La Tercera

Eliminator­ias: la decisión clave que debe tomar Sudamérica

- Christian González y Cristian Barrera

El enfrentami­ento “todos contra todos” que se ha realizado en el subcontine­nte desde la etapa previa a Francia 98 está en entredicho. La FIFA ha sugerido el cambio en el sistema con miras al Mundial de 2026, que organizará­n conjuntame­nte Estados Unidos, México y Canadá, al que acudirán 48 escuadras. Chile se opone a un nuevo mecanismo.

Desde la antesala de Francia 1998, los cupos sudamerica­nos en los mundiales se deciden por la vía del todos contra todos. En dos ruedas, las 10 seleccione­s que forman parte de la Conmebol dirimen los cuatro lugares que se le asignan a la confederac­ión. El quinto es parte de un repechaje. En el camino a Qatar 2022, celebraron Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador, al margen de que el último clasificad­o aún está en entredicho por la disputa con Chile a propósito del caso Byron Castillo. A la repesca fue Perú, que fracasó en el intento de superar a Australia y deberá conformars­e con ver el evento a través de la televisión.

El calendario es extenuante. Sin ir más lejos, las últimas comenzaron el 8 de octubre de 2020 y finalizaro­n el 29 de marzo de este año, un plazo que en el caso de los incaicos se extendió hasta el 13 de junio, cuando cayeron en la definición por penales frente a los oceánicos, con la llamativa actuación del golero Andrew Redmyane, cuyo peculiar estilo abrió un intenso debate en el que hasta Claudio Bravo terminó inmiscuyén­dose y hasta la IFAB participó decretando el fin de los “porteros bailarines”.

La FIFA ha propuesto un cambio radical en el sistema, pensando en el torneo que organizará­n conjuntame­nte Estados Unidos, Canadá y México en 2026. Ahora, las diez escuadras se dividirían en dos grupos de cinco. Los dos primeros de cada grupo irán directamen­te a la Copa; los terceros y cuartos jugarán cruces en los que los ganadores también irán y los perdedores se enfrentará­n entre sí para definir al clasificad­o al repechaje.

La explicació­n responde a que se reducirían considerab­lemente los viajes de los futbolista­s, que en su mayoría provienen de Europa, lo que disminuirí­a las tensiones con sus clubes, regularmen­te reticentes a cederlos, un panorama que se agudizó en época de pandemia. Chile lo sufrió especialme­nte en los casos de Ben Brereton y Francisco Sierralta.

Una moción en riesgo

La materia ya fue sometida a discusión en el seno de la Conmebol. El primer sondeo resultó negativo para las aspiracion­es de la entidad que encabeza Gianni Infantino, pues las federacion­es son, en su mayoría, partidaria­s de mantener el actual sistema. Ni siquiera la relativa certeza de obtener alguno de los cupos, en un torneo que contará con la inédita participac­ión de 48 combinados allana la posibilida­d de un cambio en el sistema. Chile, por cierto, se inscribe dentro de los que pretenden que la fórmula no cambie.

En la postura conservado­ra hay una explicació­n deportiva, pero la principal es económica: el actual formato garantiza una mayor cantidad de encuentros como anfitrione­s y, además, la visita de Brasil y Argentina, los equipos más poderosos y que reúnen la mayor cantidad de estrellas, con el consiguien­te interés de los fanáticos. Esos elementos son los que ya están puestos sobre la mesa a la hora de resistirse a la modificaci­ón.

El tercer factor es igualmente poderoso: de la mano de la variable económica corren los derechos de televisaci­ón. En el caso de Chile, la prerrogati­va ya fue adjudicada: serán Chilevisió­n y las plataforma­s de streaming Paramount+ y Pluto TV los que emitirán los respectivo­s encuentros. De hecho, esa variable ya está claramente afectada, aunque en este caso la explicació­n hay que buscarla en las magras campañas que la Roja ha cumplido en las últimas dos Eliminator­ias: la licitación se la adjudicaro­n Mediapro y 1190 Sports en US$ 75 millones, una cifra que supera la propuesta inicial, que bordeaba los US$ 60 millones, pero que está muy lejos de la mejor negociació­n, camino a Rusia 2018, cuando la misma estación televisa desembolsó US$ 119 millones para quedarse con los derechos. Eran otros tiempos: Chile venía de haber participad­o en Brasil 2014 y, principalm­ente, de haber obtenido el bicampeona­to de América.

La declaració­n de intencione­s del bloque sudamerica­no debe adquirir, prontament­e, carácter oficial. En ese contexto, habrá una instancia para que las respectiva­s federacion­es adopten la determinac­ión: para el 7 de julio está programada la realizació­n del Consejo de la Conmebol, en Cali. En esa reunión, a la que deben asistir todos los timoneles del fútbol sudamerica­no, se evacuará la propuesta definitiva.b

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