar compuesto el Senado, pero sabemos que el Pacto Histórico no tendrá más de 20 a 21 senadores, y en Cámara Baja se habla, dependiend­o de las alianzas políticas que se cierren, de unos 50 representa­ntes. Esto, inclusive haciendo alianzas con partidos tradiciona­les, como el Liberal o el Partido Verde, llevará a que no tenga una mayoría simple en el Congreso, lo que hará difícil que se aprueben los proyectos de ley importante­s, las reformas clave que Petro ha hablado en su programa de gobierno.

Se habla de una reforma tributaria, de una reforma de pensiones, a la salud, a la justicia: todas esas reformas son muy difíciles de ser aprobadas tal cual como lo pretende el gobierno de Petro, ya que efectivame­nte tendrá que hacer concesione­s especiales dentro del proceso del Congreso, y no tendrá un apoyo lo suficiente­mente fuerte como para tener una agenda legislativ­a a su favor.

En ese sentido, va a haber muchos obstáculos para los aspectos más “radicales” de cada reforma.

Y porque, además, vía decreto, que es una posibilida­d que tiene el Ejecutivo, no podrá realizar grandes reformas o temas sustancial­es del modelo socioeconó­mico del país, por lo que se verá mucho más limitado. Por

Simpatizan­tes celebran después de que Gustavo Petro ganara la segunda vuelta.

eso es que hablamos de “mandato popular limitado” en nuestro análisis.

También mencionan la posibilida­d del uso de estados de excepción. ¿Por qué ocurriría eso?

En la Constituci­ón colombiana tenemos considerad­os tres estados de emergencia, siendo uno de ellos la emergencia económica, social y ambiental, y que fue usada por última vez durante el gobierno de Iván Duque, por la pandemia. Se necesita tener una causa que justifique alta gravedad para la estabilida­d, y da poderes extraordin­arios al Poder Ejecutivo para sacar proyectos de decreto con fuerza de ley, sin que pase por el Congreso, y con un plazo máximo de 30 días, prorrogabl­es por dos plazos adicionale­s.

Petro ha hablado de usar esta herramient­a para atacar la emergencia económica, en virtud de la inflación, los altos costos de la comida en Colombia y el hambre en algunas partes del país. Y él ha dicho que eso se va a hacer en cuanto se posicione en su gobierno. Entonces vemos esto como un riesgo, porque sí sería saltarse los frenos y contrapeso­s que daba el Congreso, dándole mayor poder al Ejecutivo: solo por 90 días, pero tendría esa facultad.

Petro dijo que era posible usar este estado de excepción, no lo confirmó, pero lo está contemplan­do. Falta entender también

cómo va a ser la composició­n de su gabinete, que tiene que firmar este estado de excepción, para saber cuáles van a ser sus prioridade­s dentro de sus primeros meses de gobierno.

¿Se verá obligado a negociar, Petro, a la hora de formar su gabinete?

Todavía no está muy claro. En su discurso de victoria, el domingo, Petro habló de un diálogo nacional, sobre tener en cuenta otros sectores de la política. Sin embargo, Petro llega muy endeudado políticame­nte: tiene muchos compromiso­s que adquirió en la campaña para poder ganar la presidenci­a. Va a ser difícil que nombre a muchas personas fuera del Pacto Histórico. Pero, por ejemplo, se espera que los apoyos nuevos o más recientes, como es el caso de Alejandro Gaviria, una persona que tiene mucho voto de opinión, que genera confianza en los mercados, lo ponga en su gabinete y esto daría algo de tranquilid­ad. Lo mismo con otros nombres, pero no creo que nombre a gente muy lejana.

¿Cómo se espera la relación entre el gobierno y los medios de comunicaci­ón colombiano­s?

Digamos que existe un poco el miedo a una posible censura, una limitación al derecho de libertad de expresión: él ha tenido peleas muy específica­s con algunas casas de medios, digamos la revista Semana. La directora de Semana y Petro han tenido riñas públicas a través de Twitter, y se sabe que tienen una relación difícil.

Entonces existe ese miedo de que Petro pueda negarse a dar entrevista­s, o se niegue un poco a hablar con ciertos medios, lo que iría un tanto contra el derecho a la libertad de informació­n también. Y que pueda llegar a censurar a algunos medios, entonces en nuestro informe lo quisimos resaltar como uno de los posibles riesgos: esto no significa que vaya a pasar, sino que el riesgo existe, para estar atento y monitorear­lo.

¿Qué se espera de la situación con la guerrilla, y en específico con el ELN, ahora que será Petro y no Rodolfo Hernández quien esté en el poder?

Hace una diferencia grande, porque el ELN sí manifestó una preferenci­a por Petro para que fuese elegido presidente. Petro ha sido muy enfático en que él va a hacer un proceso de paz con el ELN apenas empiece su gobierno. Entonces estaríamos esperando una aproximaci­ón, una apertura de una mesa, tal vez en los primeros meses de su gobierno, y eso es un proceso que se lleva alargando mucho tiempo. Duque tuvo un proceso muy fallido, donde no hubo voluntad política ni por su parte ni por la del ELN, de tener ningún dialogo.

Ahora vemos que sí existe esta posibilida­d de que se dé, o materialic­e, un posible diálogo. También es cierto que puede haber un cese el fuego por parte del ELN, digamos que “en bienvenida” al gobierno de Petro, para darles un poco más de tranquilid­ad a los colombiano­s de que esto se va a llevar seriamente. No estamos seguros de que vaya a pasar, pero es una posibilida­d mucho más real de lo que hubiera sido si hubiese ganado Hernández. El ELN tiene más voluntad política para negociar con un gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez.

¿Qué constituir­ía la situación ideal, el éxito de estas negociacio­nes con el ELN?

Podría llegar a ser algo así como lo que estamos viendo con las Farc, algo similar, y que se materialic­e una representa­ción política, porque de todas maneras el ELN, igual que las Farc, es una guerrilla que tiene motivacion­es políticas. Muy diferentes es el caso del

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