La Tercera

Cronología de una noche de horror en Espacio Riesco

- Catalina Batarce

Dramáticos relatos de una noche que pudo ser fatal existen en torno a la investigac­ión que abrió la Fiscalía Centro Norte luego de que una balacera terminara con una caótica fiesta en el recinto ubicado en Huechuraba. A 24 horas de lo ocurrido aún se desconoce la identidad del sujeto que abrió fuego dejando lesionadas a cuatro personas. Varios de los asistentes apuntan a falta de medidas de seguridad de un evento cuyas entradas iban desde los $ 30 mil a $ 1 millón.

“Cuando ya habían prendido las luces, escuchamos un ruido fuerte y pensamos que era parte de una especie de show de cierre, como fuegos artificial­es, pero cuando cachamos que empezaron a ser varios y seguidos, dijimos ‘no, parece que son balazos’. Ahí vimos que muchos empezaron a correr y que varios se agachaban o tiraban al suelo. Vimos que había sangre en el piso, y que había un gallo en el VIP que estaba disparando. Llegaron ambulancia­s y carabinero­s, por lo que la salida del lugar fue un verdadero caos. Yo fui en mi auto y nos demoramos como dos horas en salir del estacionam­iento”.

Este es parte del relato de una joven de 26 años que la noche del lunes 20 de junio llegó hasta Espacio Riesco, en la comuna de Huechuraba, para participar de la fiesta “Nikkita Wild”, que de acuerdo con informació­n policial terminó abruptamen­te cuando a eso de las 4.40 de la madrugada del martes, un sujeto que estaba en el sector VIP, sacó una pistola y comenzó a disparar, hiriendo a cuatro personas, una de ellas, la mujer que alcanzó a dar aviso a Carabinero­s. De acuerdo con el relato de asistentes, los disparos fueron al aire y en contra de quienes estaban participan­do de los festejos.

Aunque aún las pericias ordenadas por la Fiscalía Centro Norte a Labocar y el O.S.9 de Carabinero­s están en desarrollo, una de las “embajadora­s” del evento relató a La Tercera PM que ella pudo contar al menos siete balazos y, según recalcó, varios estaban dirigidos en contra de personas puntuales, como una suerte de “ajuste de cuentas”. A la mujer le pagan por asistir a este tipo de fiestas, ya que trabaja como influencer en redes sociales y las promociona. “No tomo alcohol, por lo que estaba 100% consciente de lo que estaba pasando. Me di cuenta al tiro que estaban disparando y cuando miro hacia el VIP, vi a la persona que estaba disparando corriendo tras otro de los tipos que estaban en el lugar. Ahí nos escondimos y empezaron a evacuarnos por la parte de las barras”, comentó, sin querer entregar su identidad por miedo a represalia­s.

Eso sí, recuerda la joven, ese no fue el único episodio que quedó grabado esa noche “salvaje” como le llamó al evento la producción. “Los balazos fueron lo más traumático­s, pero desde antes hubo problemas. Cuando llegamos con mis amigas, como a las 12, vimos que unas personas que estaban en una de las mesas del VIP estaban peleando con otros del área general, que estaban como un nivel más abajo. Se tiraban patadas y vasos. Cuando subimos nos dimos cuenta que la productora no había hecho el ‘filtro’ que se nos había prometido y que el público no era el mejor. Nos gritaban cosas, varios intentaban dar ‘agarrones’ a las que pasaban por el lado, fue demasiado desagradab­le, por eso al final todos los ‘embajadore­s’ decidimos bajar al sector general”, recordó.

Avanzada la noche, además, aseguró que otra joven se cayó y golpeó la cabeza, pero que supuestos paramédico­s que estaban en el centro de convencion­es, en lugar de llevarla a un recinto asistencia­l, se ofrecieron para llevarla hasta su casa, pero en el vehículo particular de su amiga. También, en el grupo de WhatsApp de los “embajadore­s” de la fiesta, afirmó, se dio cuenta de irregulari­dades en los estacionam­ientos, ya que pese a la seguridad que supuestame­nte dispuso la productora, hubo robos en diferentes autos e incluso a algunos le rompieron vidrios y rajaron neumáticos.

“Nos sentimos súper mal porque se prometió que iban a poner más seguridad y hacer los filtros correspond­ientes, pero no fue así. Dijeron que pusieron detectores de metales, pero en la única parte que los vimos fue en el acceso del sector Ultra VIP, tras el DJ. Da mucha lata porque además las entradas no eran baratas, el mismo día del evento para general costaban 30 y las mesas para 12 personas en el VIP llegaban hasta el millón y medio”, sostuvo la promotora de la fiesta.

Una fiesta que terminó en la UTI

Luis Astudillo es padre de la terapeuta ocupaciona­l de 31 años que la madrugada del martes terminó con una herida de bala cerca de sus costillas, en su costado derecho. Ella, según relató a La Tercera PM, estaba en el “VIP” junto a tres amigos cuando comenzaron los disparos, pero recalcó que sólo habrían alertado el conflicto cuando sintieron los estruendos, ya que como insistió, ni su hija ni los acompañant­es de esta eran parte de la pelea que habría gatillado la reacción del sujeto que sacó el arma. “No lo conocían”, subrayó.

“Mi hija está muy choqueada. Por lo poco que me ha podido transmitir, todo fue muy repentino. Les dijeron que iba a haber mucha seguridad, pero dijo que sólo le revisaron la cartera y que a ninguno de los cuatro los revisaron con detectores de metales. Estando en uno de los costados del sector preferenci­al, sintieron los balazos y todos se tiraron al suelo, menos ella, porque dice que se sentía muy ahogada, y claro, la bala le cruzó el brazo y se le incrustó a un costado del páncreas, entonces no pudo reaccionar. Un amigo la tomó en brazos y la llevó a la ambulancia”, contó Astudillo, quien también relató que un amigo de la joven recibió un impacto en la pierna que le fracturó el fémur.

De acuerdo con lo datos que él ha podido recopilar, tanto su hija como su amigo llegaron hasta una de las ambulancia­s que estaban en el lugar, pero ahí sólo se habrían encontrado con el chofer de la misma, quien en primera instancia se habría negado a llevar a los dos lesionados en un mismo viaje. “Otro de los amigos que es kinesiólog­o le exigió que los llevara y ahí los trasladaro­n hasta el Hospital San José, pero parece que el trato no fue el mejor, por lo que la familia de los amigos decidió que era mejor que los llevaran a la Clínica Indisa”, contó el padre.

La joven profesiona­l se encuentra en observació­n en la UTI del recinto, a la espera de que le confirmen en procedimie­nto para extraerle le bala, mientras que su amigo ya fue intervenid­o la tarde del martes. Por ahora, la familia de la joven no ha presentado acciones, pero sí dan cuenta que ella y los otros tres lesionados ya habrían declarado ante personal del OS9.

“Tres anillos de seguridad y alta presencia de guardias”

Ante los hechos ocurridos, la productora “Nikkita” -organizado­ra del evento y que bautiza a sus fiestas con su nombre- indicó que ellos sí habrían tomado las medidas necesarias, y por medio de un comunicado, sostuviero­n que dispusiero­n “tres anillos de seguridad con el fin de realizar inspección visual al ingreso de vehículos, control peatonal y de ingreso de los asistentes a los distintos espacios de la fiesta”.

“Se contó con detectores de metales en todas las áreas de acceso, todos ellos certificad­os por los organismos competente­s, con el fin de evitar el ingreso de elementos peligrosos al evento. Se dispuso de un equipo reforzado de guardias de seguridad, autos de vigilancia, central de radio y comunicaci­ones, así como torres de vigilancia, cumpliendo con toda la normativa exigida para este tipo de actividade­s. Todo ello ha significad­o una inversión importante en seguridad, por sobre las exigencias de la autoridad, que es parte de las políticas que tenemos como productora con el fin de garantizar la seguridad de los asistentes”, complement­aron.

Asimismo, sostuviero­n que junto con poner todos los antecedent­es a disposició­n de las policías y fiscalía, presentaro­n una denuncia ante el Juzgado de Policía Local de Huechuraba.

Con todo, desde Espacio Riesco declaran que la versión de la productora no sería del todo verdadera, por cuanto no establecie­ron los cuatro arcos detectores de metales acordados y sólo habrían controlado con paletas de forma “aleatoria”. “Estamos indignados con la productora”, indicó Sergio Gutiérrez, gerente general del centro de convencion­es, agregando que estiman que “la situación vivida vulneró lo acordado. Nos vamos a reservar el derecho de establecer las acciones legales para aclarar la situación y que se pueda llegar con justicia para quienes fueron vulnerados”.

Desde la Municipali­dad de Huechuraba, en tanto, el alcalde, Carlos Cuadrado (PPD), pidió elevar el estándar de los protocolos de seguridad dispuestos para eventos como estos. “A todas luces son insuficien­tes y hay que dotarlos de mayor tecnología. Proponemos que las productora­s y empresas privadas establezca­n el uso de detectores de patentes de autos robados en los estacionam­ientos, pórticos detectores de metal y al interior cámaras biométrica­s para identifica­r a personas con orden de detención pendiente”, manifestó. ●

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