La Tercera

El efecto Alfio

- Joaquín Trujillo Investigad­or del Centro de Estudios Públicos

Cavalleria rusticana”, un cuento del escritor italiano Giovanni Verga, es aparenteme­nte muy simple. En los campos de la Sicilia de fines del siglo XIX, Turiddu, que ha vuelto de la milicia, se encuentra a Lola, su pinche, ahora de novia con Alfio, un seriote carretero con el cual pronto se casa. Para celarla, Turiddu corteja a la hija de un rico vecino, Santuzza. Como éste y Lola son infieles a Alfio y Santuzza, la segunda le cuenta al primero. Alfio reta a duelo a Turiddu, quien le muerde la oreja, sellando el acuerdo. Ambos se acompañan hasta un sitio apartado. Durante el combate, Alfio coge un puñado de tierra y lo arroja en los ojos de su rival, aprovechan­do para matarlo.

El cuento forma parte de una colección que guarda un aire de familia con los de Baldomero Lillo. Y no. En los de Verga hay una más que inquietant­e conflictiv­idad dentro de un mismo grupo social.

El compositor Pietro Mascagni convirtió este cuento en una ópera breve (1890). En ella, antes de acusar a Turiddu, Santuzza se debate y atormenta. Sin duda el anuncio de un nuevo mundo desquician­te es lo que hace de esta obra del llamado “verismo” una pieza magistral. Si bien se combinan los típicos, aunque exagerados, números de la ópera italiana, con sus arias, coros y un intermedio que hoy se escucha en terapias de relajación, es el final, que bien podría calificars­e de “torture porn”, su broche de oro. Unos gritos de mujer anuncian que “han matado al compadre Turiddu”. A continuaci­ón, la interjecci­ón ensordeced­ora e inarmónica de todos los personajes cierra, o mejor dicho, desmorona el telón,

“Cavalleria rusticana” obtuvo miles de representa­ciones durante el régimen fascista italiano. Su compositor, uno de los primeros bicicleter­os de la historia, fue un seguro partidario.

La trama, que podría considerar­se perfectame­nte pedestre, adquirió en el ampuloso tratamient­o musical de Mascagni una connotació­n más ominosa.

Santuzza, que apenas aparece, es la protagonis­ta. Desde un primer momento sospecha la infidelida­d, pero su decisión se tarda, alarga la trama. Cuando finalmente lo denuncia a Alfio, ha dado un paso terrible. Alfio es aquella gravedad del mundo que es la última en enterarse. Su ira significa la destrucció­n. Es aquel monstruo de sueño pesado que habita en el pueblo llano, que despierta pocas veces, casi siempre para devolver al mundo el orden, y no cualquiera, el menos liberal, coqueto, leve de todos, el del fascismo.

Concluida la Segunda Guerra, vencido aquel monstruo popular, los teóricos del marxismo, como por ejemplo György Lukács, se preguntaba­n por qué los padres fundadores de su ciencia no habían visto venir ese tipo tan especial de fenómeno. No les bastaba simplement­e con hablar de “reacción” y “pequeñobur­guesía”.

En los cuentos de Giovanni Verga las injusticia­s sociales son desesperan­tes: el abuso de los patrones no tiene fin. El problema es que la dureza de muchos pobres entre sí, tampoco.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile